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Hacen mucho menos ruido, pero son muchas más y no se cansan –ni se cansarán– de reclamar su espacio en la sociedad. La cultura es hoy en día un sector cuya evolución está íntimamente ligada al interés y al impulso que recibe por parte del ... colectivo femenino. Opacadas durante siglos, alzan la voz para reclamar el imprescindible respeto por su identidad, por sus obras y su peso en el ámbito cultural. En ese contexto, la Universidad de Cantabria impulsa a través del Aula Interdisciplinar Isabel Torres el ciclo 'Creadoras'. La primera de las convocatorias del mismo, que se celebrará mañana a las 18.30 horas en el Paraninfo universitario, tendrá como protagonistas a las escritoras, pintoras e ilustradoras Sara Morante y Paula Bonet. Les hemos hecho estas siete preguntas
1¿Qué aspectos va a plantear al público cántabro en su ponencia del ciclo 'Creadoras'?
2Como ilustradora, ¿cómo plantea los trabajos editoriales en los que participa?
3También es escritora. ¿Cómo escoge y afronta sus proyectos de carácter personal?
4¿Qué diferencia hay entre sus proyectos personales y aquellos que recibe por encargo?
5¿Cómo definiría su método de trabajo y cuándo se siente satisfecha del resultado?
6¿Cómo valora una iniciativa como la planteada por la UC en este ciclo?
7¿ En qué medida cree que existe una brecha de género en el sector artístico y creativo?
Paula Bonet
La escritora y pintora valenciana combina la creatividad y el arte para generar obras y títulos cargados de conciencia y significados
Entiende su obra como una forma esencial de descubrirse a sí misma y explicar el mundo en el que habita. La pintora Paula Bonet (Villarreal, 1980) combina la creación artística con la literaria y la ilustración, faceta creativa en la que se ha convertido en una de las referentes en nuestro país. Artista multidisciplinar que utiliza tanto el óleo como el grabado, ha protagonizado exposiciones en muchas de las grandes ciudades europeas. En su faceta de escritora e ilustradora, ha publicado varios libros –'Qué hacer cuando en la pantalla aparece The End', '813', 'La Sed' o 'Roedores. Cuerpo de embarazada sin embrión', entre otros–, y llega a Santander con su última obra, 'La anguila', novela editada por Anagrama y que forma parte de un proyecto que también incluye una vertiente expositiva. En su discurso, la conciencia de género es una constante marcada por la coherencia.
1Me voy a centrar en 'La anguila', una novela que publiqué en marzo y que al mismo tiempo es una exposición de pintura que he realizado en la Universidad de Valencia. Es un proyecto híbrido que parte de dos campos que planteé de forma independiente pero que acabaron convergiendo. Como autora necesitaba separar la palabra de las imágenes por diferentes motivos, desde defender la palabra de la autoridad de la imagen hasta regresar a la pintura y apartarme de la ilustración para que fuera la propia imagen la que narrara la historia sin depender de un texto. Es un proyecto con el que inicialmente pretendía abordar esas violencias invisibilizadas que se dan en el lenguaje y en el contexto social contra las mujeres, pero al final me di cuenta de que tenía que ir mucho más allá y mostrar las violencias que se ejercen sobre los cuerpos de las mujeres de una forma mucho más reconocible.
2Cuando trabajo sobre la obra de un autor o autora siempre intento mirar como ellos, intento andar por los lugares por los que andaron y observarlos desde el lugar más próximo a su mirada. Ahora he trabajado sobre la obra de María Graham en Chile y en algunos casos he pintado ramitas y piedras, pero nunca había mirado una piedra como la he mirado después de leerla a ella.
3Entiendo la carrera de cualquier creador como una carrera de fondo que se va construyendo poco a poco y en la que todos los pasos son imprescindibles, tanto el que camina en la dirección correcta como aquel que das y te equivocas. En toda mi obra hay un hilo que la conecta y que genera una coherencia. En mi caso, 'La anguila' no existiría sin 'Roedores', y éste tampoco sin 'La sed'.
