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La mística de la escena
Ciclo Talía en el Casyc/El Brujo

La mística de la escena

En 'Mi vida en el arte' de El Brujo uno va al teatro para echar un rato con las ocurrencias de un cómico y resulta que sale con primero de filología ya convalidado

Lunes, 26 de agosto 2024, 07:23

«Quien no sabe de penas, no sabe cosas buenas», reza una coplilla del Siglo de Oro que, según cuentan, provocó un desmayo a San Juan de la Cruz cuando se la cantaron en un conventillo jienense, allá por 1578. Claro que el santo, que ... por entonces aún era un religioso raso –esto es, Juan de Yepes, fraile del Carmelo–, acababa de fugarse de la prisión en que sus superiores le habían encerrado nueve meses, por un quítame allá esa reforma de la orden. Su fuga se atribuyó, cosas de la época, a la intervención divina; hoy, probablemente, daría para una serie de éxito, pero Rafael Álvarez, el Brujo, se ha adelantado a Netflix y consigue convertir ese episodio casi secreto de la historia de la religión en una fabulosa aventura, tan desternillante como brillante en lo literario. Porque, como desvela el actor, entre el hambre y las estrecheces de la celda el santo comenzó a escribir su obra cumbre, el 'Cántico espiritual'.

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