«Me he formado como grafitero a base de pintar, soy autodidacta»

El laredano Steve Camino inició su andadura en el mundo del arte cuando era adolescente. Ahora, su pasión se ha convertido en su profesión. Autodidacta y emprendedor, Camino ha logrado hacerse un hueco en Cantabria a través de sus murales y sus tatuajes. El recientemente inaugurado Distrito Joven de Guriezo cuenta con varias obras del artista, quien espera poder pintar en un futuro en otras comunidades de España, mezclando sus colores y trasmitiendo emociones a las personas que pasen por delante de sus murales, al igual que lo hizo hace más de una semana, cuando obtuvo la cuarta posición en un concurso nacional de grafitis.

-¿Cómo comenzó en el mundo del grafiti?

-Cuando era pequeño me apunté a clases de pintura. Pintaba cómics y siempre me ha gustado el mundo del arte. Un día, cuando era chaval, estaba en una sala de recreativos y vinieron varios chicos a pintar con espray, cogí un bote y empecé a enredar con ellos. Luego, pasé a pintar habitaciones de amigos, locales, participado en concursos y así he ido realizando diferentes trabajos.

-¿Cómo se forma un grafitero?

-En mi caso, a base de pintar. Soy autodidacta, veo vídeos de artistas del grafiti por internet, tanto de España como del resto de Europa y voy imitando cosas y otras se me van ocurriendo sobre la marcha. En general, no hago grafitis de letras, me gusta más hacer figuras, arte realista como caras de niños y ancianos, sobre todo. De hecho, en Laredo hay un muro con una de mis obras en la que aparece un niño con un gorro de aviador y en otro pinté un bebé con barba, trasmitiendo cómo influye el puerto en nosotros desde que somos niños, con esa vena marinera y aventurera.

-¿Qué le sirve de inspiración?

-Cuando pinto caras suelo buscar en internet y me baso en las que me llaman la atención, que tengan gestos o muecas y que encaje. Me gusta que esté en consonancia con el entorno. Hace poco pinté en Colindres mi mural más grande, de 400 metros cuadrados, donde he dibujado sellos relacionados con la vida de antes, con el puerto.

-Una de sus últimas obras luce en las paredes del Distrito Joven de Guriezo...

-Sí. Lo primero que hice fue elegir colores cálidos, porque este local se usará sobre todo en invierno. Como era un espacio para la juventud, quise plasmar aspectos como el deporte, los viajes y lo urbano a través de un patinete, un mapa del mundo y semáforos y señales. Además, el local alberga también el Punto de Información Juvenil, por lo que tenía que pintar dibujos dinámicos. Son varias ideas unidas.

-¿Cómo está visto el mundo del grafiti hoy en día en la sociedad?

-Ha evolucionado muchísimo. Antes se veía como algo sucio, con pintadas en cualquier pared o en vagones de tren. Eso sigue estando ahí, porque es el tipo de grafiti clásico, pero ahora, el grafiti de murales está muy bien visto y valorado. En Santander tenemos a Okuda, uno de los mejores del mundo que pinta a nivel internacional murales de grandes dimensiones. Las paredes se ponen en valor, son como una galería de arte gratuita. Ahora se relaciona el grafiti con la cultura, con exposiciones de artistas en grandes ciudades como Nueva York o Berlín.

-También plasma su arte en la piel...

-Hice un curso de tatuajes en Santander, uno de los más reconocidos a nivel europeo en el que empiezas a tatuar desde el primer día, teniendo una buena base de dibujo, claro. Un amigo y yo nos animamos a emprender hace siete años con un establecimiento de tatuajes en Laredo. Así nació Estudio Skull. Desde entonces, las tendencias, como en todo, han ido cambiando. Ya no se tatúan casi tribales ni letras chinas, se dejan guiar por los famosos, prefiriendo tatuajes pequeños o frases o también brazos tatuados enteros, al igual que lo llevan los futbolistas y demás.

-¿Cuál es su último logro?

-El más reciente se dio el pasado fin de semana, cuando quedé cuarto en un concurso nacional de grafitis y estoy contento, había mucho nivel. De hecho, las dos primeras posiciones fueron para artistas que pintan a nivel internacional. Al final, de 46 personas quedé cuarto y estoy muy satisfecho con el resultado de la obra y el puesto obtenido.

-¿Algún proyecto entre manos?

-Muchos. Me gustaría pintar, por ejemplo, un mural en la zona del túnel de Laredo, que está bastante abandonada. Quisiera darle un poco de color y que la gente lo valorase más. Se trata de un lugar que en otro sitio del país estaría más cuidado y valorado. Hay que tener más cuidado en este sentido, en un sitio turístico como Laredo. Sería una forma de que el pueblo viese que se le puede sacar más partido. Algo parecido sucede con el casco viejo. Ahí me gustaría pintar un niño apenado, como abandonado, que sea un espejo de la propia calle. Veo que el casco está viejo, triste y que lo están dejando perder. Se puede exprimir y lo están dejando caer.

-¿Cómo se ve en un futuro?

-Me gustaría seguir haciendo lo mismo, pero viajando más, pintando murales también fuera de Cantabria, haciendo exposiciones de cuadros, mejorando el nivel y aprendiendo de los viajes.