Interpretaciones ante la nueva partitura del FIS

El director del Aula de Música de la Universidad de Cantabria asegura que «una de las cosas de las que más disfruto del FIS cada año son los Marcos Históricos. Me parecen una estupenda manera de ofrecer de música de excelencia –además a precios más que asequibles– con la visita a lugares con encanto. Por eso me ha gustado especialmente ver que el Festival, no solo va a continuar con esta iniciativa, sino que la va a reforzar de ahora en adelante». Con respecto a la nueva etapa que inicia Cosme Marina dice que: «Tiene el reto de conciliar dos ideas que no siempre han funcionado en ediciones pasadas. Por un lado, traer espectáculos novedosos, imaginativos y pediría que hasta transgresores, incluyendo a artistas que tengan una visión creativa del repertorio clásico. Por otro lado, satisfacer al público que demanda una programación más basada en artistas consagrados. Personalmente siempre me ha atraído más lo primero, pero entiendo que el nuevo director tiene que cuidar también esto último. En cualquier caso, Marina ha realizado programaciones muy sólidas en el pasado, lo cual siempre es una garantía». A José Santos, le parece «ilusionante» que el cambio de rumbo del FIS llegue en un momento «muy notable en la vida cultural de nuestra ciudad». Por último sugiere «ser exigentes con la gestión del dinero público. No olvidemos que más del 50% del presupuesto del FIS sale de nuestros impuestos. No pueden volver a ocurrir episodios como el de la deuda oculta que afloró hace unos años».

Desde su experiencia como crítico musical, Darío Fernández reconoce que su valoración sobre el programa de esta edición es «muy positiva». «Me parece buena porque mantiene la línea de los últimos años, es decir, que incluye grandes intérpretes, grandes orquestas y grandes obras». También aplaude la posibilidad que ofrece el FIS de poder escuchar a intérpretes que están en su plenitud artística y que es difícil que pasen por Santander en otras programaciones, como sería el caso este verano del tenor Jonathan Tetelman y la soprano Sondra Radvanosky. Reconoce que habrá un sector del público que opine que muchas de las grandes obras que se incluyen en el programa ya se han escuchado en otras ocasiones y que varios de los nombres que pasarán por el Palacio este verano también han estado antes, pero para él eso no es negativo, al contrario. «Habrá gente que no los habrá visto o escuchado en esas otras ocasiones y otros que no nos cansamos de oírlos». En cuanto a la nueva etapa que se inicia con Cosme Marina afirma que su mayor desafío va a estar en la renovación del público. Algo que cree que debe trabajarse mucho. Por lo demás, dice estar de acuerdo con otros de los objetivos marcados para esta nueva etapa, como la vuelta de la de la ópera a la programación. «Espero que no se quede en una declaración de intenciones» y la posibilidad de desestacionalizar el programa.

«La posibilidad de escuchar a mi ídolo, la soprano Sondra Radvanovsky en mi ciudad es para mí es una pura maravilla». De entrada, la joven voz astillerense, con un gran número de premios en certámenes de canto, está feliz con el programa del FISen esta edición y no solo por el recital que la norteamericana ofrecerá junto a Jonathan Tetelman –«ojalá algún día yo pueda ser como ellos», afirma con gran humildad–, sino porque, en general, considera que se ha apostado en otros espectáculos por repertorios y compositores contemporáneos, algo que echaba en falta en años anteriores. En lo que respecta a la lírica, insiste en que «nadie debe perderse el recital de Sondra Radvanovsky que además interpretará el aria 'Vissi d' arte' de Puccini «que cantó tan bien en el Teatro Real que lo tuvo que repetir. Que suerte que lo podemos oír aquí». Tampoco faltará al de la soprano, Aida Garifúllina, «otra grande» que cantará en la jornada inaugural. Pero, sobre todo, apoya la decisión del Festival de incluir a cantantes que están en la plenitud de su carrera y no a figuras que «a lo mejor tienen mucho nombre pero que ya no están en su mejor momento». También tiene una sugerencia para la nueva dirección: «Para los jóvenes estudiantes, el precio de las entradas es muy elevado y es una lástima porque eso nos obliga a elegir qué ver y qué no. A mí me gustaría ir a otros de los conciertos programados y que no son únicamente de lírica y, sobre todo, poder llevar a mis amigos a algunos de ellos a los que quiero inculcar la pasión por la música clásica, pero los precios son muy elevados para nosotros. «Ojalá se pusiesen medidas como la del Auditorio Nacional de Música que horas antes de cada actuación pone a la venta entradas a precios bien reducidos».

