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Objetos obsoletos, desechos, olvidados o en desuso. El imaginario escultórico de Joan Miró está hecho en buena medida de aquellos materiales que encontraba durante sus paseos por playas y caminos. Después el artista dejaba que los objetos dialogasen entre sí en su taller en periodos ... indeterminados. El subconsciente, la música y la poesía alimentaron la ansiedad creativa de este perseguidor de vida y arte que era Miró. 2018 pasará a la historia por forjar y fundir el nombre del artista catalán a Santander. Si la muestra de sus esculturas en el Centro Botín, inaugurada el pasado mes de febrero y que proseguirá hasta septiembre, pasa por ser una de las más celebradas y populares de las últimas temporadas, ahora el vínculo del artista con Cantabria se plasmará con la cesión de cuatro de sus esculturas a Santander. Dos de ellas se ubicará en los Jardines de Pereda y las otras permanecerán en exhibición estable en la primera planta del edifico de Renzo Piano. En realidad este anuncio supone que desde este otoño la figura universal de Joan Miró –y su mundo escultórico, cada vez más valorado a nivel internacional en los mercados y en la revisión histórica de su creación– quedará unido en el tiempo dado que en los años cuarenta Miró visitó Altamira.
1 Femme, Monument, 1970. 334 x 54 x 80 cm. Edición de 6 ejemplares. Ejemplar 5/6.
2 Souvenir de la Tour Eiffel, 1977. 334 x 54 x 80 cm. Bronce. Fundició Parellada, Barcelona.Ejemplar 5/6f.
3 'Femme (Femme debout).1969'. 195 x 122 x 110 cm. Bronce. Susse Fondeur. Arcueil, París.
4 Tête (Tête sur socle), 1978. 175 x 108 x 80 cm. Bronce. Susse Fondeur, Arcueil, París. Ejemplar 1/ 2.
El Centro Botín y el Ayuntamiento dieron a conocer ayer este acuerdo con los herederos del artista, encabezados por su nieto, Joan Punyet Miró, en un acto en el que explicó la identidad y contexto de las piezas cedidas a la ciudad. En la puesta de largo intervinieron la alcaldesa de Santander Gema Igual y la directora del Centro, Fátima Sánchez.
Las obras forman parte de la actual exposición concebida única y exclusivamente para el Centro Botín. 'Joan Miró: Esculturas 1928-1982' permanecen en exhibición hasta el 2 de septiembre. Las cuatro piezas, como destacó su nieto, representan lo más destacado de los fondos que la familia posee del artista, cifrados en cincuenta obras escultóricas. 'Femme, Monument, Souvenir de la Tour Eiffel; Femme (Femme debout) y Tête (Tête sur socle)' son las piezas de bronce vinculadas a diversos talleres y fundiciones. El subconsciente, el ensamblaje, el diálogo entre objetos, los guiños culturalistas aparecen representados y contenidos en las cuatro obras. La decisión de cederlas certifica el cumplimiento con el deseo del artista de que sus obras de gran formato «estén en espacios públicos accesibles a todo el mundo».
Lo dijo ayer con claridad Punyet Miró: «Si dejábamos algo a Santander, no podía ser cualquier cosa, sino lo mejor de lo mejor», expresó con contundencia. La cabeza visible de la Successió Miró anunció la decisión de realizar una cesión temporal «por cinco años renovables» de estas cuatro esculturas.
Punyet Miró confesó estar fascinado con la gran acogida que está teniendo la exposición de su abuelo en el Centro Botín y con los proyectos culturales que están previstos para la ciudad de Santander, como el traslado de la colección de arte del Banco Santander a su renovada sede social del Paseo Pereda o el proyecto de apertura del centro asociado del Reina Sofía vinculado al Archivo Lafuente, «lo que sin duda ha contribuido a que la familia tenga este generoso gesto», dijo Fátima Sánchez.
Gema Igual, Alcaldesa de Santander
«Estamos orgullosos de esta gran apuesta por la cultura en Santander, es una ciudad que está cogiendo mucho empuje y nosotros no podíamos quedar a un lado bajo ningún concepto». Una apuesta por «hacer de Santander una ciudad abierta al mundo, moderna y que, con el nombre Miró a su lado, va a formar parte de la cartografía mundial del arte contemporáneo».
A su juicio, «más artistas y más herederos cogerán ejemplo y estarán dispuestos a contribuir también para hacer de Santander un enclave mágico e importante a nivel mundial».
