«La fantasía es el templo donde nos refugiamos en los peores momentos»

-El viernes se inaugura la Muestra de Artes Fantásticas de Santander. ¿Cruza los dedos para que no se vuelva a aplazar o guarda algún truco como los que se verán durante esos tres días?

-Sí, cruzamos los dedos de las manos y de los pies para que todo vaya según lo previsto. Y si los hados no lo permitieran, sí, tenemos varios trucos en el sombrero, por si acaso. Ocurra lo que ocurra, esperamos dar al público lo mejor y que sea inolvidable por haber puesto un poco de luz en una situación tan difícil.

-Sin los teatros itinerantes, caravanas o carpas en las calles de la ciudad, ¿cómo se plantea esta edición?

-En esta edición hemos priorizado dos cosas: que sea seguro y que el público se sienta acogido, a gusto. La cultura es segura, no dejamos de decirlo todos los que trabajamos en este sector, que nos estamos dejando la piel para implantar todas las medidas para que así sea. Hemos tenido que cambiar no una sino varias veces el programa y prescindir de formatos que forman parte de la identidad del MAF. En esta edición hay menos espectáculos de calle y más de sala. Hemos tratado de encontrar el equilibrio entre la calidad y la seguridad con un cartel de fantásticos espectáculos para distintos públicos.

-¿Ha pensado en algún momento en tirar la toalla y cancelar la Muestra?

-Uf, no te voy a decir que no. La verdad es que ha sido un esfuerzo titánico y ha habido de todo. Pero queríamos dar continuidad a la Muestra y no dejar un año en blanco. Queremos aportar algo que merezca la pena, que sea un regalo para los ciudadanos, un instante de refugio y calor en medio de esta tormenta. Además, seguir en pie este 2020 es una declaración de intenciones. La cultura es imprescindible para el alma, para el sostén social, contribuye activamente a la economía, así que, por la parte que nos toca, queremos hacer lo que esté en nuestras manos para apoyar a artistas y creadores.

-Doce años ya, ¿por qué cree que el MAF tiene tanto calado en la ciudad? ¿puede hacer un pequeño balance?

-En el MAF confluyen varios factores. Es, sobre todo, una experiencia cultural intensa, un fin de semana en el que no paras de ver cosas interesantes y de encontrarte con unos y otros en diferentes espacios de calle y salas. Tiene ese punto de complicidad, de fiesta, de compartir en el espacio público. Otro aspecto importante es el cuidado que ponemos en los aspectos organizativos, la calidad de las propuestas, la imagen... Respetamos profundamente al público y nos esforzamos por proponerle creaciones que merezcan la pena. Creo que hemos logrado una identidad y mirada propia. Buscamos propuestas y atmósferas diferentes, abiertas a la creación contemporánea en disciplinas diversas, y poniendo el foco en crear experiencias para el espectador. Al cabo de doce años, creo que el MAF surgió en un momento en el que había una clara necesidad de cultura en la calle y la acogida que ha tenido ha sido extraordinaria. No me canso de decirlo, tenemos un público increíble y fiel, y eso hace que todos los esfuerzos merezcan la pena.

-¿Cree que con todo lo que está cayendo, ese público también será receptivo este año?

-Confiamos en que sí, pero es cierto que estas semanas están siendo el peor momento para lanzar proyectos de este tipo. Las medidas sanitarias son más restrictivas y es un escenario muy complejo. Es normal que haya precaución y prudencia.

- ¿Con qué ha sido más difícil lidiar: con todas las medidas de seguridad o convencer a los políticos para su celebración?

-Lo más difícil ha sido y está siendo, sin duda, gestionar y sostener la incertidumbre y los cambios sobrevenidos por las medidas sanitarias. Contamos con el apoyo de la Fundación Santander Creativa, que financia el proyecto, el Ayuntamiento de Santander, el Gobierno de Cantabria, y el Centro Botín. Nos sentimos muy bien arropados.

-Se han marcado la difícil tarea de devolver la ilusión. ¿Cree que la obligada mascarilla y la distancia de seguridad permitirá que cumplan su misión?

-No cabe duda de que este MAF será muy diferente. La situación es complicada también para los artistas, para los que es más difícil recibir el 'feedback' de los espectadores en este contexto. Aún podemos, al menos, mirarnos a los ojos, así que confío en que conseguiremos que la energía fluya y se genere esa complicidad entre público y artistas.

-Supongo que le será difícil elegir, pero ¿qué espectáculo no podemos perdernos de los que se van a ofrecer?

-Sí... la verdad es que es difícil elegir... Yo diría que no hay que perderse 'Eh man hé', de Zero en Conducta. Será el cierre y colofón del fin de semana y, como tal, hemos programado un espectáculo de peso. En él se fusiona la danza contemporánea con la manipulación de una marioneta de tamaño natural, con una técnica muy depurada y momentos de gran belleza visual. Tampoco hay que perderse la 'Blancanieves' de La Chana, ni 'eMe de Carlo Mô', ni 'Complejo de Edipo de Quico' Cadaval... Y no sigo. Tenemos un cartel de artistas imponente.

-Háblenos de esos artistas.

-Nos visitarán 25 artistas de nueve compañías, siete españolas más una francesa y otra checa. Todos con una larga trayectoria. Habrá fusión de danza contemporánea y marionetas, teatro de objetos, títeres, clown contemporáneo, circo, magia, teatro gestual y narración oral.

-¿La fantasía podrá con el covid?

-¡Por supuesto! La fantasía puede suceder de formas impensables y en cualquier lugar. Me siento profundamente agradecida todo el equipo que trabaja para hacerlo posible.La fantasía es el lugar de los sueños, la evocación de las sensaciones que amamos y el templo en el que podemos refugiarnos en cualquier momento. Las artes nos ayudan a vivir, más aún en una situación como en la que nos encontramos ahora mismo. Todo se resume en esta frase de Luisa Etxenike que se ha hecho viral: «la cultura no es una actividad de tiempo libre, es lo que nos hace libres todo el tiempo».