4En general, debido a todo lo anterior me cuesta aceptar encargos porque no tengo esa facilidad para salirme de mi. En ese sentido sería incapaz de hacer un libro infantil ilustrado, algo que intenté una vez y que entregué con un resultado digno porque de lo contrario no lo habría hecho, pero ahí vi que en ese libro no estaba la verdad que hay en los otros proyectos. Tengo la suerte de que siempre me llegan propuestas que tienen que ver con mis intereses y que me permiten profundizar en mi trabajo. De lo contrario me cuesta mucho afrontarlos.
5En muchos casos todo parte de intuiciones y después, cuando comienzo el desarrollo, es muy importante la confianza en el proceso. Hace años trabajaba sabiendo qué técnicas, herramientas y procesos debía utilizar para conseguir la imagen o el resultado que tenía en la cabeza, pero ese enfoque se ha ido diluyendo y ahora ya no existe. Ahora entiendo que aquello que estoy buscando no puede estar concluido antes de empezar a mancharme las manos. Me fijo mucho en los procesos, estoy muy atenta a lo que ocurre en el papel, en la tela... Y sobre todo me centro en entender que la imagen resultante no es lo más importante de aquello que quiero contar, porque seguramente contendrá más verdad si la hay durante el proceso que si no la hay. Para mí también es fundamental tener mucho tiempo, porque entiendo la pintura y la escritura como espacios de liberación en los que poder hacer preguntas.
6Iniciativas como este ciclo son imprescindibles y ésta en concreto me parece muy interesante por generar ese diálogo en el que plantear mi propuesta, escuchar la de Sara y que podamos llegar a conclusiones más complejas, más importantes, con más matices. Creo que es muy importante poner el foco sobre la obra hecha por mujeres, no hablar en general de literatura femenina.
7Desde esa perspectiva de mujer que escribe, que pinta y que se mueve por el mundo, en mayo publico un nuevo libro, unos diarios de viajes, en el que abordo las implicaciones que tiene habitar un cuerpo de mujer y desplazarlo por la vida con todos los obstáculos y problemas que eso acarrea. La verdad es que sigue habiendo una gran diferencia. Pienso que estamos en un momento en el que muchas de nosotras estamos hablando y se nos está escuchando, en el editoriales grandes y pequeñas están apostando por nuestras historias y colocándolas en el lugar que merecen, pero creo que más allá de eso el poder sigue siendo masculino, que todo se piensa y se premia en masculino... Todo se aborda desde esa perspectiva y por eso pienso que todavía tenemos que hacer mucho trabajo. Como autora es duro porque hay ciertos temas que deberían considerarse ya universales, pero no es así. Yo he sufrido algunas de esas formas de violencia y he tratado de explicar desde la templanza lo terroríficas que son. Todavía hay muchos prejuicios a la hora de abordar unos temas u otros.
Sara Morante
La creadora cántabra, con más de veinte títulos ilustrados, reivindica el protagonismo actual del género femenino en el ámbito cultural
La de la escritora e ilustradora cántabra Sara Morante (Torrelavega, 1976) es una historia paradójica de universos ajenos que se insertan en el suyo y viceversa: su propio universo volcado en el imaginario de creadores de la talla de Virginia Woolf, Sylvia Plath, Lewis Carroll, Jane Austen o Edgar Allan Poe, entre otros. Con una dilatada y exitosa trayectoria en el campo de la ilustración editorial, también se ha atrevido a plantear, desarrollar e ilustrar sus propias propuestas, caso de la novela 'Flor fané', publicada el año pasado por la editorial Astibarri. A sus trabajo en la industria editorial –en la que ha realizado las portadas de más de 50 títulos– se suma también su faceta artística, que quedó reflejada, entre otras, en las muestras individuales 'Elle n´était pas jolie, elle était pire', en el Museo de Altamira en 2015, y 'Corpus', en la sala Ernest Lluch de San Sebastián en 2018.
