El inédito 'Álbum de París' de Ángel de la Hoz se exhibirá en una muestra homenaje del CDIS

Elegante, pulcro y perfeccionista, Ángel de la Hoz dejó un peculiar tacto creativo, de sensibilidad y cuidado formal, en la mirada expresada sobre las personas y las cosas. En el año de su muerte, su vínculo con la ciudad crece con una nueva donación familiar y la rúbrica de una exposición en diciembre que complementa el acercamiento del fotógrafo y pintor, reflejo de un inédito álbum datado hace más de sesenta años.

De la Hoz (Solares, 1922-2019) símbolo de la memoria fotográfica de Cantabria, plasmada en decenas de retratos y en miradas que remiten a personalidades y hechos, testimonios fijados de nombres y situaciones vinculadas a la vida creativa de la comunidad, es inherente a la trayectoria del Centro de Documentación de la Imagen de Santander (CDIS). En 2007 se inauguró la sala polivalente que lleva el nombre del fotógrafo, epicentro de la programación expositiva. El espacio del Ayuntamiento de Santander nació en el año 2002 con el objetivo de «recuperar, preservar, gestionar y difundir nuestro patrimonio fotográfico», siendo el único Centro de estas características que existe en la comunidad. Su origen se encuentra en el antiguo Archivo Histórico Fotográfico Municipal (1958). Desde entonces y hasta la actualidad, sus fondos se han enriquecido notablemente con otros procedentes de donaciones.

El CDIS concluirá así su programación con una exposición en homenaje al fotógrafo fallecido este año. La cita está prevista en diciembre y permanecerá abierta hasta principios de febrero. La muestra, bajo el epígrafe 'Álbum de París', exhibirá más de una treintena de las imágenes inéditas que Ángel de la Hoz seleccionó de todas aquellas que fue tomando durante el viaje realizado a esa ciudad en el verano de 1956, acompañado de un pequeño grupo de artistas de Cantabria.

El CDIS cuenta con la donación que el propio fotógrafo realizó en el año 2014 de una parte muy importante de su archivo fotográfico -unas 18.000 imágenes-, al que se suma este año la donación llevada a cabo por sus herederos, tras el fallecimiento del fotógrafo, que consta de su biblioteca, configurada por 448 volúmenes entre libros, catálogos y revistas, y más de 12.000 fotografías. El CDIS, que coordina Manuela Alonso, con motivo de la inauguración de la Sala en 2007, ya exhibió al público «los magníficos retratos en blanco y negro que el autor tomó a lo largo de la segunda mitad del siglo pasado» y que, el también fotógrafo, Jorge Fernández positivó para la exposición que Caja Cantabria organizó en 1993. Ahora doce años después de aquella apertura podrán verse en el citado espacio imágenes inéditas integradas en un álbum que forma parte de la mencionada nueva donación familiar. El CDIS estudia y cataloga ahora el material y ultima la muestra que cerrará el calendario de exposiciones desde mediados de diciembre.

El artista de Solares abordó la fotografía desde casi todas las facetas posibles. Con la apertura de su estudio en 1948, inició su actividad profesional, labor que compaginó con la participación en numerosas exposiciones. Gran «innovador y vanguardista para su época», fue miembro del colectivo AFAL. Además, colaboró activamente en prestigiosas revistas -como Arte Fotográfico o Luna y Sol-, siendo algunas de sus imágenes portada en diversas ocasiones. Interviene como fotógrafo en la edición de varias ediciones, entre las que destaca 'El libro de Santillana' (1955), escrito por Lafuente Ferrari. La faceta de investigador le llevó a participar en la publicación 'Cien años de fotografía en Cantabria' (1986) y en la 'Enciclopedia de Cantabria'. A ello, se añadió su interés por la recuperación y conservación del patrimonio fotográfico, llegando a dirigir durante un tiempo, el antiguo Archivo Fotográfico Municipal, precedente del CDIS. Maestro del retrato fotográfico en Cantabria, ha reflejado, con un estilo muy personal, la alta sociedad de Santander y a los representantes de la vida cultural y artística en la que él mismo se hallaba inmerso (de Proel a La Isla de los Ratones). Sus retratos se ensalzan por constituir un ejemplo de «austeridad, perfección técnica y dominio de la luz».

Desde los nueve años fotografió la vida, el pulso de las ciudades, el rostro de los artistas, hechos e hitos. En este trayecto se sucedieron miles de imágenes, entre la profesión, el encargo, el deseo, el azar y la querencia de contar el mundo a través de una cámara. Más de seis décadas de estudios, publicaciones, exposiciones y retratos reflejados en su ingente Archivo en el CDIS.

Manuel Arce, el histórico galerista y escritor, dijo en ocasiones que en la fotografía de Angel de la Hoz hay conocimiento técnico, pero también sabiduría humana, conocimiento de las cosas, indagación y, sobre todo, necesidad de hacer algo más que una fotografía técnicamente bien elaborada.