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Algo se muere en una calle cuando desaparece alguno de los negocios que llevaban décadas atendiendo a los vecinos del barrio. Pierde parte de su memoria, se diluye su identidad. Da igual si es una frutería, un bar, una óptica o un colmado. La calle ya nunca vuelve a ser la misma. Es una transformación física –cambia el local, su estética, el cartel que lo anuncia, quizá incluso el olor que desprende el espacio–, y también histórica y emocional. Ese cambio, que tiene su parte natural, es un fenómeno que en las últimas décadas se ha incrementado notablemente por la vertiginosa evolución social provocada por la globalización. Consciente de las pérdidas que esta realidad supone, y convencido de la importancia de preservar en lo posible ese legado, el historiador y diseñador cántabro Federico Barrera puso en marcha hace ya una década el proyecto de recuperación, preservación y divulgación del patrimonio gráfico Santatipo. Una iniciativa que comenzó en Santander, y que con el tiempo y la colaboración de muchas personas ha ido ampliando su alcance a toda Cantabria. Ahora, coincidiendo con ese décimo aniversario, Barrera ha organizado 'Tipos de barrio', la primera exposición de los fondos recuperados y recopilados a lo largo de todo este tiempo, que puede visitarse hasta el próximo 8 de agosto en Espacio en Blanco, un nuevo centro cultural ubicado en la calle Cuesta del Hospital de la capital cántabra.
«Es la primera muestra en diez años y nos va a permitir sacar a la luz y acercar a los ciudadanos los fondos más destacados de los que hemos reunido en esta década», señala Barrera, que destaca que «quienes acudan a verla pueden ver rótulos que en muchos casos han marcado la identidad de las calles de Santander durante décadas». Una propuesta presencial que converge con la digital, ya que «los visitantes puede visitar nuestra web –Santatipo.es– para profundizar en la información y conocer muchos aspectos característicos de los rótulos, que en muchos casos se acompañan de fotografías antiguas en las que se ve cómo estaban instalados».
Para el impulsor del proyecto, la muestra supone un hito que, espera, contribuya a su consolidación: «Creo que a medida que pasa el tiempo el proyecto y el hecho de haber logrado salvaguardar todo este patrimonio cobra más valor», afirma. «Con todos los comercios que han ido cerrando estos años, que en muchos casos eran centenarios, al final hemos logrado crear una memoria social y cultural a muchos niveles». Preservar esa memoria y mantener vida esa identidad es el objetivo fundamental de Santatipo, una iniciativa que aparece en un contexto social complejo: «Estamos viviendo un momento de transformación pleno, y en ese sentido esta exposición llega en un momento importante porque creo que ayuda a que la gente también tome conciencia de lo que se está perdiendo, de cómo se pierde ese valor intangible que es la identidad, y que se diluye y desaparece cuando se transforma la ciudad», resalta el historiador cántabro. «De ahí viene también el nombre de la exposición, 'Tipos de barrio', que hace referencia a esas transformaciones, a cómo los barrios son epicentros sociales y culturales que tienen una identidad propia que al final se aglutina a través del comercio local». Por ello, destaca, «cuando eso desaparece, desaparece parte de esa esencia, del momento histórico que representan». En ese sentido, explica, «la exposición busca hacer que la gente reflexione sobre este fenómeno del que creo que todos somos conscientes, pero que el día a día no nos permite parar para entender del todo su impacto».
Tras diez años de andadura, el fundador de Santatipo explica que el proyecto «está en un punto de inflexión para darle un nuevo impulso». Los ejes de esa nueva etapa son la construcción «de una comunidad, una masa crítica que esté ahí y acompañe al proyecto para que sea un poco de todos, como lo es esa identidad y esa historia que preserva», y la consecución un espacio propio y fijo para los fondos del proyecto. En el primer punto, Barrera señala que han abierto en la web «la forma de que la gente pueda asociarse, que es gratuito, para generar una comunidad que vele por el patrimonio gráfico de la región». «Al final esto depende mucho del día a día, del que pasea a pie de calle, que es el vecino del barrio», explica, «y son ellos los que tienen la capacidad de avisar de muchos de los casos de sus barrios, de ver una obra en un local y poder preguntar qué van a hacer con los rótulos y demás». Es ahí donde emerge la figura de los 'custodios', encargados de avisar en aquellos casos en que el patrimonio de sus barrios corra peligro: «Queremos que la gente sepa que pueden ser custodios de sus barrios, porque no llegamos a todos lados y a veces la urgencias es mucha, salvar algo es cuestión de horas y esa gente comprometida con un simple aviso puede salvar muchos casos de interés», destaca Barrera.
En cuanto al segundo objetivo, la reforma del Mercado de México ha dejado a Santatipo sin el espacio en el que hasta ahora se almacenaban todos sus fondos. Federico Barrera explica que «el Ayuntamiento a través del MAS y Cultura son conscientes de la situación y están intentando ayudar, pero las cosas de palacio van despacio», explica con resignación. Se trata de un aspecto esencial para la iniciativa, ya que «disponer de un espacio fijo nos permitiría convertir Santatipo en un archivo vivo».
Santatipo forma parte del conjunto de proyectos pioneros en este ámbito, y gracias a ello forma parte de los fundadores de la Red Ibérica de Defensa del Patrimonio Gráfico. Se trata de una asociación que desde su nacimiento no ha dejado de crecer: «La Red se fundó en 2020 en Madrid, cuando nos unimos diez proyectos», recuerda Barrera. «En estos cuatro o cinco años se han sumado más de 40 proyectos de diferentes tipos pero con un objetivo y filosofía común. Los hay como el nuestro, en el que vamos con todo, desde documentación y divulgación hasta recuperación de patrimonio, hasta los que se centran en uno de esos aspectos. Compartimos muchas experiencias de rescates, de organización de eventos y de gestiones, de implicación política…». Una unión que fortalece la actividad y el alcance de cada uno de sus integrantes, porque como destaca el diseñador cántabro «es algo que al final enriquece todos los proyectos a través de información muy valiosa que al final todos podemos aplicar».
En su caso, experiencia le sobra, y el archivo de Santatipo así lo acredita. En diez años de rescate y preservación Barrera ha reunido hasta 60 rótulos de negocios de Santander y Cantabria, a los que se suma gran cantidad de material complementario. «Además de los rótulos y de material de papelería, el archivo gráfico y fotográfico propio del proyecto suma cerca de 1000 imágenes, a las que hay que añadir otras cartas y fotos de archivo que van llegando o que vamos adquiriendo», resalta el historiador santanderino.
Ese bagaje será otro de los aspectos que se pone de relieve en la exposición. De hecho, ésta finalizará con una mesa redonda centrada en difundir el valor del patrimonio gráfico y las implicaciones que éste tiene en la memoria social colectiva.
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