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Su 'Cuaderno de Nueva York' emergió como un relámpago, se convirtió en un referente torrencial y exhibió cifras de ventas y ediciones insólitas en el terreno editorial poético. Los versos de José Hierro fueron los más citados de una época y los premios -algunos de ellos incluso inesperados para el propio autor-, llovieron de manera constante sobre la poesía española de fin de siglo. Es solo un ejemplo de una voz singular en su relación con la palabra, única en sus pausas, intensa en su hondura y en su musicalidad.
2022, con dos fechas claves en el horizonte, abril y diciembre, será el Año de Hierro. En la primera se conmemora el Centenario del autor de 'Libro de las alucinaciones'. En la segunda, el vigésimo aniversario de su muerte.
Los veteranos premios literarios del Ayuntamiento de Santander que llevan su nombre y el de su emblemático poemario 'Alegría', siguen convocándose cada año. En 2017 la huella de Pepe Hierro presidía la apertura de las Jornadas Literarias Ciudad de Santander. Marián, hija del poeta, rubricaba con su presencia esa ligazón y evocación. Desde entonces ha primado una cada vez menos visible manifestación del poeta de 'Tierra sin nosotros', cuando no un significativo silencio. Referencias en citas culturales colectivas y artículos puntuales han sido la excepción. Destaca la labor de 'Poesía en alta voz', a cargo de Rita Cofiño y Rosa Gil dedicada al verso y la prosa de Hierro, por ejemplo, pero muchas de las evocaciones y homenajes periódicos han ido desapareciendo. Aunque nacido en Madrid, el poeta (1922-2002) siempre fundió y sembró biografía y escritura con Santander y Cantabria.
En 1999 recibía la Medalla de Oro de la Ciudad, reconocimiento que se sumó al de Hijo Adoptivo y Poeta de Cantabria otorgado en 1982. Durante sucesivos años, en el aniversario de su fallecimiento, cada 21 de diciembre, el Ateneo le rendía homenaje a iniciativa de su amigo Carlos Galán, entonces director de la institución.
Más reveladora y significativa ha sido la nula mención al poeta en la última edición de la Gala de las Letras, dada además la cercanía en el tiempo de las conmemoraciones y de los proyectos que presumiblemente se sucederán en el segundo semestre de 2022. Por si fuera poco, la ausencia familiar en la entrega de los premios del poeta, en la velada literaria celebrada este mes, aún causó mayor sorpresa.
La huella de Hierro, cerca de su Centenario, sigue presente en reediciones, revisiones y proyectos pero no es menos cierto el distanciamiento que parece mostrar la que fuera la tierra esencial de la escritura de este poeta, que generó un universo propio en su mirada sobre el mundo.
El poeta Lorenzo Oliván, coartífice de 'Espacio Hierro' y autor del ensayo 'José Hierro y el ritmo: la música por dentro', uno de los mejores exégetas del autor de 'Quinta del 42', escribió de forma diáfana que «estamos ante un creador para el que cada verso constituye un acorde en el conjunto de los otros, cada poema un conjunto de acordes en el conjunto de un libro, y cada libro un conjunto de acordes en el conjunto de su obra».
El proyecto de constitución en Santander de una Fundación con el nombre del poeta se frustró muy pronto y cayó en el olvido. El Centro de Poesía José Hierro, sito en Getafe, con su nieta Tacha Romero a la cabeza, sostiene la memoria del autor de 'Cuaderno de Nueva York'. Hace tres años la familia Hierro materializaba la donación del archivo personal del poeta a la Biblioteca Nacional de España. Un fondo configurado por más de 3.500 documentos de distinta naturaleza entre los que se hallan más de 600 manuscritos, destacando el de su novela inédita 'La vida es el fin', así como una variada correspondencia del poeta y más de 700 recortes de sus artículos y críticas artísticas.
La donación, realizada por sus herederos, incluía además la biblioteca personal de Hierro compuesta por alrededor de 2.000 ejemplares que recopilan ediciones de sus poemarios, sus obras de referencia y libros de algunos de sus amigos. El gesto de la familia de Hierro permitía «conservar todo su legado y difundirlo, favoreciendo la investigación de la poesía de la generación de la posguerra».
La evocación y celebración del poeta y su obra tendrá como eje en 2022 la gran exposición. 'Cuanto sé de mí. José Hierro en su centenario (1922-2022). Autorretrato Fundación Centro de Poesía José Hierro', prevista del 21 de octubre al 22 de febrero de 2023.
La muestra, bajo comisariado de Juan José Lanz, a través de un centenar de obras, incluirá principalmente los fondos bibliográficos, gráficos, materiales y documentales depositados tanto en la Biblioteca como en la Fundación de Getafe, atendiendo a las diversas facetas creativas del autor. La muestra subraya cómo dentro de la poesía española, desde la posguerra hasta nuestros días, la voz de José Hierro «es una de las más significativas y cualificadas, consolidada a través de una producción que abarca más de cincuenta años, siendo una de las figuras más destacadas de las primeras promociones poéticas de posguerra». Su poesía se define «por su carácter fundamentalmente documental y por su voluntad testimonial, que se pone de relieve desde las primeras poéticas en que el autor expone sus ideas estéticas».
Esta cita presentará a Hierro como «un hombre polifacético, un creador absoluto y un individuo con una clara conciencia artística e histórica». Amante de la poesía de Lope, Juan Ramón Jiménez o Gerardo Diego, entre otros, Hierro «no solo fue poeta, sino también difusor de la poesía y de la obra de otros grandes autores, a través de artículos y conferencias». Dibujante constante y persistente, la obra gráfica es menos conocida que su obra literaria, pero con un interés destacable, tejiendo un diálogo ineludible con sus poemas». La exposición conmemorativa cuenta con el apoyo del Gobierno de Cantabria, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Getafe.
«Apasionado, sencillo, renacentista, curioso, obrero, artesano, pensador, ajeno a toda sombra de sofisticación, sin artificios, su escritura, su poética, sus lecturas también fueron las de un pensador e intelectual».
Prudente, enemigo de la repetición, supo estar en silencio, sin publicaciones forzadas. En este año que ahora concluye se cumplen precisamente tres décadas de la publicación de un poemario que marcó un antes y un después. En 1991, cuando José Hierro publicó 'Agenda', llevaba desde 1964 sin publicar un solo verso. Y no por ello había dejado de ser poeta, sino todo lo contrario. «A la poesía, como al amor, no se la puede forzar. A base de voluntarismo puedes escribir notas, o prosa, pero no poesía». Después, su trayectoria fue laureada hasta con quince premios, llegando a recibir dos veces el Nacional de Poesía (1953 y 1999) y en tres ocasiones el de la Crítica (1958, 1965 y 1998). En 1981 obtuvo el Príncipe de Asturias de las letras y en 1998 el Cervantes.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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