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Si hay una película que a María Hervás (Madrid 1987) le hubiera gustado protagonizar esa es 'La peor persona del mundo' del noruego Joachim Trier, con que se abre hoy, a las 20.00 horas, un nuevo ciclo en el Centro Botín que lleva por ... título 'El cine que me influyó' en el que distintas personas, en esta primera jornada ella misma, recomiendan una película que no sólo se proyectará sino que comentará con el público. La intérprete de 'Macho Alfa' y de otras como 'El pueblo' o 'La cocinera de Castamar' y que nunca ha ocultado su pasión por el teatro, reconoce que para ella hacer una película como esta «sería como un regalo de Reyes».
-Hoy viene para abrir un ciclo en el que los invitados recomiendan una película que de alguna manera les ha marcado. Usted ha elegido 'La peor persona del mundo', ¿por qué esta?
-Cuando vi 'Oslo, 31 de agosto' conecté rápidamente con su director Joachim Trier. No nos conocemos personalmente pero hay algo en su cine que conecta conmigo y que en 'La peor persona del mundo' también se da. Hay un desasosiego en mi generación que él refleja muy bien. Muestra esa insatisfacción constante que sufrimos y esa sensación de que nunca hacemos lo que se espera de nosotros. Pertenezco a una generación que no para de juzgarse, que está muy preparada pero a la vez muy insatisfecha y esto nos genera mucha tristeza y vacío existencial. Joachim Trier retrata todo esto de una manera muy hermosa y muy sencilla a la vez. Muestra esas pequeñas explosiones de dopamina que nos describen así como esa duda entre lo moral y lo inmoral. Me gusta mucho su cine.
-Pues quién diría que usted, que tiene una carrera tan exitosa y galardonada entre otros con el premio de las Artes y Letras de la Fundación Princesa Girona, vive ese desasosiego e insatisfacción que dice caracteriza a su generación.
-No dejo de ser un ser humano y si me apuras la insatisfacción, el vacío o el desasosiego es algo propio de nuestra condición como humanos. Esa situación que describes sobre mí es verdad como titular, pero mi oficio es muy precario y los actores y las actrices vivimos en un situación de incertidumbre muy poderosa y con la duda, cada vez que acabamos un trabajo, de si nos llamarán pronto o preferirán a alguien con más seguidores en Instagram, que es algo que a día de hoy se valora casi de una manera obscena. Y encima ahora llega todo lo de la Inteligencia Artificial que también nos genera incertidumbre. Así que sí, es verdad que parece que tengo una carrera solida de la que me siento muy orgullosa, pero el artista es vulnerable por definición, también lo es el actor y si encima eres mujer se multiplica por veinte.
-¿Vivimos en un país en el que no se cuida a los actores y actrices?
-El victimismo no va conmigo y no sé si podría aseverar eso, lo que sí que tengo claro es que en otros países, como Inglaterra, se nos valora de otra forma. Allí los actores son herramientas poderosas para la cultura y para movilizar afectos y emociones, con la importancia que eso tiene como motor emocional para la sociedad. En Inglaterra esto lo entienden muy bien hasta el punto que se les da títulos nobiliarios de lord y en España muchos nos siguen considerando de forma despreciativa como títeres o 'los que salimos en la tele'.
-Pudo ser arquitecta, pero dejó los estudios por la interpretación. ¿Se ha arrepentido?
-Nunca. Yo empecé a hacer arquitectura porque tenía muy buenas notas y cuando llegó el momento de ir a la Universidad no tenía clara que carrera hacer porque lo que quería era ser actriz. Elegí arquitectura tal vez por seguridad, pero nunca tuve ese deseo, ni la querencia de ser arquitecta. Cuando la dejé me pesaba más el disgusto que podrían llevarse mis padres que el abandono de la carrera. A día de hoy la disfruto desde otro lugar de una forma más contemplativa. Por ejemplo, disfruté mucho del Centro Botín cuando estuve allí hace unos años.
- ¿Sí?, ¿qué le pareció?
-Un edificio que es un espectáculo por sí mismo. Me emocionó, me encantó transitarlo y experimentarlo e incluso me interesé por cómo se había hecho. Recuerdo estar en una sala de grandes ventanales en la que tenías la sensación de estar justo encima del mar.
-La interpretación le ha llevado a la producción y a la dramaturgia. ¿Cómo se siente en estas nuevas facetas?
-En esas dos facetas soy todavía muy bebé y no puedo autodefinirme ni como productora, algo que he hecho en una ocasión, ni como dramaturga aunque haya escrito un par de obras de teatro. Estoy en ese momento en el que quiero pegar cuanto antes el salto a la dirección cinematográfica y de teatro. Pero al tiempo estoy muy aturdida. Me preocupa hacerlo mal. Por suerte como actriz tengo mucho reconocimiento, también entre mis compañeros, y eso hace que me asuste dar ese salto y no recibir el mismo aprecio. Tengo que vencer ese miedo y darme el permiso de equivocarme. En eso ando ahora.
-El teatro es su pasión, siempre lo dice, pero, sin embargo, su popularidad se debe a la televisión.
-El teatro es mi pasión por varias cosas, la primera porque es el lugar donde mejor puedo experimentar el motivo por el que soy actriz. El escenario es un lugar sagrado para mí. La energía que se genera en una sala de teatro es palpable y hace que te vayas a casa intoxicada en el mejor de los aspectos. Te vas alimentada y sientes que el resto también se ha ido así. A esto se suma a que en teatro es donde hecho los mejores trabajos como actriz. Aunque es verdad que cada vez se hacen mejores personajes y se nos tiene más en cuenta, todavía cuesta que en el cine o en la televisión te den papeles similares.
-¿Qué le da la televisión?
-Es verdad que me ha hecho más conocida y también es un medio que me gusta mucho porque trabajas con otro tipo de herramientas. Con otra confianza más cercana al momento y a tus compañeros, incluso al equipo técnico que al final son los que hacen posible esa producción. Pero mi asignatura más pendiente es el cine, lo veo como ese regalo que te pides por Reyes. Estoy deseando de hacer una película de autor como la que voy a recomendar esta tarde en el Centro Botín.
-¿En qué trabaja ahora?
-En pocos días empiezo a rodar en Bilbao una comedia muy divertida que se llama 'Cuerpo escombro' con Ernesto Sevilla y Dani Rovira. Y en julio tengo un proyecto de teatro, que todavía no puedo explicar, pero que es muy especial y el reto más grande al que me he enfrentado en un escenario. Y luego como te decía antes estoy muy centrada en perder el miedo y hacer mis propias cosas.
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