1El título de mi ponencia es 'Oficio y universo en equilibrio' y resume de una forma poética la diferencia que existe en mi caso entre lo que es el ejercicio del oficio y mi universo simbólico y personal. Soy escritora e ilustro mis propios textos, pero también los textos de los demás. Mi oficio me permite plantear la ilustración de un texto de otra persona, pero por otra parte también tengo mi propio imaginario y mi propia necesidad de narrar. Voy a explicar cómo en mi caso, tanto cuando tengo que ilustrar mis propios textos como los de los demás siempre trato de hacerlo desde una lectura muy personal. También voy a hablar de mi propio canon estético, de cómo lo he ido nutriendo y de cómo y por qué tiendo a representar fundamentalmente mujeres.
2Planteo mis ilustraciones como una forma de narración, no como un tipo de dibujo que trata de explicar o de meterse en la cabeza del autor o la autora. Es algo que he conseguido, aunque suene prosáico, a base de tablas (ríe). Haber ilustrado ya tantos libros, más de veinte, me ha dado oficio y ahora tengo mucha más seguridad en mi trabajo. He aprendido a hacer una lectura atenta, profesional, que está muy pendiente del detalle. Al ilustrar un libro trato de tener rigor y por eso hay un equilibro entre mi parcela creativa, donde impera la libertad, y la profesional, que está marcada por ese rigor y por el respeto a la historia. También tengo siempre muy en cuenta de que se trata de un trabajo en equipo y tengo en cuenta el resultado global.
3En mis proyectos vuelco mi perspectiva de vida y mis gustos personales. Lo hago de una manera más egoísta que pedagógica, en el sentido de que lo hago porque es mi voz, no porque quiera mostrar lo que me compone, aunque seguramente es algo que se infiltra mucho en mis trabajos.
4La diferencia es enorme, gigantesca. Es algo que he comprobado con mis dos novelas, 'La vida de las paredes' y 'Flor Fané'. Cuando trabajo con textos de otras personas no los puedo tocar y cuando es mío sí, de ahí que el trabajo de ilustración encaja de formas totalmente distintas. Se puede hacer un buen trabajo con el texto de otros, pero cuando es tuyo al final queda todo más integrado, más compacto. Cuando se trata de mis obras tanto el texto como la ilustración tienen el mismo valor en la narración. Creativamente hablando estos proyectos son como un acantilado que produce un vértigo enorme porque eres tú quien construye todo, desde la historia hasta los personajes. Cuando el texto es de Virginia Woolf o de Sylvia Plath defenderlo es facilísimo porque su calidad literaria está absolutamente contrastada. Tus proyectos te generan mucho más vértigo pero para mí son algo muy satisfactorios porque a nivel creativo son tuyos por completo.
5Soy muy crítica y muy exquisita con mis proyectos. En mi caso trabajo sin método y cuando empiezo un libro me lanzo como un buey (ríe). Es un proceso en el que avanzo muy intuitivamente, hasta el punto de que hasta que no sale de imprenta no acabo de descubrir todo el significado de lo que planteado. Dos de los libros que más satisfecha me han dejado han sido precisamente 'Flor Fané' y 'Ariel', de Sylvia Plath. Son dos proyectos en los que no cambiaría nada, y esa es una sensación nueva para mí.
6Toda acción que acerque el trabajo de las creadores y los creadores al público me parece estupenda. En este caso me gusta mucho el formato en el que el público acaba participando porque es una forma de tratar de tú a la creación. Todo lo que sea tutear la cultura es muy positivo porque significa acercarla a la gente.
7Aunque hablo de mi propia impresión, creo que los datos oficiales lo demuestran. Voy a muchas presentaciones de libros, a clubes de lecturas... y por norma general más del 90% del público son mujeres. Ocurre lo mismo con las aulas de Filología hispánica y Literatura compara ocurre igual. Las mujeres hemos llegado tarde a la literatura por una cuestión de discriminación, como en el caso de Jane Austen, que hacía que escribía cartas porque estaba mal visto que las mujeres se dedicarán a la literatura. En la RAE apenas hay mujeres académicas; en España hay grandes editoras pero los puestos directivos siguen ocupados siempre por hombres; el canon literario sigue siendo mayoritariamente masculino... En mi caso cada vez leo a más mujeres gracias al activismo que ha visibilizado el trabajo de las escritoras. Leo a muchas latinoamericanas, a mujeres vivas que cobras por su trabajo. Ese es mi activismo.
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