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Uno de los programas más recordados de la historia de TVE es 'La casa de los Martínez', emitido de octubre de 1966 a octubre de ... 1970. El creador y realizador de la idea –mezcla de serie y entrevistas– fue Romano Villalba. Se emitía los viernes. Comenzó durando veinte minutos y gracias al éxito se amplío a sesenta. Una de sus protagonistas era la actriz santanderina Julia Martínez. En cada capítulo se contaban las aventuras de una familia española integrada por Carlos, el padre (Carlos Muñoz); Carmen, la madre (Julia Martínez); los hijos Quique (Eduardo Coutelenq) y Carmencita (Isabel Mª Pérez); la prima Pilar (Mari Carmen Yepes); la cocinera (Rafaela Aparicio) y la criada (Florinda Chico). Rafaela y Florinda serían relevadas por las hermanas Fernanda y Teresa Hurtado. También aparecían en pantalla Mari Carmen Prendes, José Rubio, Luis Sánchez Polack 'Tip', Luis Barbero… Los Martínez recibían a famosos artistas (Pablito Calvo, Julio Iglesias, Manolo Escobar, Lola Flores, Raphael, Paquita Rico, etc.), con quienes conversaban en el salón sobre su asunto de actualidad y después les entregaban como regalo/recuerdo la llave del domicilio. La difusión que alcanzó el producto animó a rodar una película con idéntico título, encabezando su elenco Julia Martínez y Carlos Muñoz.
Muchos años despuéso declaraba en una entrevista Isabel Mª Pérez: «En general el programa fue para todos los actores que estábamos en él un trampolín a una enorme popularidad». Y sobre el trabajo de nuestra paisanuca, precisaba: «Recuerdo que Julia Martínez llegó a compaginar teatro en Barcelona con la grabación del programa gracias al puente aéreo. Se grababa toda su parte al principio, para que pudiera irse a primera hora de la tarde y llegar a tiempo de la primera función de las siete y media. Una auténtica locura». La propia Julia valoraba en otra entrevista lo que había implicado el exitazo que alcanzó con el programa, aludiendo a las décadas que habían transcurrido desde su última emisión, a pesar de lo cual «todavía me pregunta todo el mundo por él. Eso quiere decir que caló muy hondo. Ahora ya me he reconciliado con ello porque demuestra que gustó. Al principio me molestaba un poco. Parecía que toda mi carrera se había reducido a La casa de los Martínez, y como eso no era así me dolía». Le asistía toda la razón al decirlo, pues su trayectoria ha estado cuajada de magníficos y premiados trabajos tanto en el cine como en el teatro («para mi, lo más importante es mi trabajo en el teatro», repetía siempre cuando estaba en activo), aunque no le catapultaran a una celebridad tan impresionante como la derivada de la casa en cuestión. Programa emitido cuando sólo había una tele, TVE, lo que amplificaba hasta el infinito el efecto sociológico.
Numerosos trabajos consolidaron su currículum hasta convertir a nuestra paisanuca en actriz de referencia en ambos terrenos. E incluso en el doblaje, ya que puso voz magistralmente en 'Las chicas de oro' a Betty White. Volviendo a 'La casa de los Martínez' añadiré como epilogo que, por no faltarle, ni siquiera le faltaba moralina. Uno de sus capítulos concluía con la intérprete cántabra expresando ante la cámara con perfecta dicción y gran personalidad: «… por lo visto, es muy importante tener cara de buena persona. Claro que también hay malas gentes pero, a Dios gracias, abundan más las buenas personas. Hay que comportarse siempre como si uno estuviera en el cielo, donde no hay vagones de tercera, no hay reservados… y donde un alma vale tanto como la otra». Ahí queda el vigente consejo, para que algunos tomen nota de él. Inolvidable Julia Martínez, que honró a su apasionante oficio. Ayer, estrella. Hoy, retirada voluntariamente de escenarios y platós. Siempre, esencia de actriz.
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