«Una vez presentado y visto el programa de la próxima edición del FISpodría decir que se compone de mucha música, algo de ballet y nada de otras disciplinas artísticas». Claro y contundente, el director de La Machina afirma que, en lo que se refiere a la música no tiene nada que objetar: «Creo que hay muy buenas propuestas en el programa», pero sigue echando en falta «algo más». Recuerda que en sus inicios, el Festival Internacional de Santander llevaba un epígrafe que decía de Teatro, Música y Danza, «pero por desgracia el teatro se ha quedado por el camino». Asegura que en varias ocasiones ha abordado este mismo tema con anteriores directores que justificaban que el teatro ya forma parte de la programación habitual del Palacio de Festivales, pero él apela a lo «excepcional que se supone que es o debiera de ser un festival de esta categoría» para que se trajesen obras «excepcionales» de esas que no se ven en el resto del año. Y lo mismo cree que pasa con la danza «también han dejado de venir las grandes figuras que vinieron hace años».

Para Paula Sumillera, directora de la Orquesta Sinfónica del Cántabrico, (Oscan), «el FIS es un lujo que los santanderinos deberían vivir mucho más». En líneas generales cree que el programa de este año es bueno, que se ha arriesgado más en algunas de las propuestas que en anteriores ediciones con partituras de compositores contemporáneos y conciertos como el de la Orquesta de Budapest o la Sinfónica de Sao Paulo, que considera muy interesantes. También destaca la «joya» que son los Marcos Históricos, un ciclo que lleva la música «de calidad» por los rincones de Cantabria. Y aquí es donde viene una de sus sugerencias para la nueva dirección. «Respeto mucho a los programadores porque entiendo que debe de ser difícil dar gusto a tanta gente, sin embargo sí me gustaría que el FIS saliese de su escenario principal que es el Palacio de Festivales y tuviese más presencia en las calles de Santander porque, por desgracia, aún hay cántabros que lo ven como algo ajeno». Además pediría que hubiera más presencia de intérpretes de esta región en los programas. «Para todos los músicos de aquí, el FIS ha sido una referencia y hay una larga nómina de intérpretes de gran calidad que tendrían mucho que aportar. Este año solo veremos a una cántabra, la violinista Irene Benito de La Spagna, espero que en próximos años vengan más».

Regino Mateo, que conoce bien el FIS, ve el nuevo programa como «un cierre correcto para la etapa de Valentina Granados porque de alguna manera profundiza en los que han sido tanto sus puntos fuertes como débiles». Se trata, dice, de una programación clásica «con intento de que sea interesante, pero sin riesgos». Un programa que se apoya en territorios conocidos y artistas que ya han venido en anteriores ediciones. Sin embargo destaca algunos «grandes» de la edición como la soprano Sondra Roadvanosky, el Bach Collegium Japan de Masaaki Suzuki, en su opinión «la perla de esta edición» y dos «puntazos» en los Marcos Históricos, los grupos Cantoria y Egeria. Coincide con Francisco Valcarce en que el teatro debería formar parte del programa, «tal y como figura en el epígrafe», y mantiene sus expectativas sobre la gestión del nuevo director. «Llega con buenas credenciales. Espero que imprima una identidad propia que permita al FIS escapar de convertirse en una sucursal de Oviedo o de que se programe lo mismo que en invierno».

Para este músico, la de esta edición es una programación muy versátil, «como corresponde a un festival de verano», con espectáculos muy eclécticos en cuanto a estilo, formato, repertorios y figuras famosas. Destaca la gran presencia de intérpretes españoles «que es algo a valorar dentro del espíritu internacional del Festival» como Esteban Elizondo, Noelia Rodiles o La Spagna «que es un grupo súperinteresante». Como pianista reconoce que echará de menos a Grigori Sokolov, una de las figuras más carismáticas de la actualidad dentro del mundo del piano «quien además, para la alegría de muchos se estaba convirtiendo en un habitual de los veranos musicales de Santander», pero le da muchísima felicidad volver a escuchar a Maria Joao Pires «la gran dama portuguesa del piano». Además agradece lo que él considera una exquisitez; el concierto del Bach Collegium Japan de Masaaki Suzuki y una de las propuestas más interesantes. «Esa es la línea que espero de la nueva dirección, una programación equilibrada con grandes estrellas y exquisiteces como esta».

