Secciones
Servicios
Destacamos
«El más actual de todos los artistas» no es contemporáneo. Es un artista universal, cuya imagen está marcada por la leyenda hispánica que arrastra su figura y su trayectoria. Un pintor, encasillado en el lugar común de la locura y la depresión, pero ... que era «divertido, con un gran sentido del humor que se reveló hasta en las cartas desde Burdeos de la última etapa de su vida»: Francisco de Goya. A su vez, es «uno de los creadores más complejos y uno de los pocos que mostraba el dominio mental y cerebral en una doble vertiente: la capacidad para producir imágenes e idéntica destreza para lo literario». Por cada paso que genera la investigación y el análisis y se ahonda en la rigurosidad de los estudios, se desprende un redescubrimiento del Goya poliédrico, complejo y siempre innovador, desde su Cuaderno italiano hasta la iconografía de retratos y series universales. A la hondura y conocimiento de este perfil se ha sumado la alianza de la Fundación Botín y el Museo del Prado con una nueva contribución ambiciosa que, en realidad, se inició hace cuatro años y que se ha plasmado en el corpus del Catálogo razonado de los dibujos del maestro aragonés (1746-1828).
El primer tomo (Volumen II) de esta investigación «pionera y sin precedentes», que culminará con un compendio de cinco libros, tuvo ayer su puesta de largo en un acto que certificaba esa comunión entre Santander y el dibujo que viene, profusa y prolíficamente, propiciando desde hace más de una década estudios inéditos e ingentes de artistas españoles. El trabajo descubre dos nuevas obras -un dibujo y una significativa carta, propiedad de un particular, que se presentará al público en breve- y desatribuye seis, una de ellas de El Prado. De forma global el proyecto supondrá al final que la Fundación Botín y el Museo Nacional analizarán y estudiarán un millar de dibujos. Es la esencia de estilo de un «artista único, difícil y complejo, que destaca por tener una técnica impresionante, así como por su capacidad de síntesis y abstracción». Los dibujos son «el diario visual de Goya» y con ellos el genio de Fuendetodos explora su universo interior y expresa su peculiar visión del mundo.
1771-1792. Cuatro grandes conjuntos pictóricos el cuaderno italiano, los contenidos de las cartas a Martín Zapater, los dibujos preparatorios para sus pinturas y cartones de tapices y los dibujos para grabados.
Cuaderno italiano Se deja constancia de las páginas que tiene en blanco y hay vestigios de que existieron otras que fueron arrancadas.
Para las cartas, tapices y pinturas El más antiguo data de 1777 y el último de 1802. Los de tapices entre 1775 y 1788; y entre los relacionados con las pinturas están los preparatorios para los frescos de la basílica del Pilar de Zaragoza (1772) y otros para pinturas no realizadas o desconocidas.
Para grabados Aguafuertes de su invención realizados en los comienzos de su carrera; otro de la serie de aguafuertes de pinturas de Velázquez (1776-1792); y un último bloque de dibujos de encargo (1777-1794) utilizados por otros grabadores.
El 'Catálogo' es una publicación que se postula como «herramienta de trabajo y consulta fundamental sobre el artista y el dibujo español». La Fundación santanderina, que apoya desde 2006 el estudio, la publicación y la exposición de los dibujos de los principales artistas españoles, promueve la edición sobre Goya, cuyo estudio ha recaído en varias áreas de conservación del Prado. Hace año y medio, con motivo de la inauguración del Centro Botín se celebraba una gran exposición de los dibujos de Goya que tendrá su continuidad en 2019 en una más exhaustiva y ambiciosa muestra en el Prado, integrada en las celebraciones de su Bicentenario.
El estudio de catalogación, que comenzó en 2014 y se prolongará más allá de 2019, se materializará en cinco volúmenes. Todo ello, incluyendo las muestras, con un millón y medio de presupuesto. El primer tomo recoge la producción realizada por el artista en la primera parte de su carrera, entre 1769 y los primeros años de la década de 1790. Dibujos que abordó el pintor aragonés desde su viaje a Italia (1769-1771) hasta que en los primeros años de la década de 1790 inició sus libros de dibujos y los aguafuertes de los 'Caprichos'.
«El empleo del dibujo, no sólo como herramienta académica para ensayo y tanteo de obras de mayor empeño en el campo de la pintura, la escultura, la arquitectura o el grabado, sino como expresión artística de entidad autónoma», define buena parte de la personalidad creadora de los más grandes artistas de todos los tiempos. Sin embargo, en algunos casos han estado ocultos en las carpetas y álbumes de museos y coleccionistas esperando el necesario estudio, ordenación y catalogación que propicie la puesta en valor de su importancia en la dimensión creativa de sus autores.
La Fundación Botín inició hace doce años una línea sistemática de investigación encaminada al conocimiento y la difusión del dibujo en el arte español, lo que se ha traducido en la publicación de catálogos razonados dedicados a algunos los artistas españoles más destacados de los siglos XVIII y XIX: Eduardo Rosales (1836-1873), Antonio del Castillo (1616-1668), Pablo Gargallo (1881-1934), Alonso Cano (1601-1667), Mariano Salvador Maella (1739-1819), José Gutiérrez Solana (1886 - 1945) y Bartolomé Esteban Murillo (1617-1682). La alianza estratégica de la Fundación Botín con el Museo Nacional del Prado en torno a los dibujos de Goya da continuidad a «la dimensión que el dibujo merece en el campo de las artes plásticas».
Para este tomo se ha trabajado sobre 76 dibujos catalogados y los 172 que integran el Cuaderno italiano.
El volumen repasa sus dibujos en las cartas (dos escribía cada semana), más los dibujos para pinturas, grabados y cartones de tapices, entre otros soportes y destinos.
