La humanización de un relato de barrio
Memoria ·
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Memoria ·
Más de mil personas han visitado la muestra documental y gráfica en el Archivo de la Autoridad Portuaria, fruto de un proyecto de Celestina Losada sobre el Barrio Pesquero«La identidad cultural y el arraigo al lugar al que uno pertenece determina su forma de ver el mundo y de enfrentarte a él». El Barrio Pesquero de Santander que se asoma al mar debe ser recuperado en sus espacios, rehabilitado en sus valores ... culturales, como parte importante de la historia urbana, social y cultural de esta ciudad y de su puerto. «Hacer memoria de barrio es hacer memoria de la ciudad y de su puerto y así lo han entendido las instituciones y personas que han hecho posible este proyecto». Las palabras de Celestina Losada definen la esencia de la muestra '80 años de Barrio' que concluye hoy en la sede del Archivo de la Autoridad Portuaria.
Los más de mil visitantes ratifican la respuesta a una visibilización documental coherente y necesaria que, en realidad, es el último eslabón de una serie de iniciativas de estudio, investigación y documentación abordadas por Celestina Losada, comisaria de la muestra. '80 años de barrio' ha permanecido abierta dos meses, con gran acogida y demanda de visitas guiadas para grupos y entidades, aunque finalmente no se llevaron a cabo visitas escolares. El proyecto expositivo, impulsado y promovido por el Ayuntamiento de Santander y la Autoridad Portuaria, y ubicado en la sede del Archivo General del Puerto, que se localiza en el corazón del propio Barrio Pesquero, culmina la divulgación de un relato documental y gráfico que tuvo su punto de partida en la concesión del Premio Cabuérniga (2022) por la Revista Cantárida al trabajo de investigación y su consecuente publicación por la Editorial de la Universidad de Cantabria, bajo el título 'El Barrio Pesquero de Santander. Un paisaje cultural identitario' (2023).
Cerca de un centenar de personas asistieron el pasado día 18 a la presentación oficial del libro, seguido de una conferencia de su autora y comisaria.
La humanización del relato escrito que ha supuesto esta exposición gráfica ha contado con casi un centenar de fotografías, planos, documentos, libros, tarjetas postales, dibujos y revistas que ilustran no solo el proceso constructivo del Barrio Pesquero como el 'Nuevo Poblado de Pescadores Sotileza', edificado por la Obra Sindical del Hogar durante el régimen franquista (1941-1946), sino «los cambios sufridos por el oficio de la pesca y las gentes del mar desde los tiempos en los que, esta actividad tradicional, se asentó en los muelles de Calderón y Puertochico, en las últimas décadas del siglo XIX.
Esta primera gran cita pública del Archivo ha contado con la colaboración de diversos archivos fotográficos familiares y personales: Archivo de la APS, CDIS, Fondo fotográfico familiar Losada Miranda; Archivo Curro Zorrilla, Museo Marítimo; familia González de Riancho; CoaCan; Colección Pedro Palazuelos; Archivo y Biblioteca de la Fundación Comillas; Archivo Foto Mazo; Archivo familiar San Ceferino Ibáñez y Colección Ángel Viadero.
La propuesta supone «un acercamiento de la sociedad al mar, a sus gentes y a los valores identitarios y culturales que vienen determinados por el territorio al que uno pertenece, en el que nace y crece. Y un encuentro con los valores de identidad, modos de vida, vecindad y solidaridad propios de las gentes del mar y con unas vivencias «compartidas en la memoria colectiva de aquellas 270 familias que fueron trasladadas al nuevo barrio en el más notable (y posiblemente único) proceso de segregación social que se ha producido en la capital santanderina».
A juicio de la artífice de esta propuesta inédita, «este era el momento de llevar a cabo el proyecto, de hacerlo visible, ahora que aún podemos contarlo, devolviéndolo a la memoria colectiva en la que habita y donde debe permanecer conservado para siempre».
Ahora, que los últimos testimonios vivos de aquellos que llegaron siendo niños a ocupar estas nuevas viviendas -el propio padre de la autora-, «nos van dejando y con ellos se pierde la posibilidad de reconstruir los vacíos de un relato compartido y vivido de muy distintas maneras, pero en unos mismos espacios».
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