El también coordinador del Ciclo de Música Antigua de Santander cree que, en líneas generales, la programación del Festival es «muy buena» pues encuentra un aumento de calidad notable en cuanto a intérpretes y, sobre todo, con «mucha coherencia en cuanto a la relación de repertorios» que es, según explica, lo mejor que se puede esperar de un festival que cuenta con una trayectoria tan dilatada como esta. Una calidad que también ofrecerán, según dice, los conciertos de los Marcos Históricos que «durante mucho tiempo fueron una especie de 'totum revolutum' de grupos españoles y, sin embargo, este año contará con grandes artistas de la talla de Kenneth Weiss o la violinista Amandine Beyer». De la propuesta que se podrá ver en el Palacio destaca la danza. Sigue viendo una programación continuista «y si es cierto que se ha hecho a cuatro manos el tándem Marina y Granados, ha funcionado muy bien». También es de los que cree que no hay que perderse el concierto de la Japan y el de la Orquesta barroca de Friburgo. Solo tiene un pero: «Siempre me ha parecido que las entradas son un poco caras, si lo comparas con otros festivales como la Quincena de San Sebastián».

«Los aficionados de danza estamos de enhorabuena porque normalmente se programaban dos espectáculos y este verano veremos cuatro. Eso está genial», afirma esta bailarín y coreógrafo que recalca que recalarán en Santander las dos principales compañías del país y una emergente muy potente que es la de Nacho Duato. Pero, lamenta, que el FIS, que siempre ha sido una referencia internacional, haya perdido ese plus que tenía de traer a grandes figuras de la danza a nivel mundial, tanto intérpretes como coreógrafos, y sobre todo echa de menos esas producciones de vanguardia que se hacen en otros países. Alberto Pineda recuerda que en Cantabria hay muchísima afición «Y estamos deseando ver danza en mayúsculas. Hay grandes producciones girando en toda Europa y que podrían verse aquí». También tiene una petición para los nuevos programadores y es que cuiden a la danza tanto como a la música. «Siempre han venido grandísimas orquestas y solistas y parece que en las producciones de danza no se han esmerado tanto».

«Conociendo como conozco la trayectoria del FIS y asimismo las trayectorias profesionales de Valentina Granados y de Cosme Marina (de hecho, viajo con frecuencia a Oviedo por la calidad de su programación), es evidente que la programación de este año es de pura transición», explica Ana de la Robla, quien también dice que: «Las declaraciones a la prensa de Marina nos hacen atisbar su deseo de implantar cambios que, por el momento, prácticamente no se perciben, y ello por una causa evidente: la incorporación de Marina al FIS se ha realizado en unas fechas en las que parte de la programación ya estaba cocinada». Al menos se detecta, indica, «una ligera independencia con respecto a la Quincena Donostiarra, que había lastrado mucho la identidad del FIS en los últimos tiempos, y una ligera variación en la configuración de la programación de los Marcos Históricos. Pero sigue habiendo deudas pendientes de resolver a nivel conceptual, y no pequeñas». De la Robla entiende que «esta suerte de 'poor little thing' que es la programación 'a cuatro manos' del FIS facilita una salida digna a Valentina Granados, mucho más satisfactoria que una mera jubilación, «pero estamos ya ansiosos de que se abran las ventanas y que emprendamos una aventura nueva». Finalmente se muestra optimista al respecto por lo que conoce de la programación ovetense hasta ahora dependiente de Cosme Marina. Una programación, además, que se ha venido prodigando durante la totalidad del año, no en exclusiva en un periodo concreto. «Pero debemos ser también cautos en estas expectativas, no vaya a perderse la primigenia identidad del FIS. Cantabria necesita crear y confirmar afición, pero también respetar algunas de sus señas distintivas».

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