«Hay gente que no duda en convertirse en un monstruo para seguir en el poder»

-Seguro que nunca imaginó que un día iba a encarnar al general Trujillo. Háblenos de 'La Fiesta del Chivo' y de su personaje.

-Efectivamente, Trujillo es un compendio de lo peor. 'La fiesta del Chivo' cuenta una historia de maltrato, de violación y de humillación continua. A diferencia de la novela, en la narración teatral esa mujer después de ser violada por el general y de conseguir escapar de su país a Estados Unidos llega a República Dominicana treinta años después para ajustar cuentas con su padre que fue quien la entregó en sacrificio sexual al dictador.

-¿Qué se encuentra a la vuelta?

-En el duelo entre Urania Cabral y su padre, el presidente del Senado Agustín Cabral, ella se encuentra a un guiñapo. A un hombre que no puede valerse por si mismo. Todo el dolor que ella lleva dentro se vuelve realidad en el teatro al revivir todo lo que sufrió con Trujillo. Creo que es muy fuerte ver en un escenario esas escenas que se han podido leer en el libro. Tiene mucho impacto. En cuanto a mi personaje, el dictador Trujillo no reviste mayor complicación a la hora de hacerlo más que hacerlo bien y, sobre todo, que sean los espectadores el que lo juzguen y no yo.

-Imagínese un hipotético encuentro con el general Trujillo. Ahora que le conoce tan bien, ¿qué le diría?

-¿Qué le diría? Sería escueto: No sé porque razón me he encontrado con usted pero vuelva a la tumba y no salga nunca más.

-Habla del libro original, que también lleva por título 'La fiesta del Chivo'. ¿Le dio algún consejo Mario Vargas Llosa para interpretar a su personaje?

-Estuvo en alguno de los ensayos y sus opiniones fueron excelentes. A mí, concretamente, me dijo cosas maravillosas. La mejor fue que a partir de ahora ya no se podría imaginar a Trujillo con su imagen física sino con la mía. Me dijo: «Para mí a partir de ahora Trujillo eres tú». Mario Vargas Llosa es un hombre muy agradable y además tiene una cosa que no tienen otros autores y es que también es dramaturgo. Ha escrito y estrenado teatro con mucho éxito además y sabe de que habla cuando algo le gusta o no le gusta. La tensión fue pensar luego lo que hubiera pasado sino le llega a gustar.

-¿Cuándo leyó la novela y qué pensó cuando le ofrecieron protagonizarla?

-La leí en el año 2000 durante la gira de la obra 'El verdugo' y jamás se me ocurrió que se iba a poder representar así que cuando me ofrecieron el papel y vi la adaptación de Natalio Grueso no lo dudé porque la voz del personaje tenía mucho que ver con la que yo sentí con la novela. Creo que todos ponemos nuestra propia voz a los personajes que leemos así que le pido por favor a los espectadores que hayan leído el libro que me presten espacio para meter mi voz porque seguramente cada uno tenga su propio Trujillo en la cabeza.

-¿Y a los que no la hayan leído?

-Se van a encontrar un espectáculo muy impactante en cuanto a las relaciones personales de los personajes que intervienen.

-La obra le ha reunido con Carlos Saura con el que no había trabajado nunca. ¿Cómo ha resultado la experiencia?

-Primero quiero decirte que yo acepté el papel nada más leer la adaptación pues no todas las novelas se pueden llevar a un escenario y Natalio Grueso lo ha logrado con una adaptación muy limpia y muy sincera. Pero evidentemente para mí trabajar con Carlos Saura suponía todo un plus. En una ocasión estuvimos a punto de hacer una película que luego no salió. A mi generación, al menos en mi caso, las películas de Saura nos han formado. Su cinematografía me ha dado un cierto estilo como actor. En cuanto a trabajar con él he comprobado que es un hombre al que no le gusta revestir las cosas, le gusta todo profundamente natural y esquemático y de la misma forma que en el cine fotografía las cosas con su gran ojo, en el teatro deja que sean los actores los que lleven la voz cantante y se limita a modularnos y conjuntarnos para que luego al final actuemos ensamblados como si fuéramos una orquesta.

-En el programa de mano dice que esta obra es una lección de vida. ¿Qué aprende el público?

-Que no se debe vivir bajo la humillación, la opresión y la crueldad de gente. Es una lección de vida porque es una lección de dignidad. La que viene buscando Urania desde Estados Unidos después de ser violada porque siempre ha habido gente que por permanecer en el poder se convierte no le importa convertirse en un monstruo.

-Se va a reencontrar con el público de Torrelavega que ya le concedió el Premio Duende Zahorí por su trayectoria.

-Para mí Torrelavega es un sitio muy especial. Cada vez que voy a actuar recuerdo que cuando no estaba construido el Teatro Concha Espina las funciones se hacía en un instituto y se formaban colas por la noche para comprar las entradas al día siguiente y que el por entonces alcalde Javier López Marcano llevaba café, churros y chocolate a esa gente para hacerle más amena la espera. Para mí es estar en casa.

-¿Cómo lleva la crisis sanitaria y todas las medidas que se han tomado para frenarlo?

-Como cualquier ciudadano con mucho cansancio ya y con una gran incertidumbre. Por otro lado tengo mucha esperanza y preocupación porque este pulso entre economía y sanidad que no tiene vías de una próxima caducidad está perjudicando mucho a mi sector, por eso los que tenemos la suerte de hacer giras, que no somos muchos, cada vez que salimos al escenario nos dejamos la vida porque se lo debemos a ese público que está haciendo un gran esfuerzo de ir a vernos.

-Próximos proyectos

-Hay mucha incertidumbre así que solo puedo decirte seguro que estamos grabando una nueva temporada de serie 'El Cid'.