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El humor como bálsamo, como mecanismo de supervivencia, la risa como remedio infalible ante las adversidades de la vida. Esa es la receta del humorista gallego Moncho Borrajo (Baños de Molgas, 1949), que recala hoy en el auditorio Los Salesianos de Santander a las 20. ... 30 horas con su espectáculo 'A pelo', un mordaz repaso a muchos de los aspectos cotidianos del día a día de las personas en España, en el que incluye un streptease o ejercicios de mentalismo. A medio camino entre la crítica social y el monólogo humorístico, el cómico tiene claro que «lo único seguro es que la gente se va a divertir y a reír mucho».
-Llega a 'A pelo' a Santander. ¿Habrá que taparle los ojos a los niños, mejor que se queden en casa o aquí cabemos todos?
-No, no. Aquí cabemos todo. El título es una broma porque en el humor últimamente vamos 'a pelo'. Ahora no podemos hablar mucho, todo es políticamente incorrecto y si hablamos demasiado corremos peligro. Es un espectáculo de hora y media de duración, porque mi público ya se está haciendo mayor y las próstatas lo complican todo (risas). Es una función que se basa en las cosas que se hacen a pelo, no montar caballos porque no caben en el escenario, pero sí otras muchas cosas. Es un encuentro en clave de humor que empieza con un streptease y luego se habla de la gente que canta 'a capella', que en el fondo es cantar a pelo. También hablamos de la gente joven, que últimamente es muy moderna pero no usa preservativos, es decir, que también van a pelo...
-¿Y la política?
-El espectáculo tiene poco de política porque la gente ya está cansada, y sobre todo porque ahora los españolitos tenemos la piel demasiado fina. No sé qué ha pasado, debe ser que nos han dado una crema especial o algo así. Un día conté un chiste de un cojo porque tenía un amigo en primera fila que se había roto una pierna y una señora se ofendió y montó en cólera, hasta que mi amigo le explicó que el cojo era él... Estamos en un momento de una sutileza que te deja un poco perplejo. Aprovechando que voy por Cantabria también haré alguna broma con vuestro presidente, que da mucho juego. Me da que lo van a acabar poniendo en El Hormiguero de hormiga fija. Entre vuestro presidente y el alcalde de Vigo no sabría con quién quedarme (risas).
-Usted... ¿también sale a pelo al escenario?
-Sí, es un espectáculo muy sencillo de escenografía. Solo lleva una pantalla grande, un sofá y una mesa. Más a pelo no puedo ir. También hay un número de mentalismo en el que participa el público y al final la gente se queda alucinada.
-¿Dejará algún títere con cabeza?
-Bueno, igual alguno (risas). Durante el espectáculo hay un poco para todos. Ya que voy a Cantabria haré alguna broma de allí y también me meteré un poco con los catalanes. Otro de los temas de los que hablo es la gente joven, que no saben hablar inglés pero luego todos lo utilizan para todo... Eso de «Estoy 'in love' con el armario», o «Estar 'on fire'», o «Tener 'flow'» o eso de que al maestro ahora se le llama 'coach'... Ahí lanzo una crítica a todo ese inglés de pacotilla porque luego les hablas en inglés y se asuntan.
-España en estado puro...
-Sí, para bien o para mal este país da mucho juego. Lo único que toco poco es el tema de la política por una razón muy sencilla: porque hemos convertido a los políticos en estrellas de rock y se han olvidado de que son nuestros empleados. Y hemos llegado a un punto en el que si te metes con ellos, y a mi me ha pasado, se enfadan, y si no los nombras, también. Parecen folclóricas de la postguerra. Cuando en un país se le pierde el respeto al político y a la Justicia, mal vamos.
-No parece muy optimista.
-Entre nuestra situación y el mundo en el que estamos viviendo, que es el de la incomunicación total, por mucho que nos digan que nos comunicamos más que nunca, pues el panorama es el que es. Porque el nivel es ese: estamos incomunicados. Da igual el hijo del obrero que la clase media o los pijos, están todos idiotizados. Cuando uno piensa quiénes son los 'influencers' te tiemblan las carnes. Que las referencias a nivel mundial sean las Kardashian y que puedan influir en alguien... a mi me deprime.
-Ante semejante situación, ¿la risa no es algo muy serio?
-Siempre he dicho que el humor es arma y medicina a la vez. Es un arma para el indefenso, para el pobre, porque puede utilizarla para reírse de los poderosos. El ingenio y el humor nos sirven para reírnos de los problemas y de nosotros mismos, cosa que es muy importante. Como medicina nos vale para curarnos porque nos ayuda a ver la vida desde otro punto de vista. Creo que hay dos cosas que diferencian a los seres humanos de los animales, que son el humor y el amor. En mi caso creo sinceramente que la Seguridad Social me tendría que pagar algo porque con estos 50 años haciendo reír he quitado mucha pastilla (risas).
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