El espíritu libre de Leonora Carrington empuja el resurgir de La Teatrería

La obra que se va a mostrar en el Palacio de Festivales es 'La novia del viento', en la que se recoge una de las experiencias más aterradoras de la vida de la surrealista Leonora Carrington, escritora y pintora inglesa nacida en 1917, y que vivió en Santander. En esta ciudad a la que llegó tras verse obligada a abandonar Francia, la antifascista comprometida en la lucha contra el fanatismo nazi fue ingresada en el Sanatorio Psiquiátrico del Doctor Morales.

En este lugar la musa de Max Ernst, por él llamada 'La novia del viento', fue sometida a un agresivo tratamiento para anular su capacidad creadora. Lejos de conseguirlo, esta luchadora de todas las causas y convencida feminista, tuvo una larga vida de amor y creación artística en México.

En el escenario María Vidal, confundadora de La Teatrería junto a Pati Domenech -director de la obra-, interpreta a la artista. «La obra es un homenaje personal a ella, que por esfuerzo de la voluntad resulta a la vez universal. Rebeldía, antiautoritarismo, anticonformismo originalidad y honestidad en la creación son los valores que me permiten entender la vida de esta artista imprescindible siglo XX», tal y como señala Domenech que estrenó esta obra en el año 2014 y que desde entonces ha tenido un amplio periplo internacional, no exento de premios y nominaciones en distintos festivales.

Las entradas, que contribuirán a la recuperación del espacio, se pueden adquirir en la taquilla del Palacio de Festivales a un precio de 10 euros.

Dentro de la programación teatral este fin de semana, Escena Miriñaque ha programado un nuevo espectáculo para un público familiar que tendrá lugar el sábado -a las 18.30 horas- y el domingo -12.00 horas- dentro del ciclo 'Meeting Baby. VI Encuentro Europeo de Artes Vivas para la Primera Infancia' y que lleva por título 'Por las buenas y por las malas'.

En este espectáculo, la compañía Escena Miriñaque presenta a las malvadas de la literatura universal de una manera divertida y lúdica. Se trata de un ejercicio de estilo. Una vuelta de tuerca que defiende la muy difícil posición de las malas de los cuentos, «porque sin ellas tampoco habría finales felices, ni banquetes, ni perdices», aseguran de esta obra desde la compañía cántabra.