«Las escritoras de finales del siglo XIX eran constantemente discriminadas»

-¿Cómo ha planteado la historia que narra en su nuevo libro, 'Una pasión escrita'?

-Es una historia ambientada en la misma época que 'Un destino propio', a finales del siglo XIX durante la Restauración española. Es una novela que se desarrolla en Madrid, una ciudad que es el centro administrativo y en el que se encuentran la prensa, las literatas, los cafés literarios. Retrata una sociedad en plena expansión pero que todavía es bastante provinciana, en la que hay mucho movimiento político. Planteo una historia de amor que también tiene bastante ambientación histórica de esa época.

-Se trata de una novela romántica con una fuerte carga histórica y social. ¿Por qué le atrae tanto ese escenario y qué retrato hace de estas circunstancias?

-Es una época que me atrae muchos porque tiene muchos elementos que arrastramos todavía hoy en nuestro carácter. El siglo XIX fue un periodo bastante convulso para España, con pronunciamientos y cambios de gobierno constantes, con mucha incertidumbre e inestabilidad. Fue un siglo bastante duro para la gente en general porque al final quienes sufrían todos esos cambios políticos y sociales era la gente del pueblo. Durante la época de la Restauración el país empieza a estabilizarse un poco y a levantar cabeza, y ese impulso también se refleja en la vida cultural, en la que había muchas tertulias literarias en los cafés y las tabernas. En la novela retrato ese empezar a caminar hacia un horizonte marcado por una mayor tranquilidad y paz social. En ese marco trato el tema de las literatas y el del periodismo en aquella época, que son dos realidades que me gustan mucho.

-El cambio social de las mujeres es uno de los ejes fundamentales de su libro, ¿porque fue tan importante aquella época?

-En esta novela retrato la figura de las mujeres que se dedicaban a las letras. Eran mujeres que editaban sus propios periódicos o revistas femeninas, aunque estaban a nombre de sus maridos porque legalmente no podían ser sus propietarias. Eran mujeres de clase media que leían mucho y que o bien eran autodidactas o habían recibido por parte de su familia un mínimo de educación que les permitía dedicarse a este ámbito. Tenían muchas inquietudes y además de la prensa se dedicaban escribir novelas, teatro y obras divulgativas sobre protocolo, educación o temática histórica. En 'Una pasión escrita' intento retratar la realidad de estas mujeres y lo discriminadas que las tenían en los círculos culturales, que estaban dominados por los hombres, quienes denostaban sus obras y sus trabajos.

-La 'vieja guardia' masculina...

-Sí, los hombres entendían que ellas tenían que dedicarse a sentir y ellos a pensar. El ambiente de crítica y de escarnio hacia las obras de las mujeres era generalizado. Por las convenciones de la época las mujeres tenían que quedarse en el ámbito privado y del hogar.

-Su protagonista, Victoria, ya aparecía en 'Un destino propio'. ¿Existen vasos comunicantes entre ambas obras?

-Son dos universos diferentes. Es cierto que la protagonista surgió de 'Un destino propio', y cuando creé este personaje me documenté sobre la realidad de aquella época y las periodistas. Pensaba haberle dado más recorrido en aquel libro pero finalmente no lo hice, y a raíz de toda aquella información surgió la idea de retomar a Victoria y contar su propia historia en relación con la literatura, los libros y el periodismo.

-En el caso del argumento romántico del libro, en este libro se invierten los papeles. Ella, aristócrata, él de familia humilde. ¿Qué le aportaba este nuevo planteamiento?

-Me ha ayudado mucho a retratar el Madrid y la sociedad de la época, porque ella se mueve en los círculos de la aristocracia, la nobleza y la burguesía, que es una clase sin títulos pero que ocupa puestos de poder muy importantes tanto el gobierno como en la banca o las empresas. Por contra, el protagonista masculino, Diego, se mueve más en el ámbito de la baja burguesía y el pueblo llano, en los ambientes más populares como el barrio de Lavapiés. Utilizar ambas figuras me ha permitido cubrir gran parte de lo que era la sociedad de Madrid en aquel momento. En el caso de Diego, al ser un periodista que se mueve por toda la ciudad me permite abordar otros temas.

-También retrata el origen y auge del periodismo moderno en España.

-Sí, me parece muy interesante esa época en la que se produce el cambio entre la prensa de partidos o unipersonal a la prensa de masas, que comienza con El Imparcial, del que acaba surgiendo posteriormente El Liberal.

-Solo un año después de 'Un destino propio' ya tiene nueva novela. ¿Cómo valora esa consolidación de su carrera literaria?

-Estoy ilusionada porque estoy escribiendo lo que quería escribir. Son historias que iba a desarrollar igualmente, pero contar con el apoyo de una editorial como Ediciones B y Penguin Random House me ha dado mucha tranquilidad y muchísima difusión. Nunca había imaginado que iba a tener una oportunidad así, y ahora que me la han dado estoy encantada e intento aprovecharla al máximo.