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La artista Isabel Muñoz, Premio Nacional, cuya obra supone una de las construcciones visuales con mayor personalidad del mundo de la imagen y la fotografía en particular, presenta hoy una proyección nocturna al aire libre en las Naves de Gamazo de Santander. Con esta actividad ... la Fundación Enaire participa en la IV edición de PHotoEspaña Santander. La pieza audiovisual de la fotógrafa Isabel Muñoz se proyectará en la fachada del edificio rehabilitado y abierto hace poco más de un año. En esta ocasión, el centro podrá visitarse así en horario nocturno.
Desde las diez de la noche tendrá lugar en la fachada de las Naves de Gamazo una proyección al aire libre de la fotógrafa Isabel Muñoz. Se trata del proyecto 'Las anjanas de Cantabria', que continúa con su última línea de trabajo centrada en los problemas derivados del cambio climático y del exceso de plásticos en el mar.
Las Naves de Gamazo, que en el mes de julio cumplieron un año de apertura con más 50.000 visitantes, contribuye con esta nueva actividad al aire libre que trasciende el espacio cerrado de las Naves, a acercar el arte contemporáneo al público y a conquistar con sus diferentes lenguajes y expresiones a los ciudadanos, cumpliendo así con su vocación de servicio público.
Desde hace años, las exposiciones de los premios anuales de fotografía que otorga la Fundación Enaire inauguran el festival en el Real Jardín Botánico de Madrid con el que da comienzo PHotoEspaña a nivel nacional. Esta trayectoria en común con el Festival se ha reforzado ahora con la participación de la Fundación en PHotoEspaña Santander.
Isabel Muñoz es una de las figuras más relevantes de la fotografía española, reconocida entre otros con el Premio Nacional. Destaca por su «personal lenguaje creativo y concienciación por los problemas de la sociedad actual, tratados con una mirada en permanente búsqueda de la belleza».
En esta pieza audiovisual que la artista presentará en las Naves de Gamazo rescata la figura de las anjanas, seres mágicos y mitológicos muy ligados a la tradición cántabra. Según cuenta la leyenda se trata de hadas que ayudan a los seres humanos cuando lo necesitan. La propuesta invita a descubrir a una anjana que lleva conociendo Cantabria desde hace miles de años y que ve con preocupación «cómo el calentamiento del agua y la subida del nivel del mar puede hacer que esta tierra, a la que tanto ama, acabe por desaparecer. La anjana se enamora de un humano que se encuentra jugando con el agua. Ambos comienzan así una historia de amor de la que no conoceremos el final, al igual que ocurre con el destino de los océanos».
Por su parte, el Museo de Altamira se sumó ayer al Festival PHotoEspaña, como ya se anunciara, con la exposición de Eva Miquel, 'Desde el agua', la cual supone una inmersión en escenarios que revelan la realidad de las crisis migratorias. Esta propuesta sigue la línea de fomento del arte contemporáneo de los museos estatales, así como la visibilización del trabajo de mujeres artistas en la actualidad.
En la muestra, que podrá visitarse hasta el 6 de noviembre, la artista Eva Miquel rinde su particular homenaje «a la solemnidad del paisaje a través de sus poderosas aguas». Con una mirada poética, similar a la de los pintores románticos, «se sumerge en escenarios oníricos que revelan la cruenta realidad de una tragedia actual: las crisis migratorias». El acto de inauguración contó con la presencia de Eva Miquel; Claude Bussac, directora de PHotoEspaña; Gema Agudo, directora general de Acción Cultural del Gobierno de Cantabria; Mercedes Roldán, subdirectora general de Museos Estatales; y Pilar Fatás, directora del Museo de Altamira.
Eva Miquel (Barcelona, 1970) plasma en sus dibujos a lápiz de grafito «una combinación de sensaciones donde se mezclan el deleite estético y una inexplicable inquietud valiéndose de un complejo proceso creativo que arranca en la fotografía». De esta manera, consigue transformar la estética convencional del dibujo a lápiz de grafito en una mirada plenamente contemporánea. Además, la artista experimenta con otros soportes y formatos, interviniendo con el color en cajas de luz, convirtiendo la fotografía en un objeto tridimensional. Así, «con una mirada poética e inquietante, un lenguaje sencillo y clásico, encuadres fotográficos y un sinfín de texturas, ubica al espectador dentro del paisaje, situándolo en su propia experiencia y posicionándolo como protagonista del momento».
Y es que uno de los objetivos principales de Eva Miquel es «conmover al espectador a través de un paisaje emocional, un paisaje identitario», tal y como declaró la propia artista.
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