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Fracasar suele tener muchos inconvenientes, pero también un valor esencial e indiscutible: quien fracasa, aprende. O más le vale, porque hay pocos maestros más capaces que el fracaso. Llevada esta máxima al mundo del cómic, ese profesor implacable adopta muchas caras. Desde la más básicas, ... como la falta de una historia que merezca la pena o la ausencia de inspiración a la hora de abordarla, a las más elaboradas, como la oscuridad que custodia al manuscrito desechado en un cajón. El abanico de posibles manifestaciones del fracaso en el ámbito de este género es amplio y versátil, y los dibujantes y guionistas lo saben bien. Esa realidad es el sustrato del libro 'El fracaso como una de las bellas artes', editado por Ediciones Valnera dentro de su línea Valnera Gráfica. El volumen, en el que participan cuatro destacados autores del panorama nacional como los guionistas Damián Campanario, Raúl Anisa 'Raule', Fernando Llor y el dibujante Esteban Hernández, llegará a las librerías españolas el próximo jueves, 3 de marzo, a través de SD Distribuciones con prólogo del periodista Guillermo Balbona. El volumen, de 80 páginas y que cuenta con una tirada inicial de 1.200 ejemplares, está dedicado a la memoria de Óscar Muñiz, propietario de la librería santanderina especializada en cómic Nexus-4, fallecido en agosto del año pasado. El precio del volumen será de 20 euros.
¿Qué tienen en común los creadores que componen la nómina de autores de esta cuidada y llamativa edición? Tres aspectos, fundamentalmente: su pasión por el cómic, una maleta cargada de experiencias entre las que abundan los rechazos editoriales y la falta de ventas en algunos de sus proyectos, y la precariedad profesional propia del sector, pese a ser ya creadores consolidados. Por ello, en 'El fracaso como una de las bellas artes' han decidido retratarse a sí mismos y plantear una visión humana, irónica, sincera y en ocasiones descarnada de su realidad diaria. El volumen se plantea como un «cómic dentro del cómic» y, a la vez, como un título compuesto por diferentes historias, hasta sumar un total de cinco. Cada una de ellas con su propia línea argumental y su particular universo estético. Todos ellos, cómo no, proyectos fallidos que ahora ven la luz en la editorial cántabra dentro de su nueva línea temática, Valnera Gráfica. Los amantes del género podrán disfrutar en este título del inicio de los cómics 'Nellie Bly', 'Vandalz', 'Sazam Company!', 'Balnearium' y 'Pink Unikorns'.
El primero de ellos, 'Nellie Bly', ha sido escrito por Raule e ilustrado por Esteban Hernández y está basado en la figura de la reconocida periodista estadounidense Elizabeth Jane Cochran, conocida por ser una de las pioneras del periodismo encubierto y de investigación, así como por ser la primera mujer en dar la vuelta al mundo en solitario, una epopeya que completó en 72 días y que narró para el diario The New York World de Joseph Pulitzer. El relato gráfico retrata con exquisito detalle el inicio de las peripecias de la reportera en esta aventura, en un prometedor álbum que... ¿adivinan? Fracasó. ¿Por qué? En este caso, debido a que justo en el momento en que sus autores decidieron plantear esta historia a diferentes editores –estadounidenses, franceses y belgas, países en los que mayor potencia tiene esta industria–, éstos habían recibido proyectos similares basados en la figura de la periodista.
jesús herrán
En 'El fracaso como una de las bellas artes' los autores se convierten en sus propios personajes, que van introduciendo cada una de las cinco historias gráficas que componen el volumen. Esa tira principal se distingue del resto por su peculiar estilo, en el que las ilustraciones solo incluyen cuatro colores: negro, blanco, azul y gris. Así, tras la colorida aventura de la periodista, los autores retoman su protagonismo, en este caso Fernando Llor en el papel de guionista y Hernández, como en el resto de libro, como dibujante. En su historieta, 'Vandalz', los creadores plantean una crítica distópica protagonizada por cuatro jóvenes que luchan contra la raza de seres de plástico que ha tomado la tierra y sometido al ser humano. Un argumento en clave social y medioambiental que busca divertir y fomentar conciencias. «Seguro que sale...», dice Llor en la última viñeta que introduce la historia. Y sí, calidad le sobra, pero no, no se publicó.
