![«A los estamentos oficiales no les interesan ciudadanos demasiado cultos»](https://s3.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/202201/26/media/cortadas/70910132-kILD--1248x830@Diario%20Montanes.jpg)
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Aunque el Torquemada galdosiano nació a finales del siglo XIX, en realidad su arquetipo es universal. Buena prueba de ello es que para escribir sus novelas, el escritor canario se basó en la figura de Tomás de Torquemada, inquisidor general en la Castilla del siglo ... XV. También lo corrobora el hecho de que es más que probable que cualquier ciudadano reconozca hoy en día a alguien así -persona, organismo o institución- en su entorno. Así lo entiende el actor y director Pedro Casablanc (Casablanca, Marruecos, 1963), uno de los intérpretes más destacados del panorama nacional y un auténtico todoterreno de la profesión, en la que ha trabajado con éxito tanto en teatro como en cine y televisión. El también director recala hoy en el Palacio de Festivales dentro del ciclo 'Miércoles íntimos' para afrontar en solitario la obra 'Torquemada', escrita por Ignacio García May basándose en la tetralogía de Galdós, una propuesta escénica dirigida por Juan Carlos Pérez de la Fuente.
-Torquemada, menudo villano le ha tocado interpretar. ¿Disfruta haciendo de semejante malo?
-Siempre he disfrutando haciendo este tipo de personajes, oscuros y complejos. Parece que es un sino que me tocó. En el teatro hay más libertad para los actores a la hora de interpretar diferentes personajes. Tengo más enfocada mi carrera en el cine y la televisión a base de personajes así, oscuros, siniestros y corruptos. En teatro he hecho de todo y en esta ocasión me corresponde contar la vida de un personaje malvado y complejo. Lo bonito de esta obra es que prácticamente no sale en la función. Todo el mundo habla de él pero aparece solo en retazos.
-¿Quién es Torquemada?
-Es un usurero que se ha dedicado a explotar a los pobres y a los necesitados, y a base de eso ha conseguido subir en el escalafón social. Ha llegado a ser senador y marqués, además de amasar una inmensa fortuna. Cuando al final de su vida se encuentra frente al más allá y a lo desconocido, cuando se enfrenta a la muerte, se plantea si realmente ha valido la pena hacer tanto daño durante su vida para al final tener que rendir cuentas.
-¿Qué retos supone una obra en la que tiene que cambiar tanto de personalidad y de registros?
-Es un monólogo, un espectáculo unipersonal en el que interpreto ocho o diez personajes, y entre ellos el de Torquemada. Acabo de hacer la función en el Teatro Jovellanos de Gijón y he tenido unas críticas muy generosas en las que decían que daba una lección de interpretación. En realidad no doy lecciones de teatro más que a alumnos y si me pagan (risas). Para un actor enamorado de su trabajo, como es mi caso, cuanto más arriesgado sea el proyecto o cuanto más complejo sea el personaje y más riesgos haya, más se disfruta. En este caso, durante el tiempo que llevo haciendo esta función ya he comprobado que la respuesta del público es estupenda.
-¿Cuán actual sigue siendo Torquemada en este mundo dominado por índices bursátiles, deudas públicas y criptomonedas?
-Creo que todas esas realidad que mencionas son los usureros de hoy en día, los que nos obligan a entramparnos, a consumir más de lo que necesitamos, incluso a arriesgar nuestros ahorros, como en el tema de las criptomonedas, que no se sabe muy bien qué son... Tengo la sensación permanente de que me están engañando siempre en todo, ya sea pidiendo una hipoteca o un préstamo al banco, ya sea contratando un servicio de teléfonos o de luz o de agua. Siempre tengo la sensación de que hay alguien detrás que se está enriqueciendo a base de engañarme. Estamos rodeados de una tremenda red de usureros cibernéticos a los que no se les ve la cara, porque nunca hay ningún responsable detrás cuando te quieres dar de baja de alguna cosa, nunca sabes a quién tienes que acudir. Tengo la sensación de que este sistema capitalista ha inventado una manera de tenernos muy sometidos.
Fecha y lugar Hoy a las 19.30 horas en la Sala Pereda del Palacio de Festivales dentro del ciclo 'Miércoles íntimos'.
Montaje 'Torquemada', escrita por Ignacio García May y dirigida por Juan Carlos Pérez de la Fuente.
Protagonista El actor y director Pedro Casablanc, quien interpreta en solitario a todos los personajes de la función.
-¿La crítica social de la obra apunta también a la pérdida actual de valores esenciales?
-Absolutamente. Nos podemos ver reflejados en una novela de Galdós, que fue escrita a finales del siglo XIX y que cuenta unas situaciones que estamos viviendo todavía hoy, en esta era cibernética de móviles, redes sociales y criptomonedas.
-¿Cuáles echa más de menos?
-La honestidad, la sinceridad... También la valentía la echo mucho de menos. Estamos todos asustados, nos hemos vuelto tremendamente cobardes. Necesitamos ser más arriesgados, más valientes. Echo de menos, sobre todo, la sinceridad y la no hipocresía en un mundo en el que todos queremos siempre tener más.
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-La cultura ha sufrido mucho con la pandemia. ¿Cree que se ha cuidado como merece este sector?
-No, no. El sector cultural no se cuida nunca en este país porque no interesa. No interesa porque este es un país de otro tipo de entretenimiento, más de deporte, que aquí siempre es muchísimo más importante. El Telediario siempre le dedica mucho tiempo a los deportes y apenas nada a la cultura. Por parte de los estamentos oficiales no hay un interés y un compromiso real. Se hacen cosas desde el planteamiento de la cultura como adorno pero no existe un compromiso real, trascendente, a largo plazo. No tienen claro que la cultura nos haga mejores. En mi opinión, en general la cultura sí que nos hace mejores.
-¿En qué sentido?
-En el de que nos hace autocríticos, nos hace plantearnos muchas cosas y creo que eso, el plantearnos cosas y hacernos preguntas, el ver más allá o intentarlo, el no creernos los lemas y los eslóganes fáciles, populacheros y populistas, no conviene, así que tampoco conviene que los ciudadanos seamos demasiado cultos. Pero bueno, este es un lamento que viene desde hace mucho tiempo y siempre hablamos de los mismo y la situación no cambia.
-Tras dos años tan difíciles, ¿qué siento al poder volver a girar y a reencontrarse con el público?
-Una tremenda felicidad. Espero que el Palacio de Festivales responsa como lo hizo el otro día el Teatro Jovellanos en Gijón, casi lleno de público. La verdad es que durante todo este periodo de pandemia no he estado haciendo teatro prácticamente. He estado haciendo muy pocas cosas, algo de televisión y algo de cine, y volver con esta función tan estupenda y tener esa acogida es muy gozoso y muy esperanzador.
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