Gloria Torner, este mes de marzo, y Sara Huete, en otoño, en La Casona de Reinosa

En el umbral de primavera La Casona acoge la obra de la santanderina Gloria Torner (aunque nacida en Arija, Burgos). Como demostró el periplo expositivo del Año (2021) dedicado a la pintora por Vicepresidencia/Cultura, posee un vínculo poético, cómplice con el entorno. Bodegones que no lo son; espacios reinventados; y la bahía, siempre la bahía. La riqueza creativa de la pintora siempre va acompañada de «un sutil inconformismo, de una levedad de insatisfacción y de una fragilidad extraña que provoca empatía».

Gloria Bermejo, impulsora de ambas muestras organizadas desde el Ayuntamiento de Reinosa y su Concejalía de Cultura y Patrimonio, sostiene que «crear nos convoca a la vida, a sentir el proyecto vital, a hacerlo andar. La creación nos implica en el cuerpo, en la cognición, en la emoción, en nuestra individualidad siempre atravesada por los otros y el mundo. Esa red compleja que es el vivir se manifiesta a través del arte renovando afectos, nuevos pensamientos y estructuras culturales y sociales». En este sentido, los proyectos que presenta en La Casona «parten del trabajo de dos mujeres, que, a través del arte y la creación, se lanzaron a la vida, se comprometieron sobre todo con ellas mismas y utilizaron el arte para construir sus biografías y dar un proyecto a su existencia». Ambas creadoras, Gloria Torner y Sara Huete, «aportan un rico y variado juego de miradas que se mantienen en el tiempo. Ahora, queremos volver a mirar, como si fuera la primera vez, pero sin desdeñar lo aprendido a lo largo del camino de la experiencia de la vida».

Hace ahora cuatro años Santander rendía homenaje a la pintora Gloria Torner con la entrega de la Medalla de la ciudad, una distinción con la que se reconocía «una trayectoria vital y artística indisolublemente ligada a la ciudad y a su Bahía». Torner llegó a la ciudad tras finalizar sus estudios y obtener una beca de la entonces Diputación de Santander. Desde entonces, se ha convertido en una de las artistas que «ha captado y reflejado con mayor sutileza las luces y colores de la bahía santanderina». Último exponente de una generación con nombres propios como Gerardo Diego, Pepe Hierro, Julio de Pablo, Gloria Fuertes, Rafael Alberti..-todos ellos fueron amigos personales de la artista-, Torner continúa expresando su curiosidad «porque en mi interior me sigo sintiendo joven y llena de vida». La exposición vuelve reflejar a la pintora pero también a la mujer que ha reivindicado su presencia femenina. Y una máxima: «Siempre luché por defender mi pasión por la pintura». Es la pintora de las «ventanas al infinito» o los «espacios para el pensamiento», de las texturas que acaparan fondo y forma, de la «metamorfosis del paisaje», de las 'Cosmobahías' de la serie 'Musas' y los Murales de los 'Espacios Pintados y Arte Digital'.

En Reinosa las 'Sensaciones de color' de Torner se transparentan con rotundidad en la selección de obras donde queda patente «esa interiorización de toda una vida de contemplación». Una traducción en creaciones que hablan «del fluir de la vida, de su ritmo cotidiano, lento, discreto, que ha ido educando su mirada, y le permite captar y mostrar toda esa belleza de días frente a su bahía».