El tercero de los cómics que componen la obra se titula 'Sazam Company!' y también es obra de Llor y Hernández. En ese caso, las protagonistas son un grupo de luchadoras de 'wrestling' femenino que aspiran a ascender a la máxima categoría de la disciplina, algo que pese a ganar año tras año su competición no consiguen. Tras aceptar un misterioso encargo con la promesa de que verán su sueño cumplido, las luchadoras descubren que han sido traicionadas y deberán competir en una liga clandestina llena de peligros. La sugerente trama, que comienza con un tenso y colorido combate, fue otro de los 'fracasos' de sus autores.
En 'Balnearium', por su parte, Raúl Anisa 'Raule' se alía con Esteban Hernández para plantear una historia que transcurre en un centro sanitario ubicado en la Luna en pleno siglo XIX. La propuesta, marcada por una estética realista, apuntaba a un intrigante juego de suspense protagonizado por un joven poeta que llega al balneario lunar para ver a su esposa, internada en el mismo. Allí descubre un espacio en el que el tiempo parece no transcurrir y cuyos pacientes han renunciado a cualquier interés que vaya más allá de las nimiedades sociales que ocurren en la comunidad. De nuevo y pese a su calidad, el lector se queda con las ganas de conocer cómo continúa un episodio que no llegó a ver la luz.
rául anisa 'raule'
En cuanto al quinto y último de los fracasos que componen el nuevo título de Valnera Gráfica, es fruto del revés cosechado por 'Balnearium' y tiene de nuevo como autores a Raule y Hernández. En este cómic, titulado 'Pink Unicorns', las protagonistas son tres mujeres policías en el Nueva York de finales del siglo XIX y el inventor Nikola Tesla. Mientras las primeras oscilan entre el orgullo de ser las primeras féminas del cuerpo policial y la frustración que les provoca poder ocuparse únicamente de asuntos menores, el inventor realiza un ambicioso experimento para tratar de conseguir realizar viajes en el tiempo. Para bien o para mal, la prueba crea una realidad paralela en el que las tres policías se convierten en las heroínas de una ciudad sometida a los ataques de enormes monstruos. Y sí, ya lo saben. La propuesta tampoco tuvo nada que ver con un éxito editorial, pese a la calidad de sus dibujos y la originalidad de su sorprendente argumento.
¿Fracasos? En material editorial, todos. En lo creativo, propuestas brillantes, tan atractivas visualmente como entretenidas para el lector. Quizás por ello los autores no se rinden, y Valnera les da ahora la razón. «Hemos fracasado a la hora de enfrentarnos a la página en blanco, nuestra archienemiga. Hemos fracasado buscando al artista ideal para plasmar nuestra historia cuando nos llegó la inspiración y en la búsqueda de editor. Cuando hemos conseguido publicar, las ventas han sido un fracaso...», dicen los autores al final de la obra. «¿Y por qué seguimos haciendo tebeos? ¿Estamos locos? ¿Somos masoquistas? ¿El fracaso es adictivo?». Ellos mismos se responden: «Seguimos haciendo tebeos porque amamos el medio. Es vocacional. No hay otra respuesta».
Jesús Herrán, editor de Valnera, explica que el proyecto surgió de su relación con Raule, quien se lo presentó «sin ningún compromiso, pero nos pareció maravilloso». Fruto de esa fe en esta 'historia de historias no contadas', desde la editorial cántabra decidieron «poner toda la carne en el asador y realizar una edición muy cuidada y con un gran tirada», explica. El riesgo económico no fue freno para su apuesta: «Tenemos muy claro el proyecto y nuestro único objetivo es afrontarlo sin perder dinero», resalta. Raúl Anisa, 'Raule', por su parte, destaca que han aprovechado «un material que ya estaba realizado para permitir que la gente conozca la dura realidad de quienes nos dedicamos al cómic en España a través de unas historias que si no no se iban a publicar». Raule, que lamenta la poca atención que se le da en la educación de nuestro país a un género que «en Francia se fomenta desde el colegio», resalta «el apoyo y compromiso de la editorial, que no ha dudado en apostar por esta propuesta». En ese sentido, el guionista explica que «al presentar estas historias muchos editores españoles se mostraron interesados, pero con las condiciones que hay aquí es imposible. Es como trabajar gratis», concluye.
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