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I. J.
Miércoles, 12 de abril 2023, 15:10
Castilfrío de la Sierra, un pueblecito soriano de algo menos de 40 habitantes, fue escenario de la última despedida al escritor Fernando Sánchez Dragó, fallecido el pasado lunes a los 86 años, como consecuencia de un infarto. El funeral reunió no sólo a la joven ... viuda, que se llevaba 57 años de diferencia con el escritor, también a sus exmujeres y sus respectivos hijos, además de otros familiares, amigos del mundo de la cultura, el espectáculo y la política. Todos ellos mostraron su pena y dolor por la muerte del autor, tan popular como controvertido por sus opiniones e ideas políticas.
Castilfrío de la Sierra se había convertido en los últimos años en el cuartel general de Sánchez Drago para escribir sus libros. Allí le acompañaba la periodista asturiana Emma Nogueiro, de 29 años, su último gran amor desde hace seis años cuando se conocieron durante una entrevista. Pese a declararse estar muy enamorado de su nueva pareja, con la que compartía un buen número de aficiones como la política o la tauramaquia, el escritor nunca llegó a casarse con ella, que estuvo presente en el momento de su fallecimiento. «Esta foto te la llevas contigo. Adiós para siempre, amor mío, mi amor, mi maestro, mi compañero de vida. Te envío un beso infinito, hasta que volvamos a vernos. Amor», expresaba con pesar la joven en su cuenta privada de Instagram.
Nogueiro, que se mostró destrozada por la pérdida de su pareja hasta el punto de que necesitó ayuda de sus amigas para acompañar al coche fúnebre, coincidió en el funeral celebrado ayer por la tarde a puerta cerrada en la Iglesia de la Asunción con algunas de las exmujeres del escritor, Naoko y la diputada en el Parlamento de Cataluña Anna Grau, con quien mantuvo una relación sentimental entre 2016 y 2017. Ambas se mostraron totalmente abatidas por su muerte. El autor siempre alardeó de mantener una buena relación con todas ellas, salvo Elvira, su primera esposa y madre del primero de sus cuatro hijos, que le acusó de no haberse portado bien con ella.
Precisamente, en su funeral estuvieron presentes también dos de sus hijos. Ayanta, de 53 años, es hija de la italiana Caterina Barilli, la segunda esposa del literato. Akela, es el hijo menor de Sánchez Dragó cuya madre es Naoko, la mujer japonesa del escritor desde 1995. El escritor se enamoró perdidamente de ella cuando asistía a sus clases de literatura en la universidad de la ciudad nipona y desde entonces se hicieron inseparables.
Akela protagonizó uno de los momentos más emotivos del funeral cuando leyó una carta dirigida a su padre. En ella, le agradecía haberle enseñado a escribir y le prometió acabar un libro que habían empezado juntos al mismo tiempo que prometía «seguir cuidando de los gatos de la casa». Precisamente, el escritor había colgado una foto en las redes sociales con una de sus mascotas sobre su cabeza tan sólo diez minutos antes de fallecer en una instantánea que se ha vuelto viral.
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