Por su parte, la alcaldesa destacó que los Jardines de Pereda «se están convirtiendo así en un verdadero museo al aire libre, con los pozos de Cristina Iglesias, los monumentos a las víctimas del incendio, a José María de Pereda, a Concha Espina… y en un auténtico epicentro cultural en torno al cual pivotan recursos culturales, históricos y patrimoniales de primerísimo orden». La alcaldesa extendió su agradecimiento a María José Salazar, conservadora del Reina Sofía y miembro del comité asesor del Centro Botín, «sin cuya participación tampoco habría sido posible la cesión». Igual, asimismo, subrayó los «vínculos» entre Santander y las familias Miró y Botín.
Fátima Sánchez se mostró encantada «porque podremos seguir disfrutando en Santander, tanto en el espacio expositivo del Centro Botín como en los Jardines de Pereda, de estas cuatro magníficas obras. Un gesto de absoluta generosidad de los herederos del artista para con esta ciudad y que muestra, una vez más, cómo nuestra apuesta firme por la colaboración entre instituciones públicas y privadas, bien gestionada, puede dar resultados muy positivos».
Sánchez destacó la respuesta masiva a la muestra de 'Esculturas 1928-1982' acompañada de visitas guiadas, visitas experiencia, conciertos, talleres, cursos... No obstante la Fundación no aporta aún cifras de visitantes. Ambas destacaron la «generosidad que ha demostrado la familia con la cesión de estas obras en un gesto de valor incalculable».
Tres de las obras cedidas han sido realizadas con «objetos encontrados», esa citada práctica habitual del artista y uno de sus signos distintivos, mientras la cuarta es uno de los muchos homenajes que Miró le dedicó a la mujer. Todas ellas proceden de Palma de Mallorca para reubicarse, a través de esta cesión, en un lugar público y transitado. Así, 'Femme Monument', 1970, y 'Souvenir de la Tour Eiffel', 1977, son las esculturas que la familia ha cedido al Centro Botín y que se exhibirán en la galería E de la primera planta, que se convertirá para ello en un espacio dedicado al artista.
Joan Punyet Miró, Nieto del artista
La primera, es una de las primeras esculturas que el artista trabaja en la Fonderia Artística Bonvicini, en Verona, donde creó piezas, especialmente, de gran formato, pulidas y de superficies lisas. «El paso a la monumentalidad de esta pieza, como sucede en otras muchas, se produce a través de sucesivos agrandamientos de modelos en yeso».
Corona la obra un huevo, balanceante, estratégicamente situado. Este ensamblaje de dos elementos humildes que el bronce ha unificado, «propicia también un juego de vacíos y llenos, una aportación lúdica que convierte a esta escultura en una pieza idónea para su exhibición en un espacio público».
La segunda, es una obra de tres metros de altura concebida con objetos inicialmente sin validez artística, pero que para Miró desprendían una cierta magia o una positiva energía; en ella predomina «esa libertad poética de la que siempre hace gala, haciéndonos olvidar por un momento su verdadero sentido y origen».
'Tête (Tête sur socle)', 1978, enfatiza ese zócalo, a modo de cuerpo, que utilizó como base de una gran cabeza, irregular y con trazos marcados que señalan los rasgos del rostro. Miró no se olvida del dorso, y unos grafismos recorren la superficie quizá como una cabellera, elemento iconográfico también recurrente en su obra. Y 'Femme (Femme debout)', de 1969. Su origen está en una pequeña escultura de 1949 de solo 31 cm de alto. Como en otras ocasiones, Miró volvió a ella agrandándola hasta casi dos metros, probablemente pensando en su exposición en espacios abiertos y públicos.
Las cuatro obras constituyen una muy buena selección del trabajo escultórico de Miró, «no sólo por representar a través de ellas su trabajo en esos tres talleres de fundición diferentes (en Barcelona, París y Verona), sino también por el abanico cronológico que se da en el conjunto, ya que nos permite apreciar la evolución de su obra escultórica con claridad».
En la exposición de 2005 en Santander, de la mano precisamente de la Fundación Botín, se incluyeron imágenes de Miró que documentaban su relación con Cantabria. El artista visitó Altamira en 1957, cuando estaba preparando el 'Mural del Sol' y el 'Mural de la Luna' para la sede de la Unesco en París. La exposición documentó el viaje de Miró realizado en compañía del ceramista Llorens Artigas.
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