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María Oruña (Vigo, 1976) acaba de publicar la quinta entrega de 'Puerto Escondido' la saga de novela negra que protagoniza la inspectora Valentina Redondo. Si ... hasta ahora, todas las novelas se han desarrollado en Cantabria, en 'El camino del fuego' que es como se llama el nuevo libro editado por Planeta, la protagonista se quita la chaqueta de policía para investigar un crimen ocurrido durante sus vacaciones en Escocia. Un crimen que está relacionado con las supuestas memorias perdidas de Lord Byron y que presentará este martes en el Ateneo (19.30 horas), en un nuevo acto organizado por el Aula de Cultura de El Diario Montañés.
-Parece que fue ayer cuando conocimos a la inspectora Valentina Redondo, la protagonista de su saga 'Puerto Escondido' y este martes nos presenta una quinta entrega. ¿Ha cambiado mucho su personaje?
-Podríamos decir que ha evolucionado, pero no es exactamente así. Valentina a veces avanza y otras retrocede. Lo que le sucede en esta entrega es que por una vez se quita la chaqueta de policía y se va de vacaciones, así que cuando se encuentra con un nuevo crimen en un país extranjero no puede ejercer como policía. Los lectores se van a encontrar con una Valentina más natural y menos forzada profesionalmente. Una 'domestic noir'.
-Por primera vez en la saga, la novela no transcurre en Cantabria, sino en Escocia ¿Por qué ha elegido este lugar?
-En primer lugar quiero decir que Cantabria está presente en la novela pues aparece en alguna escena y, además, Valentina recurre alguna vez a sus compañeros de trabajo. Pero sí, es cierto que la trama se desarrolla en Escocia. Los seguidores de la saga recordarán que Oliver Gordon, su pareja, es escocés, y como tenían que ir a algún sitio de vacaciones, me pareció que era lógico que fueran a visitar a su familia. Yo también conozco ese país, en el que se produjo un crimen en el siglo XIX que me interesó recrear y que me ha inspirado, aunque no sucede de la misma forma. Aquel sucedió en Glasgow y el de mi novela en Aberdeen. Además vinculo la trama a Lord Bayron porque este escritor, como Oliver, pertenece al clan de los Gordon, así que me pareció que todo tenía un encaje mágico.
-Cuando presentó su anterior novela, 'Lo que la marea esconde', dijo que una característica de su obra es que utiliza los crímenes para poder tratar temas que la interesan. ¿Qué aborda en 'El camino de fuego'?
- En esta entrega abordo el tema del maltrato, en este caso el psicológico, y la censura moral. Esta novela trata de libros perdidos por los que se cometen una crímenes y hay misterios cómo qué puedo ocurrir con las memorias de Byron. Me interesa este tema porque los libros más denostados de la Historia han sido los de humor, que normalmente cuestionaban el poder, los eróticos y las autobiografías, las memorias. 'El camino de fuego' parte de uno de estos episodios. Siempre se ha dicho que las memorias de Lord Byron, que supuestamente fueron quemadas, en realidad sobrevivieron. Así que me propuse hacer esa búsqueda porque al final, las historias dormidas son las que no conforman.
-¿Qué significa Byron para usted?
-De entre todas las posibilidades que había lo escogí porque era escocés y miembro del clan Gordon y, además, porque buscaba un autor que hubiese perdurado en el tiempo. Porque hay muchísimos escritores, y muy pocos han perdurado. Quería un personaje que fuera carismático y que explicase un poco esa chispa inexplicable de por qué unas historias perduran y otras no.
-¿Sí Byron hubiera escrito en esta época sería un súperventas?
-Estoy segura de que además de escritor sería un personaje muy destacado de la vida social. Tenía una personalidad magnética y tenía muy claro que no tenía nada claro. Él mismo decía que todo lo que dijese podía ser objeto de contradicción y así era, un hombre muy contradictorio. Soñador y al mismo tiempo muy realista, y sobre todo muy consciente de su tiempo limitado. Yo creo que hay escritores que van mucho más allá de su obra, como por ejemplo Oscar Wilde al que como a Byron no se puede pasar por alto a nivel social. Estas personalidades arrolladoras y que marcaron influencia en su tiempo tuvieron que ser extraordinarios para que todavía hablemos de ellas.
- Usted cuenta con 500.00 lectores y sus novelas son súperventas, ¿le pesa mucho a la hora de ponerse a escribir un nuevo libro?
-No me supone ningún tipo de presión porque escribo con el mismo respeto y la misma honestidad para mil personas que para cien mil, por lo cual no supone para mí un peso sobre mis hombros. Siempre intento subir un escalón más en cada una de mis novelas.
-En 'El camino de fuego' Valentina Redondo comparte investigación con la inspectora Reid, la responsable del caso. ¿Podría salir de ahí una nueva saga con esta policía escocesa?
-¿Te imaginas? No, la verdad, no lo he concebido de esa forma. Esta novela empieza en Escocia y termina allí y no he pensado en ningún momento en que vaya más allá. El mundo de la policía escocesa es muy particular y aunque a nivel procedimental es similar a la española tiene bastantes diferencias. Por ejemplo, tal y como se dice en la novela, los agentes no van armados.
-También tenía una serie de proyectos audiovisuales para llevar a su personaje a la pantalla. ¿Cómo van?
-La pandemia paralizó bastante esos planes, aunque siguen estando ahí. Los proyectos audiovisuales no se desarrollan con la misma rapidez que una novela. Además y aunque yo nunca me había dado cuenta llevar mis libros a las pantallas conlleva bastante producción. Así que, de momento, y aunque algo hay, prefiero tener un poco de paciencia.
-Y ahora toca promoción.
-Así es y luego voy a intentar parar y encerrarme un poco, aunque ya tengo un buen número de eventos en la agenda. En septiembre estaré en Valladolid y en noviembre en la Feria del Libro de Guadalajara en México. Aunque me da mucha pena tengo que limitar estas cosas y sobre todo los viajes porque sí no, no me queda tiempo para escribir.
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Ana del Castillo
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