Hombres sin cabeza
Cines, Ocine y Yelmo ·
Fábula, cuento, fragmentada fantasía, posee el encanto de lo atrevido y el tono salvaje y libertario ajeno a la etiqueta. Apela al asombro y se manifiesta subversivaSecciones
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Fábula, cuento, fragmentada fantasía, posee el encanto de lo atrevido y el tono salvaje y libertario ajeno a la etiqueta. Apela al asombro y se manifiesta subversivaHay pollos con cabeza de cerdo, gallos que ladran, autopsias, estampas preciosistas de una época indefinida y una mujer que son dos. Todo discurre como un retablo barroco y cada fotograma tiene la estilizada impostura de ilustración en movimiento y la vocación del asombro. Es ... salvaje, libertaria, provocadora, disparatada y chiflada, aunque no da puntada sin hilo. Siempre radical. Cuento, fábula, visualmente parece el despojo sofisticado, el metraje encontrado de una locura descartada por Méliès. Es inherente a 'Pobres criaturas' una atmósfera clásica y una mirada futurista, de tal modo que posee el poso de una fantasía gótica y los arrebatos de una ópera victoriana, a veces recreándose en los excesos y en otras deliciosamente libre. Ciencia y conocimiento, cuerpos e imaginación, encierro y viajes, represión y sexo, naturaleza y convenciones. Una sucesión de dicotomías en un todo: esa mujer, maravillosamente encarnada por Emma Stone.
País Irlanda
Año 2023
Dirección Yorgos Lanthimos
Guion Tony McNamara
Reparto Emma Stone,Mark Ruffalo, Willem Dafoe,Ramy Youssef
Género Fantástico
La disección de los cuerpos, entre fragmentos y costuras, recorre la columna vertebral de un encantamiento. Es también un simbólico trayecto de la no aceptación a la búsqueda de identidad y en esto nunca oculta el retrato de un monstruo, el patriarcado, mientras configura un Frankenstein femenino y feminista, entre la necesidad de saciar la sed de exploración y la venganza. Yorgos Lanthimos, cineasta de las excelentes 'Canino' y 'Langosta', no se queda en el decorado ni en el barroquismo. Su filme, entre Fellini, Buñuel e incluso el Burton de 'Eduardo Manostijeras', con influencias pictóricas de Bosch, Schiele y Bacon, concentra no obstante su mirada en un deslumbrante paisaje, en un radicalismo atrevido que no es óbice para generar pasajes divertidos, enérgicas reivindicaciones de la desobediencia, la fuga de cualquier convención, la filosofía, la lectura... Y casi todo destinado a dejar a la intemperie a los hombres y su ignorancia sobre las mujeres.
Basada en la novela de Alasdair Gray, su juguetona, agitada, inventiva refleja un efervescente elogio de la diferencia, desde el retrato del personaje a la música de Jerskin Fendrix, en el alumbramiento de un filme único. Del slapstick a lo grotesco, de lo sublime a lo inesperado, del blanco y negro tras los muros, al color de la salida al mundo, del ojo de pez a la reinterpretación de un barrio de Lisboa, de los 'perrogallinas' a los carruajes a vapor y mucho sexo como estancia de placer. Una pompa delirante, surreal y subversiva, en femenino singular, que Mary Shelley aplaudiría. Una febril aventura entre la vida y la muerte. Para mirarnos de otra manera.
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