'Fortalezas', la crónica visual de seis creadoras en el Día de la Mujer

Una propuesta que posee una doble connotación llamativa: el hecho de ser la primera de las muestras de las siete que integran el Programa Comisariado 2022, una iniciativa que permite la descentralización cultural, el apoyo a creadores y la potenciación de espacios de la comunidad; y, en este caso, su inclusión en las actividades organizadas por Vicepresidencia para conmemorar el Día de la Mujer.

María María Acha-Kutscher, Rosalía Banet, Maite Centol, Majo G. Polanco, Chelo Matesanz, y Gema Ramos conforman un grupo de creadoras «heterogéneo, con propuestas inconfundiblemente personales y estilos muy definidos pero que, en este proyecto, vuelcan su experiencia y energía para, sin perder un ápice de su identidad, poner en común su visión plástica en torno a la violencia de género».

Como ya se avanzó, siete proyectos fueron seleccionados para formar parte del calendario expositivo de los centros culturales públicos Los Arenales, Centro de Estudios Lebaniegos y la Casa de Cultura de Torrelavega dentro del programa de Comisariado. Una convocatoria, según el vicepresidente del Gobierno de Cantabria, Pablo Zuloaga, fruto del diálogo con el sector y la participación de los creadores cántabros en el marco de la Mesa de Artes Plásticas y Visuales del Consejo Cántabro de la Cultura.

Este año como novedad y, tras el éxito de la primera edición, se ha incorporado un proyecto más y, se ha abierto la convocatoria a creadores de fuera de la Comunidad. 'Fortalezas' es la primera exposición del Comisariado 2022. Un proyecto expositivo que surge como «reflexión, reivindicación y lucha contra la violencia de género». Las creadoras de la muestra, conscientes del importante papel del arte en la sociedad, coinciden con la artista estadounidense Jenny Holzer, al considerar como principal objetivo del arte, «el servir de instrumento para luchar contra los abusos». La lucha contra la violencia es una tarea colectiva, como común es la labor que desde el arte se debe realizar para erradicarla. «Aunando esfuerzos y aportando nuevas perspectivas, las artes plásticas y visuales tienen mucho que decir».

Desde su diversidad, las obras seleccionadas permiten obtener una visión amplia de la calidad artística y humana de estas creadoras; hallando vías de expresión directas y contundentes.

En el caso de la obra de Acha-Kutscher, siempre comprometida y reivindicativa, asoman poderosas imágenes que poseen un claro carácter testimonial. Partiendo del dibujo o el collage fotográfico crea extensos archivos, que representan «un intento constante de mantener nuestra memoria viva en una sociedad que impulsa su disolución».

Rosalía Banet (Santiago de Compostela, 1972) plantea, a través de sus instalaciones y dibujos, un análisis crítico y reflexivo de la sociedad actual y de los patrones establecidos, mostrando sus excesos y desigualdades. «Recurre al cuerpo humano -muchas veces fragmentado- y sus enfermedades, como metáforas para representar un sistema que considera caótico, alienador y deshumanizado».

'Fortalezas', proyecto comisariado por Santiago Martínez, prosigue con la obra de Maite Centol (Logroño, 1963). quien traslada sus inquietudes y reivindicaciones a un lenguaje abstracto y conceptual. Una creadora que «tensa la geometría hasta el límite, para rastrear y profundizar en aspectos concernientes al uso del lenguaje», clave en la configuración social, cultural y existencial del ser humano. Analiza conceptos fundamentales ligados a la desigualdad de género, desde el dibujo a la pintura, desde los textos y gráficas estadísticas, a la acción perfomática.

Ligada a Cantabria, Majo G. Polanco (San Sebastián, 1973) ahonda, desde la interdisciplinariedad artística, en aspectos unidos a la memoria, a los procesos de generación de las identidades colectivas y a las consecuencias de la política en la vida ordinaria. La instalación y el videoarte sirven «para hablar del peso y repercusión de la historia oficial en la cotidianidad, el duelo y los procesos de sanación y reparación». Reinterpreta y resignifica cuestiones del pasado, como los iconos religiosos y las costumbres, adaptándolos a las problemáticas y al contexto actual.

Chelo Matesanz (Reinosa, 1964) articula su trabajo desde «una visión crítica del imaginario otorgado a la mujer a lo largo del tiempo». Usa objetos y materiales ensamblados generalmente mediante el procedimiento de la costura y el pespunte como sustitutos de las categorías tradicionales del arte.

Finalmente, el lenguaje plástico también es reivindicativo en las propuestas de Gema Ramos (Oviedo, 1969), que se mueve entre el dibujo y la acción performática, con trabajos que poseen una gran carga poética que potencia el sentido crítico. Sus exquisitos y delicados dibujos y acuarelas, y un tratamiento cromático y formal repleto de connotaciones, despiertan emociones dormidas y desencadenan una profunda reflexión sobre la realidad social, cultural y vivencial».

En 'Fortalezas', subraya el comisario, «la calidad, más allá de los aspectos puramente estéticos, técnicos y formales, señala unas implicaciones personales realmente admirables».