«La imposibilidad de vivir el presente es la gran enfermedad de nuestro siglo»

-¿Cómo valora su participación en la Semana de Cine de Santander?

-Estoy feliz por haber recibido la invitación de participar en esta quinta edición de la SICS y ser parte de la delegación chilena, tan variada y maravillosa, dentro de la sección 'Puentes Iberoamericanos'. Establecer esos puentes entre nuestro cine, nuestras culturas, nuestra historias... es algo que me hace estar muy contenta.

-¿En qué momento se encuentra el cine de su país?

-Es un cine que está en boga desde hace tiempo, tanto por los directores y la dramaturgia como por los guiones, los actores y las actrices... Estamos teniendo mucha representación en los festivales más importantes del mundo. El cine chileno es muy variado, y con ello estamos mostrando que también tenemos mucha riqueza creativa. Ojalá se den más oportunidades para poder mostrarlo y para poder producirlo, porque allí muchas veces es difícil.

-Ayer explicaba en este periódico el director Rodrigo Sepúlveda que el sector chileno lo había pasado muy mal, con los cines cerrados dos años enteros por la pandemia.

-Sí. Yo volví al cine hace poco para presentar 'La Verónica' en Chile y no había ido al cine desde el 'estallido social' (octubre de 2019). En aquel momento se cerraron un tiempo y cuando se volvieron a abrir hubo que volver a cerrarlos por la pandemia. Ahora han reabierto, aunque sea con aforos limitados, y hay muchas películas que en este tiempo se quedaron fuera y se estrenaron de manera virtual. Estuvo bien parado, algo que también se dejó sentir en lo laboral.

-Ha presentado 'La Verónica', una película muy particular, en la SICS. ¿Cómo vivió el desarrollo de este largometraje?

-La grabamos justo en 2019. Vengo trabajando con Leonardo Medel, el director, desde hace años, y siempre ficciones de corte bastante experimental. Antes hicimos dos películas para realidad virtual como 'Constitución' y 'Harem'. Después me invitó a participar en un cortometraje titulado 'La Verónica', del que después surgió la película. Era una idea que llevaba años trabajando y que empezó ha realizar sin financiación, que llegó cuando el proyecto estaba bastante avanzado. La película podría haber sido un completo fracaso si no hubiera funcionado este formato tan poco convencional, basado en el primer plano y en la cámara fija.

-El salto interpretativo de un corto de ocho minutos a la versión final de la película debió de imponer bastante...

-Sí, pero desde el principio Medel me dijo que si había podido con esos ocho minutos podía también con la hora y media del largometraje. Le dije que sí al momento, porque había trabajado con él desde hacia años, cuando estaba más centrada en las 'teleseries'. Ese es un formato que está bien porque te permite aprender, pero a veces se vuelve un poco monótono y siempre se corre el riesgo de que te acaben encasillando como actriz de televisión y no te llamen para el cine.

-¿Fue complicado enfrentarse a un proyecto así?

-Tras presentarme al personaje empezamos hablando del formato, en el que la protagonista iba a estar siempre en plano fijo y medio y lo que iban a cambiar eran los fondos y los personajes secundarios... Nunca me dio miedo sostener la película porque confiamos mucho el uno en el otro. Ese miedo llegó más tarde, cuando me enfrenté al guion y vi que era muchísimo texto y con un desarrollo complejo. Cuando rodábamos las escenas a veces los días se presentaban como abismos, porque no sabía si iban a terminar bien. Por suerte lo hicieron.

-Las críticas así lo dicen.

-Sí, al principio pensábamos que el recorrido de la película iba a centrarse más en festivales 'mainstream', pero después llegó San Sebastián, donde la pudimos ver en pantalla y escuchar los primeros comentarios. Allí vimos que al público la recibió bien, que le gustó y generó mucha curiosidad.

-La Verónica es una 'influencer', una figura muy actual debido al auge de las redes sociales. Usted tiene un millón de seguidores en Instagram. ¿Cuánto hay de retrato y de crítica social en este proyecto?

-El personaje de La Verónica es una hipérbole, aunque la película es una ficción ideada por Medel. La verdad es que cuando la leí la encontré una cuota de humor importante, pero la he visto hace diez días en Chile y me ha parecido crudísima. Creo que esa crudeza radica en que hay mucha verdad en ella sobre esta realidad de las redes sociales. Por suerte , hoy por hoy tengo una relación más moderada con las redes sociales, pero he recorrido un largo camino para llegar hasta aquí.

-Son entornos muy ambiguos, que encierran grandes posibilidades y también aspectos muy oscuros. ¿O no?

-Sí, a mí me generan mucha ansiedad, caigo en unas competencias absurdas. Creo que la imposibilidad de vivir el presente es la gran enfermedad de nuestro siglo, y las redes son un elemento que lo potencia mucho. Eso de tomar un café y tener que subir una foto de la espuma es muy esclavizante.