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Fotograma de la película. W. B.
Una historia 'amable' que discurre por esos cauces del buenismo
Crítica de cine 'Sin instrucciones'

Una historia 'amable' que discurre por esos cauces del buenismo

Paco León que merece aspiraciones mayores, y la niña Maia Zaitegui que expresa con encanto su personaje, son la fachada. El resto resulta emocionalmente básico, apelando a dos o tres situaciones elementales.

Guillermo Balbona

Santander

Jueves, 2 de enero 2025, 13:58

Ya no se trata del abuso del humor blanco, muy lícito pero no cuando es una mera coartada para ocultar falta de riesgo y buscar un colchón de zona de confort. Tampoco el que asistamos a un enésimo remake, un recurso manido en las comedias españolas de esta temporada. Ni siquiera ese tono familiar como de oferta estacional amparado en la cartelera navideña. No. Lo más subrayado es esa factura de producto hecho con los algoritmos medidos de lo previsible, de las gotas de valores positivos. Todo ello está en 'Sin instrucciones'. Y, en este caso, potenciado por una historia que exprime lo lacrimógeno y cierto amarillismo sentimental a través de la historia de un padre accidental o por sorpresa. La simpatía y el buen hacer de los actores permite salvar escollos y darle forma a un guion no precisamente sutil.

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  • Año 2024

  • País España

  • Dirección Marina Seresesky

  • Guion Marta Sánchez e Irene Niubo

  • Reparto Sean Connery, Christian Slater, F. Murray Abraham

  • Género Paco León, Maia Zaitegi, Silvia Alonso, Malcolm Sitté

Paco León que merece aspiraciones mayores, y la niña Maia Zaitegui que expresa con encanto su personaje, son la fachada. El resto resulta emocionalmente básico, apelando a dos o tres situaciones elementales. Marina Seresesky, cineasta de 'La puerta abierta' y 'Lo nunca visto', tira de oficio pero nunca da un paso más en las posibilidades del conflicto dramático. El entretenimiento, una vez más, se enroca en la ligereza y en ese aire melodramático que, como un resorte, trata de dar hondura a la cosa y mayor consistencia. Es el naturalismo de padre e hija lo único que permite realmente otorgar algo de textura a un filme disperso que tampoco sabe darle fuerza a ese contraste de su inicial ambientación en Canarias y posterior parada en el Bilbao del Guggenheim y del Casco Viejo. Adaptación de la cinta mexicana 'No se aceptan devoluciones', de Eugenio Derbez, y quinto remake de la temporada, tras títulos como 'Al otro barrio' o 'Un lío de millones', actualmente en cartelera, la cinta de Seresesky busca un equilibrio entre la comicidad cómplice surgida de la relación paternofilial y la amenaza exterior dramática, pero 'Sin instrucciones' (precisamente la película cumple todas las normas del manual del convencionalismo) carece de voluntad para ir más allá de lo dulzón y déjà vu.

Nada que objetar a un cine comercial, a una historia 'amable' que discurre por esos cauces del buenismo. Sentimentalismo, inocencia y ternura son las bazas. Pero no hay complejidad psicológica –falta acusada en el papel de la madre encarnada por Silvia Alonso– y la pretensión no traspasa lo aparente de la corrección. Un canto familiar tan predecible como en ocasiones manipulador en lo emocional.

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