Hallazgo de un incunable entre los fondos de la Biblioteca de Menéndez Pelayo

Su descubrimiento lo convierte en el incunable número 22 de cuantos pertenecen al fondo bibliotecario de Marcelino. La reforma integral del edificio, sumada a la convocatoria de la plaza para dirigir la biblioteca del polígrafo santanderino, se enmarcan en las diferentes acciones de conservación, catalogación, digitalización y difusión que se han planteado en los últimos años, aunque en un proceso que ha sufrido continuas demoras.

El impreso descubierto, según ha podido saber este periódico, se titula 'Expositio passionis domini secundum matheum: excerta ex Nicolao', obra del licenciado Francisco de los Santos. Y su contenido, en latín, gira en torno a comentarios al evangelio de San Mateo.

El incunable que lógicamente permanecía sin catalogar, estaba curiosamente ubicado dentro de una caja con una cubierta en la que asomaban diferentes dataciones, junto a otras obras sin encuadernar. Está formado por 23 hojas impresas en tres cuadernillos, entre 1495 y 1497. De este mismo autor están registradas otras dos obras suyas -catalogadas y depositadas en la Biblioteca Nacional y en la Colombina de Sevilla.

Sus peculiares características son las que hicieron sospechar que se trataba de una obra especial y las que han permitido identificarlo: carece de portada; los huecos en blanco en el lugar de las letras capitales iniciales, y que los impresores dejaban para que se iluminaran después a mano; el texto es muy compacto, a línea tirada, sin apenas divisiones y separación, para aprovechar al máximo el papel; empleo exagerado de las abreviaturas, también para maximizar el uso del papel; los márgenes son amplios, destacando la caja de composición del texto; y la letra gótica.

«Se trata de un ejemplar único, desconocido hasta el momento», ha subrayado este miércoles el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Santander, Javier Ceruti, que ha ofrecido una comparecencia sobre el hallazgo junto a la directora de Cultura, Eva Guillermina Fernández, y la responsable de la Biblioteca Menéndez Pelayo, Paz Delgado.

Los incunables (libros impresos en los primeros años de existencia de la imprenta, hasta 1500) suelen hallarse fruto de la casualidad, la investigación y el conocimiento. El pasado año, por ejemplo, un profesor de la UNED descubrió en la biblioteca del Monasterio burgalés de La Vid, que regentan los monjes agustinos, un incunable de finales del siglo XV. En ese caso un ejemplar de 'Obras filosóficas de Séneca' traducido por Alfonso de Cartagena. En el caso de los fondos del autor de 'Historia de las ideas estéticas en España' el hallazgo se ha producido en el contexto del proyecto de la rehabilitación integral de la histórica Biblioteca.

Según los datos a los que ha tenido acceso El Diario, María Eugenia López Varea, profesora de la Universidad Pontifica de Comillas, experta en la imprenta incunable en Salamanca, ha certificado que la atribución del incunable es correcta. Al parecer, en la citada obra su autoría es «muy identificable por su tipografía».

Un convenio de colaboración permitió que el traslado y custodia de los fondos esté fijado en las dependencias del Archivo regional. El legado de Marcelino Menéndez Pelayo, al margen de su ingente obra personal, reside en su extraordinaria Biblioteca configurada por más de cuarenta mil libros.

Su fondo bibliográfico está compuesto por 1.032 manuscritos, papeles y correspondencia de 17 legados de diferentes autores, 41.500 títulos de impresos de los cuales 21 son incunables (s. XV), 1.124 del siglo XVI y 1.125 del siglo XVII. El siglo XVIII está representado por 2.839 títulos mientras que el XIX y el XX por 35.260. El valor de este patrimonio es incalculable.

Considerada la primera biblioteca de España con origen en una colección privada, es una de las diez más importantes del mundo en este ámbito. La responsable técnica del centro, Paz Delgado, se ha referido en ocasiones a la necesidad de dar impulso a la institución «y sacarla del ostracismo en el que ha vivido». Tras concluir el traslado temporal a las instalaciones del Archivo Histórico, el objetivo es disponer de ese catálogo informatizado para poder conocer la totalidad de los fondos, precisamente el que ha permitido ahora la localización del incunable. Tras el traslado se detectó que el estado de conservación de algunos de los fondos era crítico y necesitaban una intervención urgente. El primer paso fue someter a toda la colección al proceso de anoxia para eliminar riesgos biológicos, y a continuación, comenzaron varios trabajos de restauración. Los fondos de la Biblioteca, destinados a investigadores y estudiosos, están integrados por tesoros bibliográficos que van desde códices del siglo XIV hasta libros impresos y manuscritos del XX. Un fondo cerrado, según las especificaciones de su creador en el testamento.