Fernando Bermejo reúne en Art Book una singular «historia visual del arte»

Las figuras elegidas no se agotan en sí mismas, los diálogos, contrastes y paralelismos, o las oposiciones están presentes en la enésima creación del pintor afincado en Esles desde los noventa. La poética del paisaje, sus bosques iluminados, los paseantes, las intervenciones en estancias y lugares públicos que recrean y reinventan espacios a través de cajas de luz, el dibujo, sus retratos conforman solo una parte de la inconografía de un artista que mantiene un vínculo reverencial con su estudio. Pero, ¿cómo definir su 'Art Book'?

Más allá de su obvia intensidad ilustrativa, la respuesta la expresa en el libro uno de sus exégetas y mayores conocedores de su obra, Fernando Zamanillo: «Un pequeño manual de arte muy resumido, un tipo muy especial de historia visual del arte, particular, interpretativo, realizado a partir de la mirada personal de un artista que sabemos muy prolífico y asimismo sustancialmente dotado de la perspicacia y sensibilidad suficientes como para, sin palabras, ilustrarnos a la perfección, con su capacidad de apropiación y posterior exégesis, algunas de las obras del arte universal». Y, como un singular vellocino de oro blanco, a modo de mantra entre lenguajes, cada una de las veintidós obras contiene la presencia del libro con el epígrafe 'ART' en su lomo.

El mismo escenario donde hace dos años la Fundación Caja Cantabria abría con la creación de Bermejo un nuevo espacio dedicado a la experimentación plástica, la Sala Diáfana del Casyc-Up, albergaba ayer tarde la puesta de largo del libro 'Art Book' de Bermejo, con textos del historiador del arte y crítico Fernando Zamanillo. En el acto intervinieron, además, Fernando Salmón, catedrático de la Universidad de Cantabria; Carlos Crespo, coeditor; el director del MAS Salvador Carretero y el director de la Fundación Caja Cantabria Juan Muñiz. La obra ahora publicada cuenta con el patrocinio y edición de Bodega del Riojano y el Museo, la coordinación del propio Zamanillo, el diseño de María José Arce y las fotografías de Javier Lamela.

Si sensibilidad y gesto, mirada y naturaleza se entrelazan a lo largo del tiempo en la obra de intensa personalidad visual, el caso de 'Art Book' no es una excepción. Sus propiedades visuales se mantienen intactas a lo largo de todas las obras pictóricas que componen esta nueva serie de Bermejo, «mudando solamente de ubicación y tamaño en cada cuadro, sea en la mano de una figura humana, sea sobre una mesa o sobre el suelo del escenario elegido, y así adquirir la función de hilo conductor intencionado, constante y perseverante». Ese Hilo de Ariadna al que se refirió Salmón en la presentación.

Y en la repetición «un aliento creativo que al pintor le incita a elegir justamente determinadas obras del arte universal en tanto que paradigmas o modelos de un vasto libro sobre el ilimitado espíritu creativo del hombre, cuya cuantía sería imposible de abarcar». En realidad otra honda reafirmación de Bermejo en el hecho artístico y en su expresión de pintor. Como subrayó Carretero: «La pintura no ha muerto ni morirá».

El 'libro' de Bermejo (1949), desde el espíritu crítico, el sentido del humor, el homenaje, el juego, el diálogo, funde la creación propia y ajena. Lo subraya Zamanillo: «Crea nuevos discursos conceptuales, en los que en ocasiones recurre a la ironía, pero sin apartarse en ningún momento de su íntimo deseo de admiración y homenaje hacia obras y autores».