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La santanderina librería de viejo Roales, ubicada en la calle del Sol, forma parte del paisaje cultural de la ciudad. Un espacio inherente a la ... trayectoria de la Asociación Sol Cultural y gestionado por Francisco Roales, que, además, ha desarrollado decenas de actividades para fomentar la lectura y atraer a los jóvenes a espacios culturales de la ciudad. La «formación de públicos» con el objetivo final de fomentar la creatividad ha sido una seña de identidad de la librería. Ahora Roales asume en solitario la dirección de la Feria del Libro Viejo de Santander, edición 2021, que comienza el próximo sábado, día 7, en la plaza de Alfonso XIII. Una cita que, hasta el día 22, dedicará su exposición al Tebeo Español centrada en una quincena de dibujantes pertenecientes a la Escuela Bruguera.
-¿Qué sello busca imprimir a una feria veterana y de referencia en el sector?
-Más que un sello, busco que la Feria de Santander sea un lugar de encuentro entre libreros y lectores, programando unas actividades paralelas que estimulen las capacidades lectoras, intelectuales y creativas. El reto es ilusionar a los niños y jóvenes ofreciendo recursos didácticos que lo potencien. Son los futuros lectores y compradores de libros.
-Al margen de la pandemia, ¿considera que la exhibición y, por ende, el mercado, debe evolucionar y potenciar su carácter cultural interno?
-La pandemia sólo ocupará en la historia una pequeña parte. La vida debe continuar en todo lo logrado hasta ahora y nos corresponde a todos evolucionar, adaptarnos. Y volar más alto, más fuerte y más lejos, con espíritu olímpico.
-El pasado año existieron problemas de organización, ferias casi solapadas, diferencias de criterios... ¿Las convocatorias culturales de la ciudad no se alimentan entre ellas, o hay cuestiones de egos?
-El pasado año no existieron problemas de organización, fue un año de transición. La organización de la feria fue compartida entre Alistair Carmichael y yo. Nuestra feria de libro viejo siempre se ha organizado en los primeros días de agosto justo después de la 'Semana Grande'. No hago valoraciones personales sobre la ética de los demás. Citaré al maestro Pessoa. «Para ser grande sé entero: Nada tuyo exagera o excluye, sé todo en cada cosa. Pon cuanto eres en lo mínimo que hagas. Así en cada lago la luna toda brilla, porque alta vive». Con este pensamiento afronto la dirección de Feria y mi vida.
EL RETO
-Defina la feria 2021.
-Pues una Feria con mucho atractivo, con actividades para niños, concurso de viñetas que estimulen la creatividad, paseos culturales para conocer algunos de los personajes culturales de nuestra ciudad, e incorporamos un recorrido por diferentes técnicas milenarias de conexión entre cuerpo y mente. Y una exposición dedicada al tebeo español. Y con la ilusión de dieciséis librerías con una variadísima oferta para todos.
-Desde su larga experiencia, ¿existe tradición arraigada y demanda en Santander y Cantabria de una oferta como la que contiene esta feria?
-El Santander de agosto es interprovincial y familiar en su esencia, con un considerable aumento de su población fija: castellanos, madrileños, vascos..., que consideran la Feria un acontecimiento imprescindible del verano. Además en los últimos años contamos con el atractivo de una variada oferta turística y cultural.
-¿Lo digital ha cambiado el panorama del mercado en el sector?
-Las redes sociales, el móvil, internet... no sólo han cambiado el modo de comunicarnos, también de expresarnos, de culturizarnos. Ahora todo es inmediato, sin reflexión. Ya casi no se valora el tacto de un libro, su olor, su tipografía...«Estos parientes de los estantes», que escribió Emily Dickinson. El progreso de la humanidad se ha escrito para ser leído impreso.
-¿Hay presencia joven, relevo generacional o familiar en los libreros?
-En general, sí. El amor a los libros, a la música, a la profesión es fácil de trasmitir. La satisfacción del maestro es lograr 'maestros'.
LA PANDEMIA
-¿El protagonismo del tebeo de este año es un guiño para captar nuevos públicos?
-La narración oral, el tebeo, el cuento, es el primer encuentro, el primer estímulo para el futuro lector, el ansia de conocimiento a través de los libros, de querer aprender a leer, a descubrir, a fantasear...
-¿Qué esquema organizativo ha propuesto la Feria en el contexto de la pandemia?
-Este año contamos con el apoyo del Ayuntamiento de Santander, la Fundación Santander Creativa y la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria. El Ayuntamiento, con el que firmamos un convenio de colaboración, es nuestro principal apoyo. Y en estos dos últimos años covid, la organización ha dispuesto, con todas las medidas sanitarias obligatorias y recomendadas. Es una feria en la que no ocupamos una plaza, sino una pequeña parte de una gran plaza, donde el público se puede acercar, mirar, ver y comprar en alguna de las casetas distribuidas alrededor de la plaza, con paneles informativos verticales y horizontales, gel hidroalcóholico... Además, hemos dispuesto unas mesas auxiliares que facilitan la circulación y la dispersión de las personas. Todas las actividades son al aire libre, disponemos de una carpa abierta para ello, sin olvidar que el público es mayoritariamente interesado, familiar y sin duda respetuoso y responsable. Cada caseta, cada librero, velará para que se cumplan las medidas sanitarias vigentes, primando siempre el casi olvidado sentido común.
-Supongo que habrá alguna joya intocable en esta edición...
-Todos los libreros tenemos alguna 'joya bibliográfica' de especial cariño. En mi caso acabo de hacer una restauración profunda y completa, (por una cuestión de amor), de un libro titulado 'Naturalis Historiae Opus Novum Frankfurt, Christofher Egenolph', 1551, en tamaño folio.
-El circuito de libreros es muy cerrado. ¿En qué se diferencia Santander?
-Hay muchas ferias relacionadas con el libro, Salones de libro antiguo, ferias de coleccionismo de papel, subastas... Todas distintas, con organización y contenido diferentes. Yo conozco algunas de las más importantes: Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia, Salamanca, Valladolid y Santander. Todas distintas pero cada una con su personalidad. Todos con el mismo deseo: que no desaparezca el lector, el papel.
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