«El gran hándicap de la música antigua está precisamente en su nombre»

-Forma Antiqva llega hoy a los Marcos Históricos del FIS con el espectáculo 'Farándula castiza'. ¿En qué consiste?

-Es una vuelta de tuerca a la música del siglo XVIII en España y un recorrido por lo que se hacia en las calles por las calles. Es una música de la que cuanto más investigamos y conocemos mejor nos parece más fascinante. Lo que se vivió entonces fue similar a lo que nosotros vivimos en los años ochenta con 'La movida' y que pasó en 1750 en Madrid, una ciudad que se volvió muy atractiva para los principales artistas de Europa y en la que se formó un bullicio cultural y un maremagno de creatividad muy interesante que da como resultado una música mestiza y bastarda, en cierta manera, pero que tiene un componente rítmico, melódico y estructural muy diferente al que se estaba haciendo en el centro de Europa. Es la época de la creación de las orquestas profesionales, de la ópera, del teatro, de la zarzuela... Un tiempo fascinante.

-Ayer en el Palacio de Festivales hicieron un homenaje a María Antonia Vallejo, 'La caramba'. ¿Quién fue esa mujer y por qué la recuerdan ahora?

-Porque para nosotros es un referente. Fue una tonadillera española del siglo XVIII que hoy en día podríamos definirla como una 'influencer'. Se paseaba por El Retiro y la sociedad madrileña copiaba su atuendo, sus sombrillas, sus tocados del pelo... Y también en la música pues todos los compositores querían componer para ella. Era además una mujer empresaria que cuidaba de sus trabajadores y que, aunque se casó por amor, dejó a su marido al mes de la boda porque la pidió que dejase de actuar.

-No es la primera vez que Forma Antiqva llega al FIS. ¿Qué supone este Festival para la formación?

-Tengo la suerte y el privilegio de mantener una relación muy estrecha con su directora, Valentina Granados, una persona de la que además de poder presumir de ser su amigo es muy receptiva con todos nuestros proyectos y me consta que con las de otros compañeros, prácticamente con la totalidad del sector. Además somos asturianos y Cantabria es prácticamente nuestra casa. Así que estamos encantados de poder actuar allí siempre.

-Han pasado ya veinte años desde que se formó la agrupación. ¿Si echa la vista atrás que es lo primero que le viene a la cabeza?

-Orgullo. Orgullo de todo lo trabajado y no sólo por mí mismo y mis hermanos, que somos el núcleo del grupo, si no por el trabajo de tantísima gente que ha estado con nosotros. Forma Antiqva es un proyecto colectivo, que reposa en los hombros de mucha gente. Después de tantos años, tanto trabajo, viajes y demás no puedo evitar sentir un orgullo narcisista. Me siento, nos sentimos, muy privilegiados.

-A veces los programas de música antigua pueden parecer aburridos, sin embargo cuando se va a los conciertos, el público, en general, sale encantado. ¿Todavía hay un gran desconocimiento de este tipo de música?

-El gran hándicap de este tipo de música es precisamente su nombre, el de música antigua. Una vez que inventemos uno más atractivo será mucho más popular (ríe). Ahora ya hablando en serio la música antigua es una etiqueta que engloba una manera de hacer música, de enfocar ese repertorio y una manera de interpretarla que también implica al oyente y que tiene una estructura y una raíz muy próxima al pop, al rock y a la música que escuchamos hoy en día por lo que es muy fácil entender su mensaje.

-Los intérpretes se encargan además de buscar y rescatar las obras que presentan. ¿Queda mucho por descubrir?

-Es un perfil que cumplimos una gran parte de los músicos de este sector, pero no todos. Pero si como en nuestro caso tienes un poco de iniciativa, un poco de curiosidad o de disposición a recuperar nuestro patrimonio y contribuir a que figuras como La Caramba sean más conocidas no te queda más remedio que bucear en las bibliotecas o en los archivos y nutrirte de esas recuperaciones. Nosotros trabajamos en la recuperación parte del archivo musical de la catedral de Oviedo y es una tarea en la que llevamos inmersos prácticamente diez años. Y sí, no sé si tenemos la suerte o la desgracia de tener todavía mucho material por editar, descubrir, desempolvar, por tocar y sobre todo por conocer. Es una pena que no haya una política de recuperación más agresiva o más intensa porque esta situaría a España a un nivel musicológico, cultural y creativo muy interesante, sobre todo en lo referente al siglo XVIII.

-Ahora mismo hay un gran número de agrupaciones que interpretan este género. ¿Considera que se está haciendo buena música antigua en España?

-Creo que sí. En general se está haciendo mucha y buena música antigua, pero también se hace regular y mala. Como en todos los países y en todos los sectores. Hay grupos que son flor de un día y otros con una estructura amateur, más asociativa que profesional. Pero cada uno tiene que vivir en su ecosistema y tenemos que respetarnos los unos a los otros, aunque te diría que el nivel de la música antigua en España es muy alto.

-¿Cómo llegaron los hermanos Zapico a este tipo de música?

-Fue todo fruto del interés de nuestros padres de que tuviéramos la mejor educación posible. Nos apuntaron a un conservatorio, se interesaron por lo que había más allá de las aulas y así aterrizamos en la música antigua. Todo fue muy orgánico y muy paso a paso, empezando de cero y sin grandes objetivos a la vista. Un día nos dimos cuenta de que los tres ya éramos profesionales y nos dedicábamos a la misma música. El secreto yo creo que está en que tuvimos el apoyo de nuestros padres y sobre todo que no forzamos ninguna situación, ni ningún objetivo ni nada parecido.

-Próximos proyectos.

-El más importante y el más próximo es ese que te he adelantado que es la grabación de parte del archivo de la catedral de Oviedo, que presentaremos con un concierto a finales de este mes de agosto. Es muy emocionante para nosotros y luego queremos grabar 'La Caramba'. En medio tenemos conciertos por toda España y por toda Europa.