«Nos han explicado una historia de la humanidad amputada y por tanto falsa»

Gemma Ruiz Palà se documentó para su novela con recortes de periódicos, tesis doctorales, Código Civil y libros, y claro que encontró pañales y demás cosas de 'las labores'... y también encierros de mujeres con sus hijos en una iglesia en apoyo de los obreros, 'manifas' para reivindicar servicios en los barrios, pasajeras de 17 años viajando completamente solas en vuelos charter para abortar en Londres...

Todo eso está, contado a través de diez mujeres -casi todas madres- en la novela. «Nos han explicado una historia amputada y por lo tanto falsa. De la escuela a la Universidad y los libros, una estafa tremebunda. En cualquier disciplina ha habido mujeres haciendo aportaciones por el bien de la Humanidad. También nos han hecho creer que la Transición la hicieron hombres con corbata o americana de pana y no, había mujeres», dice Ruiz Palà.

Lali, Montse, Gabriela, Dolors y el resto que componen un 'Club de la Cicatriz' en el que ponen en común sus vivencias son de ficción pero no son solo novela. «No concibo escribir como un pasatiempo, sino que tiene que ser algo que me permita drenar la rabia y mostrar las mierdas que hay debajo». Es periodista y dice que algo de eso hay en su afán de levantar la alfombra para ver qué hay. «Quiero saber todas las dinámicas que operan en las relaciones sociales. Todo es político. Y cuando creo que ya he entendido algo de eso, entonces novelo». En 'Nuestras madres' empezó a escribir cuando vio que tenía diez personajes complejos y equilibrados, «con el mismo peso todas». Desde la contable catalana madre de tres hijos hasta la mujer colombiana con dos criaturas que ha llegado al país para cuidar de otros mientras otra cuida a sus hijos. «Las que ahora tienen setenta y pico años respiran gracias a las que vienen de fuera. Son nuestras madres de ahora, con maternidades complicadas y a veces inexistentes».

- Estos personajes con los que tantas se pueden identificar son también una bofetada brutal de realidad: lo terrible que se ha vivido pero quizá nunca se ha verbalizado. ¿Es peligroso?

- Para mí fue muy delicado este tema, escribí con mucha conciencia de que eran personajes que yo me iba a encontrar después. El libro trata temas muy serios y sesudos, te hace reír y llorar pero podía funcionar devolviendo a las lectoras una imagen que habían naturalizado para sobrevivir o por la hegemonía del momento, por opresiones, y por eso iba con pies de plomo.

- ¿Y cuál fue la solución?

- No venir del futuro y como una sabionda. Yo también hubiera sido así entonces. Las mujeres de mi generación también tuvimos relaciones sexuales con nuestras parejas solo porque ellos querían. No escribí desde la suficiencia, sino desde la empatía, desde la comprensión. Yo sé que a muchas lo del consentimiento sexual en el matrimonio se les va a atragantar y no quiero que se sientan mal.

No parece. En las firmas de libros en Cataluña Ruiz Palà ve una y otra vez las mismas caras. «Me dicen que es la tercera vez que compran el libro porque se lo han regalado a su prima o a su amiga», cuenta sobre unas madres con mucha miga y mucho cachondeo.