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Armestre explicó su trabajo en zonas y países como Somalia, El Salvador, el Ártico o España. Alberto Aja
«La gente no siempre quiere saber y conocer realmente lo que está pasando»

«La gente no siempre quiere saber y conocer realmente lo que está pasando»

El fotoperiodista Pedro Armestre analizó en Santander la situación de los medios, la catástrofe ambiental y el modelo social actual

Jueves, 5 de marzo 2020, 07:27

El estrés hídrico provocado por multinacionales del sector de los refrescos en El Salvador, la inseguridad y el reto emocional de retratar la situación social de Somalia -madres sin hijos, hijos cadáver, niños soldados, soldados corruptos-, retratar el deshielo del Ártico, anegarse durante semanas en las negras costas de Galicia en la crisis del Prestige, esquivar miradas y señalamientos en el País Vasco de los tiempos de ETA. Nicaragua, Guinea, Marruecos, Rumania, Bangladesh... También meterse en el fuego con las cuadrillas de extinción durante los incendios forestales, salir corneado cubriendo el Toro de la Vega -cuarenta y cinco centímetros en la pierna, cuatro meses de hospital-, y varios accidentes en coche, un aterrizaje forzoso en avioneta, amenazas con machetes en medio de la selva... La trayectoria del fotoperiodista Pedro Armestre (Galicia, 1972) parece una película, pero es tan real como la vida misma. Porque eso es precisamente lo que se ha dedicado a retratar, le costase lo que le costase, desde que en 1993 comenzó su andadura profesional.

Armestre ofreció el pasado viernes una conferencia en el Casyc invitado por la Asociación Profesional de Fotoperiodistas Cántabros. Durante dos horas habló de muchas de las realidades que ha cubierto, de su etapa en algunos de los medios de comunicación más prestigiosos de España y del mundo, de la situación actual del periodismo o de la catástrofe medioambiental que la Humanidad está provocando y que ha comprobado en primera persona en distintos puntos del planeta. Una apuesta vital y profesional arriesgada porque, como él mismo reconoce, se ha dejado «muchas cosas por el camino, la familia, los amigos... He tenido muchos líos, con los medios de comunicación, con empresas, con la Justicia». Sin embargo, tras más de 25 años de experiencias mira atrás y no es capaz de encontrar nada negativo en su profesión: «Siempre he ido avanzando según mi criterio y considero que ésta es una profesión de largo recorrido, un maratón. Ahora que tengo una posición asentada y visto en perspectiva, no le encuentro nada malo». Para él, el fotoperiodismo «se ha convertido en una herramienta que me ha permitido acceder a mundos que de otra forma serían inalcanzables». Aunque muchos de esos mundos sean los que describió durante el coloquio: los que mucha gente no querría pisar ni por casualidad.

«El gran problema del periodismo hoy en día son las noticias falsas y la desinformación»

El fotorreportero, que trabajó durante más de una década para la agencia France Presse y que hoy en día lo hace para organizaciones como Save the Children o Greenpeace, ha enfocado siempre su trabajo a temas sociales o relacionados con el medio ambiente. Dos ámbitos complejos porque «la gente no siempre quiere saber, conocer realmente la situación». Desde su punto de vista, «la sociedad solo quiere escuchar lo que sus oídos quieren oír. La gente solo atiende al periódico, la radio y la televisión de su tendencia ideológica, solo se relaciona con quienes piensan como ellos... Y con esa actitud no hay crecimiento, no hay enriquecimiento personal ni evolución». Cuestionado sobre el papel de los medios en una sociedad tan polarizada, Armestre señala que en ese sentido «los medios están reproduciendo los patrones que se imponen en la sociedad, es una serpiente que se muerde la cola». Una situación que desde su punto de vista tiene su base en el sistema económico que caracteriza a este mundo global: «El problema de fondo es esta sociedad del consumo que tiene que tener un crecimiento constante, según han decidido los poderes políticos y económicos, hasta el punto de que el propio capitalismo considera como un daño colateral el desastre medioambiental si eso justifica el crecimiento del sistema. Da igual cargarse bosques y mares si eso garantiza el crecimiento, cuando lo que realmente sostiene al sistema son esos bosques y esos mares». Por ello, aunque se considera una persona positiva, cree que como sociedad «vamos camino hacia a la destrucción absoluta por la superpoblación y el afán consumista». Si hay esperanza, para Pedro Armestre pasa porque las personas tomen conciencia de que «los pasos para cambiar el modelo económico se tienen que dar desde la base. Esa base somos nosotros, todos, en nuestro día a día. Y podemos plantear pequeños cambio que a la larga y entre todos tengan un gran impacto».

