«Nos gustan los comienzos impactantes por las preguntas que lanzan al lector»

-Si les llega a pillar José Luis Cuerda habría dicho que Carmen Mola es «una y trina». ¿Cómo se reparten los papeles? ¿Padre, hijo y espíritu santo?

-No, no: trabajamos sin jerarquía y sin distribución del trabajo; como somos guionistas, estamos acostumbrados al trabajo colectivo. Hasta se te olvida qué se le ocurrió a quién, porque cada uno va añadiendo algo y al final los tres nos sentimos padres de casi cualquier idea.

-Bueno, espero que por lo menos me haya tocado la parte buena. El mejor tercio...

-¡Hombre, eso seguro, que en todas partes hay clases!

-Dicen por ahí que llevan más de quinientas entrevistas. ¿Ya empiezan a caerles mal los periodistas?

-No, todavía se aguanta; de hecho, Jorge Díaz y yo somos periodistas, y yo de hecho comencé trabajando en ello, así que podríamos decir que tenemos 'simpatía por los periodistas'.

-Ni los Rolling se pegan esas giras...

-Es que la promoción del Planeta es muy bestia, salvaje. De aquí para allá durante ocho meses

-Su nuevo libro viene con una faja que reza: «2ª edición en un día. No se puede ir más lejos». ¿No será pasarse?

-Ayer mismo nos anunciaron la cuarta edición, así que teniendo en cuenta que las tiradas han sido muy grandes para el mercado español, lo que indica es que el libro ha entrado muy fuerte.

-Vamos, que los lectores de la saga de Elena Blanco estaban esperando una continuación.

-Bueno, y quizás también los nuevos que hemos reclutado gracias al premio Planeta, que es una maquinaria extraordinaria.

-Le diría que nos vendiera 'Las madres', pero parece que se vende sola...

-Yo la veo como un regreso a 'La novia gitana', la primera novela de la serie, a su estructura: aparece un muerto y se investiga ese crimen.

-Nada menos que el cadáver de un hombre con un feto en su interior.

-Nos gustan los comienzos impactantes. Pero no por truculentas, sino por la cantidad de preguntas que lanzan al lector: ¿quién es ese hombre? ¿Por qué lo matan así? Y, sobre todo: ¿dónde está la madre?

-Ahí, casi rozan la temática social...

-Es que es un tema de muchísimo calado: los vientres de alquiler y la trata de personas con fines de reproducción. Un supertema que está silenciado en España, y lo ponemos sobre la mesa.

-Eso, además de continuar con la historia particular de sus personajes habituales.

-Sí, tenemos a Elena Blanco en un punto muy distinto de su vida: abstemia, buscando formar una familia y creyendo por primera vez que merece ser feliz.

-¿Y no temen que los lectores prefiriesen a la Elena del karaoke, el alcohol y el sexo con desconocidos?

-Claro, los personajes conflictivos son mucho más interesantes, pero no olvidemos que hay tres guionistas detrás que se lo van a poner muy difícil.

-Además del misterio de la trinidad, Carmen Mola también tiene el don de la bilocación; ¿cómo se puede estar en los dos grandes grupos editoriales a la vez?

-Cierto que en España esta promiscuidad editorial es algo infrecuente, pero sí que hay algún otro caso, como Rosa Montero, que también publica con Alfaguara y con Planeta. En el mundo anglosajón, en cambio es muy habitual: es un mercado abierto, puedes trabajar con unos o con otros, y no pasa nada por esta alternancia.

-Pero 'La novia gitana', como saga, ¿seguirá en Alfaguara?

-Es que es su casa. Y también por una cuestión de cortesía: María Fasce, la editora, fue la primera que apostó por nosotros y quien nos ha ido lanzando en esta carrera triunfal.

-Y tan triunfal. Si lo escribe un guionista, no les sale tan redondo...

-¡De ninguna de las maneras! De hecho, yo no apostaba un duro por esta experiencia. De hecho, que tres amigos se pongan a escribir juntos una novela me parecía un proyecto destinado al fracaso. Que no íbamos ni a terminarla, vamos. Y luego ya nos enfrentábamos a la racanería del mundo editorial, en el que más del noventa por ciento de los libros están condenados a la invisibilidad. Es dificilísimo encontrar un poquito de interés por parte de los lectores, porque hay muchísima oferta, y la masa lectora es lo que es. Vamos, que si un guionista me escribe todo lo que nos ha pasado, le digo que lo reescriba porque no puede suceder, es inverosímil.

-¿Por eso les preguntan tanto por qué firman con un nombre de mujer?

-Claro, es algo que intriga y, además, causó revuelo. Y nos gustaría que hubiera una explicación más sentimental, del tipo: «mi abuela se llamaba así y nunca pudo publicar», pero la realidad es mucho más prosaica. Se disparó en varias direcciones y alguien dijo: «oye, Carmen mola». Y nos gustó.

-Mola, pero con el cambio de género les cayó de todo...

-Es algo que no entendí muy bien. Y me molestan un poco esas críticas de que nos aprovechábamos del empuje del feminismo. Es como decir que con un nombre de mujer en la portada lo tienes todo hecho, y obviamente eso no funciona así. Hay que tener una historia que interese a los lectores, que guste, que caiga de pie... y tener suerte, porque yo no sé cuál es la clave del éxito.

-¿Tienen ya escrita la quinta entrega, o no hay manera de encontrar tiempo?

-Es difícil con esta vida nómada, pero Carmen Mola está preparando una novela en la estela de 'La Bestia': un thriller histórico ambientado en el siglo XIX. Y saldrá en Planeta.