
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Como si de un festín se tratase, una larga mesa con el mejor menú posible para los lectores: decenas de títulos de todos los estilos ... y para todas las edades. Un banquete literario que ofrecieron ayer los Libreros Asociados de Cantabria en la Plaza del Ayuntamiento de Santander para celebrar el Día del Libro y reivindicarse: «el día que desaparezcamos los libreros también lo harán los libros», aseguraba Luis Lisaso, presidente del colectivo. La jornada, pese a la lluvia, tuvo mucho de festiva para el sector en la región que, por primera vez, concurría de forma conjunta en dos únicas carpas. En una de ellas un único mostrador –esa larga mesa– por el que se fueron turnando los responsables de 16 librerías de varios municipios que contaron con el apoyo de editores y autores que además de firmar ejemplares, en la segunda de las carpas, con su presencia animaron la jornada en la que no faltaron las rosas y la música.
Lisaso, a las 10.30 horas recibió a las autoridades que participaron en la inauguración: el vicepresidente de Cantabria y Consejero de Cultura, Pablo Zuloaga; las directoras generales Gema Agudo y Eva Bartolomé; la concejala de Juventud, Educación y Salud del Ayuntamiento de Santander, Noemí Méndez, el diputado nacional y secretario general de Santander, Pedro Casares... Pero sin duda, los lectores fueron los verdaderos protagonistas de una jornada en la que también se cumplieron tradiciones. Al menos así lo explicaba Julia Fernández que, parapetada bajo un paraguas y un pequeñín, Iván, de la mano, salía de la carpa con el libro ilustrado '500 preguntas y respuestas sobre los animales'. «Todos los años vengo con mi hijo aunque siempre es él que vuelve a casa con un libro», aseguraba.
Luis Lisaso, presidente de los libreros
Yago de La Mora también acudió en familia. El objetivo principal era comprar el libro de Paulo Armengod, 'Historia gráfica de Astilleros de San Martín 1878-1989' (Ediciones Tantín), pero ya de paso sus dos hijos también aumentaron su propia biblioteca con nuevas adquisiciones. El que no acababa de decidirse era Neco, un pequeño al que su madre, Tania Muñoz, también regala un libro cada 23 de abril. «En casa fomentamos mucho la lectura porque nos parece la mejor forma de abrirle puertas», aseguraba esta santanderina.
Entre los autores presentes Concepción Revuelta y David López compartieron mesa para hablar de sus últimas obras 'Días grises con cielo azul' y 'Mil años de arroz y diez meses de flores' respectivamente. Para la primera, que también participó en otro de los actos celebrados ayer por el Día del Libro en El Corte Inglés de Santander; «esta jornada es muy importante para los escritores pues nos permite estar en contacto con los lectores y conocer un poco mejor lo que realmente piensan de nuestro trabajo». David López, por su parte, quiso realzar el trabajo de los libreros y de las librerías de barrio. «Donde siempre recibirás una buena recomendación. Deberíamos valorar mucho más su labor», afirmó.
Otro de los autores presentes en este Día del Libro fue José Carlos Rojo. El también periodista de El Diario Montañés que presentó 'El diablo del Norte' (Valnera) junto a su editor Jesús Herrán, celebró la presencia de tantas familias en las carpas. «Está claro que en la casa en la que lee el mayor también lee el pequeño», afirmó. Herrán, expresidente del gremio de editores, celebró la iniciativa. «Me gusta mucha esta iniciativa de libreros unidos porque esta es la primera vez que van a hacer caja única e incluso los pedidos los han realizado de forma conjunta. Cosa que es de agradecer», señaló, al tiempo que recordó que «el libro sigue necesitando apoyo también de las instituciones y de los colegios».
Otros autores como Félix G. Madroño o Marina Casaos pasaron por esa carpa en la que no faltaron cuentacuentos y una mesa redonda en la que se abordó el papel esencial de las bibliotecas. Al final del día los libreros, que volverán a la calle del 1 al 10 de julio para celebrar en la plaza Porticada la Feria del Libro estaban satisfechos con la respuesta del público. «Agradecemos mucho al público que pese al día lluvioso hayan respondido a nuestra llamada y venido a la calle con nosotros a defender a las librerías», aseguró Lisaso.
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