«España es un país que adolece de una considerable amnesia histórica»

-Su documental 'Ahir/Demá' es un canto a la empatía. ¿Cómo es este trabajo?

-Es un proyecto que parte de una propuesta de colaboración de la compañía teatral Pont Flotant, desde la que me invitaron a a acompañarlos a un taller que iban a impartir en el Centro de Recepción de Menores de Buñol, en Valencia.

-¿En qué consistió la experiencia que ha retratado?

-El taller, al que se apuntaron cerca de treinta chicos, acabó quedando reducido al final a 14 participantes, todo ellos menores menores marroquíes y chicos. 'Ahir/Demá' acabó siendo la historia de esos chicos, que acababan de llegar hacía poco a España jugándose la vida en una patera o en los bajos de un camión. En este taller se encontraron con la realidad de otros país a través de la exploración que les permitía el lenguaje del teatro.

-¿Qué aprendió de ellos durante ese proceso?

-Al final lo que quedó retratado es lo que veía, un grupo de niños y adolescentes en una situación muy distinta de la realidad de la que procedían, y en los que era evidente, por cómo reaccionaban y cómo vivían la experiencia, que aquello les despertaba muchas cosas positivas. Con el documental quería captar la luminosidad que desprendían aquellos chicos.

-¿Cómo lo ha conseguido?

-A través de una herramientas que para mí es esencial en el periodismo tal y como yo lo entiendo, que es la empatía. Buscaba ponerme en su piel para que ellos pudieran ver en mí a una persona en la que confiar.

-Es un tema de gran actualidad, debido a la crisis entre España y Marruecos.

-Nunca hubiéramos imaginado que coincidiría con la actualidad de semejante manera. No tanto porque haya habido una crisis fronteriza en la que se han utilizado las vidas de personas migrantes, tanto adultos como niños, en ese juego de políticas entre Marruecos, España y la Unión Europea, sino porque durante los últimos años estamos viviendo un auge de las políticas del odio que partidos de extrema derecha como Vox llevan a la práctica tratando de cosificar y criminalizar específicamente a un colectivo tan frágil y vulnerable como el de los menores migrantes.

-Si eso es así, ¿cuál es el objetivo de esos planteamientos?

-Tratar de convencer a la población de que esos chicos no son seres humanos, sino pequeños monstruos que vienen a destruir nuestra sociedad, algo obviamente incierto. Lo que trata de hacer la extrema derecha, no solo en España sino en el resto de Europa y en numerosos lugares del mundo, es deshumanizar y cosificar para poder criminalizar, acusar y destruir.

-En el contexto que describe, ¿qué plantea su documental?

-Precisamente humanizar, dar nombre y rostro a estos menores, algo que solo ha sido posible gracias a la sensibilidad de las instituciones, que entendieron que, aunque la ley no permite mostrar los rostros ni los nombres de menores, en este caso entendieron que ese era el aspecto diferencial de este trabajo.

-También va a presentar su libro, 'El silencio de Georg', en la Feria del Libro de Santander.

-En él propongo un viaje por el periodismo de investigación. Es el fruto de una búsqueda de una década sobre el caso de uno de los dos últimos ejecutados a garrote vil de la dictadura. Es un ejercicio de 'streptease periodístico' que busca reflejar cómo España es un país que adolece de una considerable amnesia histórica.