Un exquisito cadáver narrativo

Tómese un papel en blanco y practíquense varios pliegues. Comiéncese a escribir o dibujar en uno de los planos. Un segundo autor continuará a ciegas el texto o el dibujo en otro plano del papel, siguiendo las líneas visibles o las palabras del primero, y así con todos los pliegues.

El resultado será un 'cadáver exquisito', una obra colectiva de azarosa confección e imprevisible final a la que tan afectos fueron los surrealistas. Un juego al que se entregaron a menudo Lorca, Dalí y Buñuel en la Residencia de Estudiantes y que, según los expertos, es la más clara manifestación del revolucionario espíritu del grupo de Breton.

Ante del Día Internacional de la Mujer, el grupo Planeta planteó el desafío literario a treinta autoras de sus sellos, invitándolas a confeccionar un relato 'frankenstein'. El ejercicio de imaginación y complicidad de entrelazar tantas voces narrativas ha dado vida a un texto que, según sus promotores, rezuma «riqueza y diversidad».

Cada autora contribuyó al 'cadáver' con una frase de entre una y veinte palabras, generando 'El despertar', una historia «vibrante y sorprendente». «En aquel mismo momento pensé que comenzaba para mí una nueva vida», dice su primera frase. «Por muy lejos que yo huyera, me buscaría», reza la última. Entre ambas, amor, odio, maltrato, crímenes, venganza, ternura y esperanza en un 'thriller' de 886 palabras.

El escritor e historiador del arte Jean-Jacques Lebel, surrealista de primera horada, dijo que crear uno de estos cadáveres es «como tejer un sueño».

Isabel Arias, Sandra Aza, Ayanta Barilli, Sandra Barneda, Ángela Becerra, Reyes Calderón, Abril Camino, Mónica Carrillo, María Dueñas, Pilar Eyre, Espido Freire, Luz Gabás, Nuria Gago, Eva García Sáenz de Urturi, Hermanas Greenwood, Irene Junquera, Alice Kellen, Alaitz Leceaga, Cristina López Barrio, Sonsoles Ónega, Rosario Raro, Alexandra Roma, Inma Rubiales, Clara Sánchez, Paloma Sánchez-Garnica, Leticia Sierra, Mara Torres, Mayte Uceda y María Zaragoza son, por riguroso orden alfabético de sus apellidos, la tejedoras del exquisito 'patchwork' narrativo que se compartirá ese sábado, Día de la Mujer, en las redes Sociales de Planeta.

El caleidoscópico relato que mezclar talentos literarios tan dispares quiere «simbolizar la fuerza de la narrativa femenina cuando se une en una sola voz». Cada una de sus frases se incorporóde manera aleatoria, y se cosió asegurando así un desarrollo espontáneo e impredecible de la historia.

«La iniciativa de entrelazar voces es mucho más que un juego literario: es un símbolo de creatividad compartida, de unión y de la capacidad de la literatura para trascender lo individual en un eco colectivo», señalan los editores. Su empeño es «reforzar el compromiso con la visibilización del talento femenino en la narrativa contemporánea» y «celebrar el poder de la palabra escrita como herramienta de expresión y reivindicación».

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