«Es más fácil expresarse con cuatro acordes que con mil palabras»

«Va a ser un encuentro de una hora en la que se van a mezclar una charla con una entrevista y parte de un concierto. Tocaré tres fragmentos de diferentes piezas y hablaré sobre mi trayectoria», explica Escudero, quien resume ésta en «los comienzos estudiando música clásica en Santander, el traslado a Madrid y después a Boston para estudiar música contemporánea; más tarde di un paso más hacia la ingeniería para acabar trabajando como productor». Frente al perfil clásico de intérprete, Javier G. Escudero representa una figura profesional que abarca diferentes ámbitos, lo que enriquece su visión del sector: «Por mi trabajo como productor necesito saber tanto de música, en todo lo relacionado con armonía, instrumentación o arreglos, como de toda la parte técnica relativa a preamplificadores, micrófonos, compresores, ecualizadores... Combinando todos esos aspectos puede dominar cómo producir un estilo de grabación», señala el músico, quien destaca que esta circunstancia le permite «tener un abanico más amplio de clientes, porque muchos productores se especializan en un estilo de música pero otros no los controlan, y en ese sentido en mi caso puedo ser un poco más versátil».

El productor cántabro valora la puesta en marcha de iniciativas como 'Música en palabras', por cuanto permite tanto al público como a los autores acercarse a la música desde una perspectiva más abierta y humana. También, explicar la relación fundamental que tienen los intérpretes con sus instrumentos: «El instrumento al final es la herramienta que siempre vamos a necesitar para componer, trabajar y disfrutar». En su caso, y pese a estar centrado en la producción, «siempre me guío por la guitarra y siempre tengo una a menos de un metro, porque es la manera más fácil de expresar lo que uno tiene en el corazón: más que usar mil palabras prefiero cuatro acordes que me permiten explicarlo mejor».

El intérprete, que comenzó tocando una guitarra que su padre había comprado de joven, empezó dando clases en el Centro La Vidriera de Camargo y posteriormente inició sus estudios profesionales en el Conservatorio de Santander. Como experto, Escudero destaca entre las virtudes de su instrumento el hecho de que «inicialmente es muy fácil aprender, porque con unos pocos acordes puedes tocar miles de canciones», afirma, valorando además su versatilidad y facilidad de transporte. Por contra, destaca también, «a un nivel muy alto la guitarra es un instrumento muy difícil de tocar».

Cuestionado por la calidad y trayectoria de los cuatro protagonistas del ciclo 'Música en palabras', Escudero señala que «en Cantabria hay muy buenos músicos», y destaca que «ahora está surgiendo una nueva hornada de jóvenes intérpretes que con veintipocos años ya están estudiando el Superior en distintos lugares de España; los conozco por diferentes trabajos que he realizado con ellos y he alucinado porque todos son buenísimos».

A nivel creativo, el productor tira de resignación y define 2020 como «el año que no ha existido para los músicos», pese a lo cual en su caso comenzó con su proyecto, Javier Escudero Band, con un concierto en el Rvbicón en el que presentó sus nuevos temas. Su objetivo es grabar un disco con ellos pero el ritmo de trabajo y las actuales circunstancias no se lo han permitido por el momento. Algo normal, si se tienen en cuenta los más de 250 proyectos que ha producido a lo largo de toda su trayectoria.

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