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Camporesi durante las sesiones de trabajo en la Filmoteca Mario Camus Roberto Ruiz
«Sin las filmotecas no tendríamos historia del cine español, habría desaparecido»

«Sin las filmotecas no tendríamos historia del cine español, habría desaparecido»

Valeria Camporesi, directora de Filmoteca Española, ha participado en el encuentro internacional de entidades fílmicas celebrado en Cantabria

Jueves, 28 de noviembre 2024, 07:17

Cuando se hizo la restauración de 'Un perro andaluz', coincidiendo con el centenario de Luis Buñuel, se descubrió que no estaba claro cuál era la versión original del film. La preservación es clave «para que no desaparezcan las películas y poder enseñarlas de nuevo al público», dice Valeria Camporesi (Bolonia, 1957), directora de Filmoteca Española que durante dos jornadas ha participado en el Encuentro de Filmotecas Ibéricas en Santander. Entidades que cuentan con una sana red de colaboración que funciona muy bien ensus dos líneas principales de trabajo. Por un lado, el archivo fílmico, la restauración, que es la parte «más pegada a las películas propiamente dicha» y por otro la programación; «Poder intercambiar información para programar ciclos, tener acuerdos con distribuidoras, etc». Las dificultades vienen dadas por el escaso personal de muchas filmotecas así como de presupuestos. Pero Camporesi es positiva: «Noto que ahora hay mucha energía» y que la nueva Ley del Cine «ofrecerá un apoyo muy grande al patrimonio cinematográfico» y en consecuencia, mayor visibilidad al trabajo que se hace. «Necesitamos los unos de los otros, en todos los niveles, porque el trabajo del patrimonio cinematográfico es infinito y de una complejidad enorme».

Que las filmotecas tengan salas de proyección, como en el caso de Cantabria, antiguas, «ya es de por sí una operación de mantenimiento de patrimonio al volver a habilitarlas para proyecciones». Un avance que se une a la labor de creación de archivos, prioridad absoluta, porque «el material cinematográfico es muy frágil y tiene todo tipo de problemas».

Esa es, a juicio de la historiadora de cine, profesora e investigadora, una de las funciones clave de las filmotecas. «Sin ellas no tendríamos historia del cine español, porque habría desaparecido –defiende– Las películas necesitan muchos cuidados, no solo los celuloides, sino también lo digital».

Christian Franco y Valeria Camporesi en el exterior de la Filmoteca de Cantabria Roberto Ruiz

La Mario Camus, anfitriona de dos jornadas de diálogo internacional del que saldrán «proyectos en común»

El Encuentro de Filmotecas Ibéricas comenzó con más complicaciones de lo previsto: más de una decena de asistentes viajaban a Cantabria en el tren accidentado en Monzón de Campos, lo que hizo que llegaran muchas horas más tarde lo previsto, agotados y con el shock consecuencia del incidente. «Fue todo una odisea, pero más allá de eso, pudimos cumplir el programa», dice Christian Franco, director de la Filmoteca de Cantabria, anfitriona de la cita por primera vez. «Trabajamos en red en muchos aspectos y es algo que cada vez va a más, porque en los temas de conservación y archivo, si no cuentas con aliados, es imposibles». Cualquier material con la significancia necesaria para ser protegido «es material de todos los españoles», defiende. Siguiendo esa línea de razonamiento: «Si lo contemplamos en conjunto, las filmotecas son un gran repositorio de ese patrimonio».

Las campañas de recuperación de cine familiar, en formato Super 8 han permitido digitalizar más de 600 rollos en los que aparecen desde una feria ganadera de los años 20 a un día de playa en el Sardinero de los 70. «Esa es la pelea que tenemos ahora porque es una carrera contrarreloj» por la combinación de materiales muy frágiles y tecnología obsoleta que ofrece un margen «de cinco años como máximo». Destaca Franco que aquí «no hay disputas; todos entendemos cuál es nuestro papel para preservar los materiales por encima de todo».

El programa, que ha contado con 31 representantes de una docena de filmotecas, ha permitido explorar también líneas de programación como la iniciativa DCP con la que otras entidades ya se han mostrado interesadas. «La respuesta ha sido brutal; hacía años que no había un encuentro tan concurrido». De las jornadas, donde, a partir del diálogo, se han salido proyectos que se trabajarán en común. «Estamos felices porque somos pequeñitos y el resultado ha sido muy bueno».

Interés y nuevas lecturas

Contar la dificultad de estos procesos es una parte que a la investigadora le gusta especialmente. De hecho, incide, a las visitas que se realizan al Centro de Conservación y Restauración de Películas que hay en Pozuelo de Alarcón, cada vez asisten más personas. «Hay interés y curiosidad».

Una de las múltiples líneas de investigación que desarrolla Camporesi, tiene que ver con lo nacional y lo transnacional. A lo largo de la historia de los medios le ha interesado «ver cómo hay una compenetración de elementos de cultura y de identidad, que tiene que ver con lo local, que se puede definir de varias maneras», a la vez que se trabaja en un medio en el que «las tensiones transnacionales son muy fuertes desde siempre y te expone a profesionales, formatos, ideas, personajes, que vienen de fuera». Da una cierta perspectiva sobre los cambios actuales, «donde vamos hacia una fuerte homogeneización por un lado y lo digital lo confunde un poco todo, es una gran mezcla». Pero el último informe del Observatorio Audiovisual Europeo señala que se aprecia una tendencia a que las producciones locales se consumen, se disfrutan y recaudan más en su propio ámbito de creación. «La propia globalización está generando un redescubrimiento de lo propio», indica.

Camporesi, que ocupa el cargo desde hace un año, considera que «las filmotecas tenemos un papel muy importante; hay que trabajar la cultura y rescatar no solo a las mujeres cineastas, sino empezar a ver la historia del cine de forma diferente». Destaca además, su papel como archivo de consulta. «Si tenemos acceso a la documentación que diferencia por género, será más fácil visibilizar dónde hay problemas de representación». Un esfuerzo que reclama a la política pública y a nivel de industria, en el que las filmotecas «pueden acompañar», concluyó.

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