«Nada me importa más que seguir explorando nuevos territorios narrativos»

–¿Cómo aborda una su próximo trabajo después de recibir el premio Andersen?

–Como de costumbre. Simplemente sigo mi camino hacia nuevos proyectos. Nada me importa más que explorar nuevos territorios narrativos.

–El humor que aplica a sus creaciones ha sido uno de los rasgos destacados por el jurado. ¿Se divierte con un lápiz en la mano?

–Sí. Es a la vez un ejercicio que conozco y un espacio lleno de posibilidades. Un terreno de exploración. Sigo buscando nuevas formas, nuevas técnicas, nuevos campos narrativos.

–¿Es más fácil compartir la creatividad con la persona más cercana o separan las disciplinas cuando trabajan?

–Germano y yo somos complementarios. Ambos tenemos nuestro espacio de trabajo, así como proyectos creativos propios. Pero cuando tenemos una idea, trabajamos en ella juntos. Germano comienza a escribir, tomando la libertad de construir la narración e incluso añadir elementos narrativos. Luego, me pasa el guion y yo empiezo a dibujar. También tengo la libertad de añadir elementos personales. Nuestro trabajo es un diálogo y un espacio de libertad para tanto para él como para mí.

–En 'El Libro Azul', hace una oda a la lectura. ¿Qué importancia tiene transmitir esta realidad a los más jóvenes?

–Iría más allá. Hacemos una oda a la lectura, pero también a la transmisión, a la libertad de pensar, una oda al sentido crítico, a la amistad, a la inteligencia y al amor.

–¿Es ilustradora porque primero, en su infancia, fue lectora?

–No, creo que antes que nada soy dibujante. Es decir, dibujo todo el tiempo. Es una necesidad imperiosa. Observo constantemente y plasmo en el papel lo que veo y siento. Por supuesto, hay libros que me acompañaron durante toda mi infancia, libros fundamentales. No he olvidado mi infancia ni esa capacidad de jugar que tienen las criaturas. Diría que sigo jugando cuando dibujo.

–¿Sus creaciones nacen de la impulsividad o de la reflexión sobre un concepto a tratar?

–A menudo la idea surge de la observación. Luego se consolida mediante la reflexión. Observo mucho el trabajo de otros y otras artistas (personas que pintan, dibujan, proyectan edificios, diseñan... me inspiro mucho de lo que me nutre). Pero en nuestros libros, Germano y yo no hacemos libros pedagógicos ni que tengan un concepto. Estamos al servicio de la idea que llega. Intentamos llevarla lejos, con mucha sinceridad.

–¿Cree que es cada vez más difícil captar tu atención en un mundo hiperconectado?

–Sí, sin duda. La velocidad lleva a la impaciencia. Ya no nos damos tiempo, espacio para estar en soledad con nuestros pensamientos. Olvidamos que todas las personas somos potencialmente creadoras con recursos y una parte de imaginación formidable. Poder extraerse de la compulsión digital y seguir siendo artífices de nuestro pensamiento, de nuestra vida, de nuestros sentimientos, de nuestro espíritu crítico.

–¿Siente también esa prisa o falta de tiempo para abordar cada proyecto?

–Personalmente, me doy el tiempo para crear. Ya no quiero trabajar con urgencia, especialmente para la urgencia de otras personas.

–¿Por qué un teléfono móvil nunca podrá reemplazar un libro?

–Porque el libro es un encuentro. Es un objeto con su olor, su papel; es algo que se puede guardar, releer, prestar, regalar.

–En su serie 'Traces', o en los libros 'Bimbi' o 'Coiffures', evita la multitud de colores y se concentra en el blanco y negro. ¿Cambia la manera de expresarse?

–Sí. Busco lo esencial, llegar a lo más justo. Busco la emoción del dibujo, y a veces no necesita color. Un solo trazo de lápiz es suficiente. Me gusta alternar las técnicas, es como un viaje a otro continente.

–En Montpellier, 'La Maison d'Albertine' está expuesta hasta septiembre. ¿Quién habita esa casa?

–Planchas de álbumes, libros únicos, objetos, grandes personajes, un espacio de lectura para las criaturas y la proyección de algunos cortometrajes de animación adaptados de nuestros álbumes.

–Viene a una región donde la vaca Marta se sentiría bien acompañada…

–¡Oh, sí! A Marta le encantaría vivir aquí. La naturaleza es verde y podría ir a bañarse en el mar.

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