El Festival de Invierno enseña que la Celestina «no es la mala de la película»

La nueva versión de 'La Celestina' se muestra desde el punto de vista de la protagonista. Una obra en la que Eduardo Galán ha buscado el dinamismo de la acción, el ritmo de los conflictos y la rapidez del paso del tiempo, para reflejar la idea central de la obra: La brevedad de la vida, la necesidad –como dice Celestina a Melibea– de disfrutar de la juventud antes de que la vejez arruine la belleza.

La Celestina que subirá al escenario del Concha Espina vuelve al teatro para redimirse. Para que el público la entienda, tal y como explicaba antes de estreno Anabel Alonso quien también destacó el toque feminista de una mujer «que se dedicaba a coser virgos para devolver la libertad a todas las mujeres en una época muy machista».

En cuanto a la adaptación de la obra, una producción de Secuencia 3, Pentación, Sagra Producciones y Teatre Romea, el director, Antonio C. Guijosa cuenta en la función las vicisitudes de los personajes a un ritmo mucho más actual que el del texto original. Algo que se debe al trabajo del autor de la adaptación, quien ante la imposibilidad de llevar el texto original de Fernando de Rojas a un escenario pues serían cinco horas de función, lo ha reducido a una y cuarenta y cinco minutos, con un lenguaje que conserva el clasicismo, pero que también está actualizado.

Alejo Sauras, Alex Barahona y Ángela Cremonte abren el viernes la programación semanal de Festival con 'La ilusión conyugal', una de esas comedias de enredos escrita por Éric Assous y dirigida por Antonio Hortelano, sobre una pareja que decide confesarse mutuamente sus infidelidades. El juego consiste en saber la cantidad de amantes que han tenido durante su matrimonio. A partir de ahí saldrán a relucir las miserias, mentiras e infidelidades de las que han sido objeto durante su relación, hasta llegar a conseguir quitarse la máscara y mostrarse, de una vez por todas, como son en realidad. Una comedia que hará reír y también reflexionar sobre la delgada línea entre la verdad y la mentira y preguntarse si la sinceridad es un requisito imprescindible para alcanzar felicidad.

Ya el domingo y como siempre en sesión matinal, el público infantil disfrutará con la obra 'El hombre que plantaba árboles' un espectáculo con el sello de calidad teatral de la compañía vasca Gorakada. Está basado en la obra homónima de Jean Giono, una pequeña joya literaria que presenta en forma de parábola una propuesta ética para cambiar el mundo. «Un canto, sobrio y austero a la armonía mediante la cual los seres humanos conservan y enriquecen la tierra en la que coexisten con los animales, unos y otros enriquecidos a su vez por el silencioso, aunque sensible, reino vegetal. Un canto a la naturaleza, a la armonía de las gentes con ella. Un canto a la amistad y a la paz entre los pueblos», señala la compañía.