Periodismo

Esa toma de conciencia social pasa en gran medida por los medios de comunicación. En ese sentido, desde su perspectiva «el gran problema ahora mismo son las noticias falsas y lo difícil que es localizarlas. Es fundamental saber distinguirlas y veo que a la sociedad en general le cuesta, porque muchas veces ves que la gente las comparte». Y cita: «Es un problema porque, como dijo Göbbels, cuando una mentira se repite mil veces se convierte en verdad. El exceso de información genera desinformación, porque uno ya no tiene capacidad para leer y asimilar todo lo que le llega; si a eso le añades que mucho de lo que llega es falso, el problema está asegurado». El impacto de la revolución digital, que valora positivamente en diferentes sentidos, también retrata esta nueva situación: «Hoy en día cualquiera puede opinar, se ha roto esa jerarquía que existía antes y que de alguna forma servía de criba. Ahora cualquiera escribe un tuit, lo viraliza y marca tendencia aunque no sepa nada o no sea nadie. En ese sentido es un escenario absurdo y peligroso porque al final la desinformación crece, genera alarma y distorsiona la imagen de la realidad».

«El cambio tiene que venir desde la base: con pequeños gestos podemos generar un gran impacto»

Esa realidad, o su cara más compleja, dura y difícil, es la que este fotorreportero ha tratado de retratar a lo largo de su carrera, siempre en base a sus propias premisas: «Cuando hago fotos siempre hay partidarios. Con la tauromaquia, por ejemplo, mi intención es evitar estar a un solo lado, quiero estar en todos porque si sólo hablan bien de mí unos es que mi trabajo solo sirve para una parte de la sociedad». No posicionarse es una premisa esencial en su enfoque profesional: «Si me posiciono no hago fotoperiodismo, sino comunicación. Así que trato de no hacerlo nunca, de ir siempre únicamente a describir lo que está pasando». ¿Cómo? «Buscando una imagen de impacto, una fotografía que condense, retrate y permita conocer aquello que sucede».

1. Fotografía del autor sobre el matrimonio infantil en Sierra leona para Save the Children.| 2. Retrato de la situación de la étnia rohingya en Bangladesh. | 3. La defensa del medio ambiente es uno de los temas centrales del trabajo del fotorreportero español. Pedro Armestre
Imagen principal - 1. Fotografía del autor sobre el matrimonio infantil en Sierra leona para Save the Children.| 2. Retrato de la situación de la étnia rohingya en Bangladesh. | 3. La defensa del medio ambiente es uno de los temas centrales del trabajo del fotorreportero español.
Imagen secundaria 1 - 1. Fotografía del autor sobre el matrimonio infantil en Sierra leona para Save the Children.| 2. Retrato de la situación de la étnia rohingya en Bangladesh. | 3. La defensa del medio ambiente es uno de los temas centrales del trabajo del fotorreportero español.
Imagen secundaria 2 - 1. Fotografía del autor sobre el matrimonio infantil en Sierra leona para Save the Children.| 2. Retrato de la situación de la étnia rohingya en Bangladesh. | 3. La defensa del medio ambiente es uno de los temas centrales del trabajo del fotorreportero español.

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