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Hay artistas que valoran más la oportunidad de poder concentrase por completo durante unos días en el acto de crear, y otros que destacan el hecho de compartir visiones, técnicas, temáticas, procesos y objetivos con sus colegas. En lo que todos coinciden es en el carácter incomparable del marco que los acoge -el hotel Torre Cristina se sitúa en el extremo oriental de la playa de Ris en Noja- y el agradecimiento por poder reunirse allí durante una semana. Son siete y llevan desde el pasado domingo dedicando cada jornada a desarrollar sus diferentes propuestas. Encabezados por el galerista cántabro Manolo Saénz-Messía, comparten espacios, comidas, tertulias y, sobre todo, pasión por el arte, razón de ser la la vigesimoprimera edición del encuentro de arte y cultura Sianoja, que comenzó el pasado domingo y finalizará el próximo, día 19, con una muestra compuesta por una selección de las obras realizadas por los creadores.
El pintor y escultor Pedro Calderón (Santander, 1961) ha concluido una obra y anda enfrascado en otra. Ha recuperado «unas tablas de madera en la costa próxima al hotel» y las ha convertido en protagonistas de dos lienzos. «He venido sin tener ni idea de que iba a hacer, pero con estos elementos me salen las ideas», explica mientras coge pintura de la paleta y sigue pintando con tranquila minuciosidad. «Lo mejor de estar aquí es poder hablar y compartir con otros artistas, porque es algo que te abre la mente, que te ayuda a ser más flexible», destaca. Sobre todo, insiste, «por la talla intelectual de todos los compañeros, que convierten esto en un auténtico laboratorio».
Objetivo Sianoja es un encuentro de artistas celebrado en Noja bajo la dirección del galerista Manolo Sáez Messía.
Fechas y lugar Se desarrolla desde el pasado domingo hasta el próximo, día 19, en el Hotel Torre Cristina de la localidad.
Participantes Tony Squance, Pedro Calderón, Evelyn Hellenschmidt, Francisco Díaz, Monika Grygier, Raquel Fernández y Tamara García .
Clausura El domingo se mostrará una selección de las obras realizadas.
Tamara García (Santander, 1980) contempla extendida sobre un tendal plegable la colección de cianotipos que ha realizado el día anterior. Manos blancas sobre fondos azules, que contrastan con el Cántabrico, encendido tras semanas de calma, y un cielo brillante por el que discurre una bandada de nubes blancas como el algodón. «He puesto el foco en las cuidadoras, y estas manos son de las trabajadoras del hotel y de alguna artista que también se dedica a cuidar a otros», explica. El sol anda esquivo y espera que salga para poder continuar con su obra. Artista multidisciplinar especializada en el vídeo y la fotografía, en Sianoja continúa «un proyecto comenzado durante la pandemia para el 25 aniversario de la asociación 'La Ortiga Colectiva'. «En todas las grandes catástrofes al final las que han tenido que reconstruir los países han sido las mujeres, muchísimas mujeres, trabajando con sus manos», detalla mientras apunta diferentes detalles de las piezas. García destaca que Sianoja es una gran oportunidad para «dedicarnos a crear durante unos días y compartir nuestros trabajos, nuestras técnicas y las distintas formas de ver el arte».
Al pintor Francisco Díaz, especialista en paisajes y pintura al natural, el marco en el que se desarrolla el simposio le ha servido de inspiración para realizar cuatro cuadros. En estos momentos trabaja sobre un motivo del jardín botánico del Palacio de Albaicín, pero en otros ha retratado la costa cantábrica o a diferentes plantas del entorno. «Los primeros días me he empapado de este marco natural tan prodigioso para poder recoger diferentes espacios y momentos de Noja», explica sin soltar el pincel. Para él, «Sianjoa es un espacio para la libertad y el aprendizaje», destaca con rotundidad. «Manolo ha reunido a una mezcla de artistas muy heterogénea y eso genera mucha riqueza e interés al encuentro», continua. «Aunque nuestras obras no tienen nada que ver entre sí, siempre hay motivos y detalles que puedes incorporar a tu forma de ver la pintura», explica, «sobre todo en un espacio tan tranquilo y liberador como éste».
Poco después la creadora polaca Monika Grygier (Lodz, 1970) se levanta para atender a este periódico tras estar trabajando en el suelo en pequeña esculturas realizadas con elementos recogidos de la naturaleza -conchas, maderas- enmarcados en intrincadas estructuras que desarrolla con un lápiz 3D. «Estoy desarrollando un planteamiento relacionado con la naturaleza de hoy en día par denunciar situaciones como la plastificación de nuestros mares», afirma. Ha construido varias piezas de pequeño tamaño que representan «las nuevas especies, muy relacionadas con ese plástico que todo lo invade». En el centro de su trabajo se encuentran siempre «materiales reciclados, en especial reutilizando todo tipo de plástico», explica, porque es su forma «de contribuir a sacarlo de la naturaleza». A la artista, que también ha realizado un gran lienzo que descansa apoyado en una de las parades, le «encanta participar en Sianoja porque todos solemos trabajar encerrados en nuestros estudios y nuestros mundos y aquí se produce una interrelación que es muy enriquecedora». Esa convivencia, añade, «también es complicada de gestionar porque en algunos casos puede hacerte replantear toda tu visión de las cosas y acabar con un lío tremendo en la cabeza», concluye riéndose.
La creadora alemana Evelyn Hellenschmidt (Eltville, 1962) trabaja en una serie que comenzó «hace tres años y que hace referencia a la obra de arte oculta», un concepto que responde a su deseo que «no hacer fácil el acceso a la obra de arte, para que sea algo que exija esfuerzo al espectador». Una sucesión de pequeñas cajas de madera chapadas en oro se alinea sobre su espacio de trabajo. «Es una crítica a la forma en que se consume hoy en día el arte, como si fuera una hamburguesa de una cadena de comida rápida, señala. Para ella, el simposio cántabro «abre nuestras mentes y nos permite ver otros mundos, conocer con más profundidad a otros artistas para poder interpretar mejor la relación entre sus vidas y sus obras», valora.
La escultora Raquel Fernández (Madrid, 1957) trabaja en el jardín, soldando diferentes triángulos de varillas de metal en una sugerente estructura. «Representan una síntesis de unas grullas que van a echar a volar», explica. «Trabajo buscando la esencia, la mínima expresión y me interesa muchísimo el movimiento», señala. Para ella, Sianoja es una gran oportunidad para aprender de «artistas con propuestas muy distintas, de sus métodos de trabajo y sus propuestas». El artista británico Tony Squance (Evesham, 1964) reúne en un gran mosaico en el suelo una colección de «papeles y dibujos que había abandonado en el pasado» con el objetivo «de revivirlos al calor de esta luz y este entorno», afirma. «Aquí tengo la posibilidad de extenderme más y ver toda la obra al completo, con una nueva perspectiva», añade. El creador explica que desde su punto de vista «ha habido poco intercambio entre nosotros». »Si tuviéramos veinte años podríamos influirnos más», por lo que prefiere concentrarse en su propio trabajo.
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Javier Bienzobas (Gráficos) y Bruno Parcero
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