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Cabe hacerse la pregunta. Eso siempre funciona con Fernando Savater (San Sebastián, 1947), articular la duda que pone en marcha todo lo demás. En su caso ¿qué queda después de la hecatombe? Es decir, cuando todo salta por los aires, y el día sigue ... con sus ruidos y sus nubes, la noche con lo mismo, luego del despertador. ¿Cómo puede un hombre, tras la pérdida, vivir sólo con pasado? Detrás de esta franja emocional se ha colocado el filósofo guipuzcoano para culminar un libro que, según anticipa, será el último que haga. Para qué más, parece decirse, si ya no está ella: Sara Torres Marrero, su mujer durante 35 años y fallecida en 2015 por un cáncer. Savater, asiduo a las páginas de prensa, a los micrófonos de la radio, a la palabra como un lugar donde habitar después de todo, será el protagonsita mañana, martes, de una nueva cita con la tribuna literaria que organiza este periódico en el marco de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.
Presentado por Guillermo Balbona, redactor jefe de El Diario Montañés, el encuentro con el pensador y ensayista, voz indispensable de una generación criada en los diálogos de una España embembida por el conflicto vasco, por la política como una forma de transitar entre las libertades recién nombradas, el encuentro servirá no tanto para compensar lo que Savater amenaza con no volver a escribir sino para sopesar hasta qué punto la sociedad se está haciendo las pertinentes preguntas ahora que él pretende dejar de interrogarse. Savater es respuestas, incluso para aquellos que no tienen aún edad para hacerse preguntaas, como plasmó en su clásico 'Ética para Amador'.
Martes 30. 'Martes literarios', con Fernando Savater Paraninfo de La Magdalena. A las 19.00 horas. Entrada libre hasta completar aforo. Presentado por Guillermo Balbona
Miércoles 31. 'Veladas Poéticas' con el poeta Sergio Arlandis Hall del Palacio de La Magdalena, a las 20.00 horas. Presentado por Carlos Alcorta
Finalista del Premio Planeta en 1993 con 'El jardín de las dudas'; premio Ortega y Gasset de Periodismo en 2000; Premio Anagrama con 'Invitación a la ética' y Premio Nacional de Ensayo por 'La tarea del héroe', ambos en 1982; Premio Internacional Eulalio Ferrer 2015; su larga bibliografía contempla decenas de ensayos publicados desde 1970 en las principales editorales del género como Ariel, Mondadori, Anagrama o Debate, donde publicó su último título en 2015 'Aquí viven leones', mano a mano con su esposa, Sara Torres.
Su siguiente –y posiblemente el último– capítulo bibliográfico se titula 'La peor parte. Memorias de amor' llegará a las librerías este próximo mes de septiembre. Con él, dice que «ha apagado la luz» de esa casa emocional en la que vive la palabra; como el que se va de viaje y cierra todo, hasta a uno mismo, para dejarlo –dejarse– atrás.
Con esta cita, Savater vuelve por segunda vez este verano a la UIMP, después de haber participado la primera semana de julio en el curso 'Periodismo de verdad'. Ahora, el filósofo regresa a la península con la palabra como punto de encuentro, esta vez, en los 'Martes Literarios' en el Paraninfo de La Magdalena.
La palabra regresa esta semana a la Universidad Internacional Menéndez Pelayo después del parón provocado por la Semana Grande. poesía la pone esta semana la voz de Sergio Arlandis (Quart de Poblet, Valencia, 1976) es doctor en Literatura Española. Profesor de la Universidad de Valencia y de la Universiad de Virginia. Incluido en numerosas antologías de poesía joven, es autor de los libros de poemas, 'Cuando sólo queda el silencio' (1999), 'Caso perdido' (2009), Premio Ciudad de Valencia-Vicente Gaos; 'Contexturas' (2013), 'Desorden' (2015) e '(In)verso' (2017). Como crítico de literatura y de poesía ha seguido dos líneas fundamentales: por un lado, ha realizado diversos trabajos acerca del Siglo de Oro, especialmente sobre Quevedo y Lope de Vega y, por otro, mucho más fecundo, ha escrito numerosos ensayos críticos sobre poesía contemporánea.
Según explica Carlos Alcorta, poeta, editor y coordinador del ciclo de las Veladas poéticas de la UIMP, Arlantis «cobija bajo el amparo de las palabras porque la escritura es un refugio que transforma la experiencia en lenguaje, una tabla de salvación a la que aferrarse para sobrevivir en el naufragio que supone el paso del tiempo, un tiempo resbaladizo que el poeta trata infructuosamente de atrapar, de detener con la llama del amor vivo».
El pulso del verso de Sergio Arlandis es moroso, reflexivo, dice Alcorta, «nada proclive a la sucesión rápida o atropellada de los pensamientos, aunque esto no implique que asistamos a una descripción meramente narrativa de aquello que la memoria usurpa a la experiencia».
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