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Dicen que la marca más antigua de grabación de sonido del mundo, una discográfica que desde 1903 graba cantantes y orquestas, se interesó por utilizar la excelente acústica del templo de La Bien Aparecida –en las alturas de la Hoz de Marrón– para una serie ... de registros de calidad. No pudo ser, pero la acústica que la Columbia Records descubrió en este santuario sigue allí. El pasado domingo brilló en un concierto barroco –como la iglesia misma– de la Orquesta Barroca de Sevilla y la soprano Aurora Peña. Noche estrellada fuera y dentro del templo. Gran Marco Histórico del FIS. Con un programa centrado en Händel (1685-1759) y Vivaldi (1678-1741), dos compositores que se conocieron en la Venecia de finales de 1709, las melodías de uno y otro se sucedieron en una bella sonata del primero y un concierto para cuerdas y continuo del segundo. Seis músicos felices sonaban como una orquesta más nutrida en cada movimiento de un ensemble fundado en 1995; el creador del grupo, Ventura Rico, era el contrabajo, al que acompañaban dos violines, una viola, un violonchelo y un clave.
Compenetrados y precisos, fueron la escolta de la aparición de Aurora Peña (Valencia, 1990), una voz privilegiada que cumplió sus deseos de haber podido sacar adelante canciones «de mucha pasión, sentimiento y tempestad». Y añado: agitadas y llenas de naves que van por los mares. Su primera aria –'Da tempeste il legno infranto'– sonó fresca y nítida, fraseo impecable y dramática coloratura; toda una reina Cleopatra.
Primeros bravos, pausa y otra aria memorable: 'Ah, mio cor!', la hechicera Alcina dándose cuenta de que está siendo burlada en un desasosiego expresado con personales matices, modulaciones e intensos agudos. Gran voz. Un concierto para cuerda y continuo de Vivaldi (RV 158) y el adagio de una sinfonía para orquesta de cámara de Nicola Porpora (1686-1768) fueron el tránsito hacia un cierre estrellado dentro y fuera: un aria –'Son qual nave'– donde la cantante se siente barco que surca los mares, salva escollos, supera tormentas y llega a puerto para descansar. El descanso duró poco, el ensemble y Aurora Peña anunciaron un bis conocido, un regalo casi celestial: 'Lascia ch'io pianga'. Händel genio dramático, soprano graduando dolores y emociones. Noche perfecta de acústica, voz e instrumentos. La nave musical de los marcos históricos va.
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