«La especie humana se ha cargado de soberbia y cada vez me decepciona más»

-Vuelve a la UIMP y a los Martes Literarios.

-Efectivamente y para mí es un gusto y eso que este año lo he dudado mucho porque me estoy haciendo muy mayor (ríe) y no estaba seguro de poder mantener el tipo durante una semana. Pero me apetecía mucho, la verdad, porque siempre me ha gustado estar en la UIMP desde que estuve por primera vez con Eduardo Fraile. En cuanto a la tribuna literaria siempre que me han invitado he quedado muy satisfecho.

-Esta es la primera vez que viene tras haber obtenido el Premio Nacional de Literatura. ¿Ha subido su caché?

-(Vuelve a reír y entiende la broma) No. Me mantengo como antes.

-En cualquier caso, ¿recibir ese galardón le ha cambiado su vida?

-Tengo que reconocer que me encantó que me lo concedieran porque me lo tomé como un regalo por mi 80 cumpleaños. Siempre es de agradecer y me sentó muy bien.

-Esta semana dirige e imparte un curso sobre el microrrelato. Lleva años defendiendo la importancia del cuento como género literario. ¿Sigue siendo necesaria esa defensa?

-Creo que sí, pero le diría más. Es necesario defender la ficción. A veces creo que el uso de las nuevas tecnologías nos está apartando de la tradición narrativa, del cuento, de la novela... y yo lo que quiero en este curso es demostrar que la ficción es algo que nos pertenece de una manera natural e íntima. El homo sapiens es lo que es gracias a eso, al pensamiento simbólico, no a otra cosa. Además hablaremos de las distintas perspectivas de la narrativa y del microrrelato que, aunque parezca algo muy moderno, es algo muy venerable y muy antiguo que ahora se aborda de otra manera. También escribiremos cuentos y espero que todo se desarrolle de la forma más amena posible.

-¿Los cuentos siguen estando encasillados en la categoría infantil pese a que proliferan los dirigidos a los adultos?

-Así es. Yo creo que es un tema casi de terminología. Recuerdo haber ido a un programa de radio en el que antes de mi intervención hicieron un llamamiento a los niños porque se iba a hablar de cuentos. Algo que ni siquiera se me había ocurrido pensar. Así que sí, sigue prevaleciendo esa idea de relacionar el cuento con el mundo infantil. Yo lucho contra eso, aunque también reconozco que si es bueno da igual que sea para niños o no. Aunque intento recuperar, para mi generación, la palabra cuento para la narración breve.

-En su cita con los Martes Literarios se hablará de su última narración 'La novela posible' que publicó esta primavera. ¿Está contento con el recorrido que ha tenido?

-Sí y sobre todo estoy muy satisfecho con esa novela porque como me gusta hacer en mis libros me permití jugar, dar una vuelta de tuerca a tres historias para integrarlas en una y sobre todo hacerle un homenaje a una pintora que me fascina que es Sofonisba Anguissola. Con ella he podido completar un círculo porque es la tercera mujer del Siglo de Oro sobre la que he escrito.

-Escribió ese libro durante el confinamiento y le he escuchado decir que fue su salvación durante aquellos días. ¿En qué sentido?

-Para mí fue un regalo de los dioses porque en aquellas circunstancias tan penosas para todos los que sufrimos el confinamiento escribir e investigar sobre Sofonisba Anguissola y otras cosas que incluyo en el libro me ayudó mucho. Para mí fue estupendo el desarrollo de toda esa novela.

-Mucho se escribió entonces sobre que la crisis sanitaria nos haría mejores personas. ¿Cree que ha sido así o que aquellas intenciones se han quedado por el camino?

-En mi opinión hay un poco de todo, pero creo que eso es algo que se comprobará a más largo plazo. El problema no fue solo el confinamiento, sino todo lo que trajo consigo la crisis sanitaria. A veces, y para no ponerme pesimista, recuerdo que de las grandes pestes del siglo XIV acabó resultando el Renacimiento. A lo mejor esta pandemia acaba generando un Renacimiento. No lo sé pero sería estupendo.

-En cualquier caso se ha demostrado que el ser humano es más vulnerable de lo que se pensaba. ¿Diría que la literatura también es vulnerable? Antes hablaba de las consecuencias del auge de las nuevas tecnologías.

-Todo lo humano es vulnerable porque los humanos, al fin y al cabo, somos primates. La secuencia de ADN de ambos es un 99 por ciento idéntica, pero sin embargo los humanos nos hemos cargado de soberbia. Creemos que somos mucho más de lo que somos y tal y como se puede ver estamos destruyendo el mundo que habitamos. Somos bastante peligrosos y se puede ver en estas situaciones extremas que estamos viviendo, fíjese lo que está pasando con la guerra esta espantosa que ha organizado el señor Putin y toda la crisis que lleva consigo. Así que, la verdad, a mí con los años me decepciona más mi especie.

-Comenzó su trayectoria literaria como poeta. ¿No se ha planteado volver a esos orígenes?

-Es que no era un poeta muy al uso porque mis poemas contaban cosas así que yo creo que el paso natural era acabar siendo narrador.

-Hay muchas narraciones que son pura poesía.

-La poesía no deja de ser otra forma de expresión literaria, del pensamiento simbólico que da sentido a la ficción y está muy relacionada con la prosa. En mi caso, como empecé como poeta, creo que sin querer sigo manteniendo esa relación con la poesía.