'El fuego de la conciencia', un acercamiento a la libertad vista por Miguel Delibes

Asistieron también Juan Zapatero Gómez-Pallete, presidente de la Fundación Castilla y León, quien comparó la exposición con una puerta abierta, no solo a la novela sino «a otros siglos, a otras personas, en algunos casos reales y en otras ficticias y otros países».

Por su parte, el director de la Fundación Delibes, Fernando Zamácola consideró que 'El hereje' «tiene a todo el Delibes dentro; el que habla de agricultura, de historia, de conversación con los niños, el de la defensa de los desfavorecidos». Recordó cómo en el primer fin de semana tras su publicación se vendió la primera edición de casi 100.000 ejemplares, se ha traducido a trece idiomas y ha tenido un largo recorrido. Uno de sus temas cruciales es la libertad. «Religiosa, de conciencia y la soledad de ejercerla hasta el último momento, sin fraternidad donde cobijarte». Ese aspecto es el que aspiran a transmitir a los más jóvenes a través de la visita a la amplia colección de materiales expuestos. «Tenemos perdida la batalla contra las pantallas, pero si conseguimos que los jóvenes lean más, de una forma crítica, habremos puesto nuestro granito de arena con los ciudadanos del mañana». 'El fuego de la conciencia', dividida en dos partes, se adentra primero en «quién y qué escribe», en torno al propio Delibes, para pasar a una segunda una aproximación a la época «con preguntas que inquieren al espectador».

Un trabajo de diseño «arduo», según Crespo, cuyas preguntas se pueden resumir en seis claves. Así, es posible hacer un recorrido intelectual por «la idea de 'El hereje' como resumen de los temas de Delibes y la identificación del escritor con su protagonista, Cipriano Salcedo; la extensión del conocimiento que supusieron los libros y la imprenta; la apertura de España a Europa y sus relaciones con Flandes; la extensión del Renacimiento; la tensión entre ortodoxia y heterodoxia; y la libertad de conciencia y soledad del individuo ante el misterio de Dios, la fe y su propia existencia».

Entre el centenar de piezas expuestas hay un total de diecinueve procedentes de entidades regionales, a las que se suman dos libros de una colección particular. Documentos, mapas, esculturas, obras artísticas y objetos de época cedidas por el Museo Diocesano y el de la Tortura-Inquisición de Santillana del Mar, la Fundación Caja Cantabria y la Biblioteca de Menéndez Pelayo han cedido varias obras que forman parte relevante de la narrativa expositiva. En este sentido, el proyecto que ha supuesto más de un año y medio de trabajo, presenta la singularidad de que no será itinerante por la propia naturaleza de las piezas, que deberán volver a sus instituciones de origen dentro de cuatro meses.

En el preámbulo de sus obras completas, en 2007, Delibes escribió: «Le di gracias a Dios, que me permitió terminar 'El hereje'», «un libro que quema, que prende en nuestras manos su mensaje y su belleza», concluyó Mario Crespo.