Secciones
Servicios
Destacamos
Durante décadas, un clásico del verano fue recibir la llamada telefónica de Gerardo Mazorra para convocar a los periodistas a la cena que se celebraba en un restaurante santanderino. Juan Calzada presentaba en ella la esperada temporada 'Talía' del Teatro Cinema, del Coliseum... A ... los postres, Gerardo nos entregaba un gran sobre que contenía los programas de mano de cada espectáculo. Allí estaban las figuras de gira por España: Lina Morgan, Paco Martínez Soria, Pepe Rubio, Quique Camoiras, Juanito Navarro, Pedro Osinaga, etc. Y, por supuesto, Arturo Fernández.
Arturo regresa a Santander desde este jueves y, como siempre, a 'Talía'. Ahora con Palco Tres Gestión y al Teatro Casyc, para que el público pueda disfrutar del arte sobre las tablas. Lo hace con la obra 'Alta seducción', de María Manuela Reina, en la que su colega de reparto es Carmen del Valle. No hay compañía teatral en nuestro país más veterana que la suya. Arturo es el eterno galán.
Bajo la luz de los focos y en el contexto de un decorado siempre elegante– marca de la casa–, el actor asturiano se transforma. Rejuvenece. Y, a la vez, obra el milagro de rejuvenecer a todos los espectadores. Como declaraba hace poco tiempo, «a los actores el escenario nos aporta juventud. Tomamos las mejores cosas del personaje que estamos interpretando, y si te gustan las trasladas un poco a tu propia vida». Y añadía al respecto: «Soy consciente de que la vida se acaba, y daría cualquier cosa por que se descubriera esa pastillita para quitarse quince años de golpe. Yo amo la vida por encima de todas las cosas. Y soy un poco como los futbolistas, que cuando tienen treinta y cuatro años es cuando mejor juegan, pero es cuando tienen que retirarse. A mí me pasa un poco eso. ¿Por qué no se alargará la vida, ahora que la empiezo a disfrutar tanto? Cuando ya eres mayor, ves que te has preocupado por cosas que no tenían ninguna importancia, y ahora quieres acogerte a las cosas importantes y disfrutarlas, que no se te escapen…». Así es.
La relación de Arturo con su público ha sido de permanente idilio. He aquí su reflexión ad hoc: «Creo que poseo el inmenso privilegio de contar con el favor del público y eso es muy gratificante. Hasta el punto de que cuando tengo algún achaque, catarro, lumbago, lo que sea, y estoy hecho polvo en casa, llego al teatro, comienzo la representación y durante esas dos horas ni una tos, ni una molestia… No sé si les pasará a todos los actores, pero a mí sí». Arturo reconoce que es un actor vocacional, que no sabe vivir sin el teatro y que tiene «la inmensa fortuna» de contar con la lealtad de los espectadores. Clientela que percibe «todo el esfuerzo, toda la dedicación que pongo, montaje tras montaje, para darle lo mejor de mí mismo, para superarme en cada espectáculo para que disfrute lo máximo posible durante dos horas».
Respecto al negocio en el que muchos de sus colegas han convertido el oficio vía subvención, no esconde el criterio: «Las ayudas públicas solo deben estar para grandes proyectos de indudable interés general cuyo coste los haga inviables para la iniciativa privada. Me siento muy orgulloso de no haber pedido ni recibido subvención alguna jamás». Pocos podrían decir lo mismo. El reto diario que este número uno de la alta comedia asume para alcanzar el éxito lo sintetizan sus propias palabras: «Cada función es un estreno».
Más claro, el agua. Que tomen buena nota quienes pretendan llegar a convertirse en estrellas. La profesionalidad no se improvisa. Nadie se sostiene por azar en el éxito. Bienvenido de nuevo a Santander, admirado maestro de la interpretación. Chatín.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.