Las España de la posguerra a través de la mirada «más festiva» de 'Campúa'

Y esas sonrisas se repiten en la mayoría de las imágenes que se presentan ahora: En el rostro de las trabajadoras del restaurante El Puchero de Madrid que el 8 de mayo de 1949 mostraban una trucha de cuatro kilos y medio, en el de la actriz Olivia de Havilland a su llegada al aeropuerto de Barajas en 1954 o, ese mismo año, en el de Gregory Peck durante un encuentro con los medios de comunicación, en el madrileño Hotel Fenix. Así hasta 40 fotografías que son un reflejo de los sueños, las luces y las sombras de una generación azotada por la posguerra y que muestran «el lado más festivo» de un artista multifacético, que fue capaz de reunir medio siglo de historia de España a través de sus fotografías.

La exposición cuenta con multitud de citas y también sucesos del día a día que se tomaron entre los años 40 y 50, desde carreras de motor hasta accidentes de tranvía, así como retratos a personalidades y estrellas de cine, como Charles Chaplin, Gregory Peck, Alain Delon o Edward G. Robinson que visitaron España. Y todas ellas son «un material necesario para reconstruir nuestra historia», según dijo durante la presentación María Millán, comisaria de la muestra junto a Cristina Ruiz Fernández, bisnieta de 'Campúa' ausente ayer en el acto. Millán aseguró que «cada fotografía suya de artistas, intelectuales o gente corriente no tiene que ver con cada persona y a la vez sí». Y es que 'Campúa' «miraba lo que estaba pasando pero también se detenía a observar el entorno y fotografiaba al público». Un profesional que pese a que vivió la República, la Guerra Civil y la posterior dictadura, «nunca se metió en política» y, sobre todo, «no buscaba el amarillismo ni atentar contra la dignidad de la persona», destacó la comisaria. Durante la presentación, el concejal de Cultura Javier Ceruti aseguró que «hay fotos que son mejores que muchos cuadros y que reflejan la realidad que quería ser optimista en una España muy complicada como es la de la posguerra». Unas fotografías que, según subrayó, pretendían levantar el ánimo «en una España que lo necesitaba mucho como lo necesita la de ahora». Para la vicerrectora de Extensión Universitaria de la UIMP, Mar García de los Salmones, destaca el gran trabajo de 'Campúa' al mostrar historias que reflejan episodios duros, otros más alegres.

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«Mi abuelo amaba su trabajo y sobre todo amaba la vida»

Esther Fernández Demaría recordaba ayer con una gran emoción a su abuelo, el fotoperiodista 'Campúa', un hombre que, pese a que no tuvo una vida fácil, «supo poner su propia luz en todo lo que hizo». Ella, que trabajó durante un tiempo codo con codo con el maestro y que también se ha encargado de elegir, junto a su hija y bisnieta del fotógrafo, Cristina Ruiz, las imágenes que ahora se muestran, le recuerda siempre con su cámara colgando al cuello y muy feliz de poder realizar su trabajo. «Era un hombre maravilloso que, sobre todo, amaba la vida», asegura. Algo que se puede ver en la exposición en las que los protagonistas anónimos de las imágenes sonríen y en la que también se pueden ver un gran número de artistas e intelectuales de la época «Muchos de ellos grandes amigos suyos».

Esther Fernández destaca el trabajo artesanal de 'Campúa', pero, sobre todo, la gran profesionalidad. «Estas fotos están hechas en los años cuarenta, pero podrían haber sido captadas ayer o en un futuro porque muchas de esas escenas cotidianas se suceden cada día sin que nos demos cuenta». Agradece a las instituciones que se han encargado de organizar esta exposición, «porque en estos tiempos que vivimos me parece más oportuna que nunca», explica. «Vivimos en un tiempo en el que las prisas, lo rápido y lo fácil no nos deja ver todo lo bueno que tenemos a nuestro alrededor como supo hacer 'Campúa'. Un hombre maravilloso que buscaba la emoción de todo aquel que tenía frente a la cámara», concluye su nieta.