En la apertura del edificio de Renzo Piano ya se expuso 'Ligereza y Atrevimiento. Dibujos de Goya' y, más tarde, una amplia selección de dibujos de Julie Mehretu como parte de su exposición 'Una historia universal de todo o nada'. Además, el próximo año abrirá sus puertas al público 'El grito silencioso. Dibujos de Millares', exposición que será comisariada por Mª José Salazar.
Javier Botín, presidente de la Fundación, recordó las señas de identidad de la línea de investigación que «ha convertido a Santander en un lugar indispensable en lo que se refiere el dibujo español». El proyecto y sus resultados, recalcó, «son fruto de la colaboración público-privada basada en el respeto y la confianza mutuos». El Prado y la Fundación, no obstante, como recordó ayer el director del Museo, Miguel Falomir, han mantenido una estrecha y larga colaboración que en el pasado se reflejó en el mecenazgo para estudios, muestras y restauraciones de diversas obras ligadas a las secciones de obra sobre papel y escultura de la pinacoteca. Falomir destacó que este volumen va a ser «un hito historiográfico e editorial. Creo que es el más ambicioso de los realizados hasta la fecha por su propia fisicidad, por el volumen de dibujos estudiados y por la envergadura del artista, considerado uno de los grandes colosos del arte occidental».
Falomir destacó el proyecto tanto por el volumen de los dibujos estudiados -520 del Prado y 400 de colecciones privadas e instituciones internacionales- como por la «envergadura del más actual de los artistas».
En este primer volumen son seis los dibujos descartados o descatalogados considerados hasta ahora de Goya. Y se incluyen dos descubrimientos: un dibujo, preparativo para su 'Vista de la pradera de San Isidro', y una carta a su amigo Martín Zapater. Además hay un estudio técnico detallado de cómo trabajaba el pintor en sus dibujos y un estudio de sus papeles. Y, apuntó Matilla, «hemos hecho algo novedoso que ha sido no poner al final, como se hace en muchos casos, la sentencia 'estos dibujos no son de Goya', sino que los hemos incluido y estudiado en el mismo lugar que les correspondía si hubieran sido de Goya. No hay nada mejor que contarlo en su sitio preciso y en su contexto para demostrar que no lo son». En ese sentido, «hemos descartado un dibujo de nuestra propia colección, 'El exorcismo de San Francisco de Borja', que se consideraba de Goya y que nunca se había puesto en duda.
Algunas de las cartas prolíficas de Goya a su amigo Martín Zapater denotan en una enorme intimidad. Una proximidad y una confianza extremas ¿Tanto como para sospechar que el genio de Fuendetodos podría ser homosexual?«Es imposible deducirlo de esas cartas, aunque hay quien lo cree. Eran muy amigos, pero no hay manera de saber hasta dónde llegaron, si se acostaron o no. Sabemos que un sobrino nieto expurgó las cartas más comprometidas, pero yo creo que lo hizo por razones políticas, no sexuales», sostiene Mena. Admite la «intensidad» de la relación amistosa entre ambos y describe a Zapater como «el afecto más profundo de Goya». «La persona que más quiere, lo que los franceses llaman 'amitié amoureux'» (amigo amoroso). Algo que sí habían planteado estudios como los de Roxana Pagés Rangel en 'Del dominio público. Itinerarios de la carta privada', o Natacha Seseña, que habla de «un homoerotismo de alto voltaje» en 'Goya y las mujeres'. Mena dice que hay también quien piensa todo lo contrario, «que Goya era un machote» o que «su tauromaquia era crítica». La duda está sembrada y alimentada por pasajes como este de otra carta de Goya a Zapater: «El mayor bien de cuantos llenan (mi) corazón, acabo de recibir la inapre(ciable) tuya; sí sí que me avivas mis sentidos con tus discretas y amistosas producciones, con tu retrato delante me parece que tengo la dulzura de estar contigo, ay mío de mi alma no creyera que la amistad podía llegar al periodo que estoy experimentando».
José Manuel Matilla, jefe de Conservación de Dibujos y Estampas del Prado, y Manuela Mena, jefa de Conservación de Pintura del Siglo XVIII y Goya de esta pinacoteca y miembro de la Comisión Asesora de Artes Plásticas de la Fundación santanderina, presentaron en un doble acto este primer tomo. Ambos coincidieron en destacar que es fruto de un trabajo «acumulativo, colaborativo y en equipo» cuyo destino será una publicación final centrada en conclusiones que permitirán conocer mejor a Goya. Hasta esta fase y con el Volumen II en las manos los investigadores certifican que el dibujo italiano es la base del conocimiento para Goya. No es un artista español, en este sentido, sino que se forma en Italia, las Academia de Roma y la francesa, como revela el uso de la anatomía y la forma. Para Mena, «muy pocos logran alcanzar lo que Goya demuestra con una sola línea en sus dibujos, aguadas, desde la síntesis al sentido del movimiento». A su juicio, «el trabajo de dibujo de Goya es impresionante por su capacidad técnica. su abstracción, el movimiento que representa a los personajes por dentro y por fuera... eso se ve muy bien aquí».
Matilla, por su parte, explicó que un catálogo razonado es la máxima expresión de la labor de un conservador de museos.
El experto destacó «los dibujos que no conocemos, pero sabemos que se hicieron. Hemos estudiado lo que es, lo que no es y lo que debería ser. Y aquí queda incluido para que se entienda muy bien a Francisco de Goya». A este volumen le seguirán otros tres que estudiarán de forma cronológica sus libros de dibujos, preparatorios para sus series de estampas (Caprichos, Desastres de la Guerra, Tauromaquia y Disparates), así como el resto de dibujos singulares o los que forman series para diferentes proyectos. Finalmente, el Volumen I reunirá el resultado de las investigaciones.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.