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«¿Qué cambiaría de la Historia si un objeto hablara?». Carmen Posadas, (Montevideo, Uruguay, 1953» dedica su última novela 'La leyenda de La Peregrina' a la perla más famosa de todos los tiempos, que se encuentra en paradero desconocido desde la muerte de Elizabeth Taylor, ... cuando fue adquirida por 11,8 millones de dólares por un comprador anónimo. La escritora hablará de esta obra, que no es otra cosa que un recorrido por «la cara B» de los últimos 500 años de Historia, este martes, día 1 de diciembre, en un acto online organizado por el Aula de Cultura de El Diario Montañés y que se puede seguir en directo, con aforo reducido, a las 19.00 horas en el Ateneo.
-Menuda historión el de La Peregrina.
-Pues sí. Es bastante increíble porque tiene 500 años de historia y como es una pieza tan señalada ha estado en todos los lugares importantes del momento. Cuando España era el centro del mundo con los Austrias ya estaba allí, también con los Borbones, en la época de Napoleón, después pasa a Inglaterra con la reina Victoria y acaba en Hollywood.
-Al final todo acaba en Hollywood.
-Sí (ríe) Hollywood es la aristocracia de esta época y la fascinación que antes causaban los reyes ahora está en el cine.
-¿Cómo se le ocurrió una obra en la que la protagonista fuera una joya y no una persona?
-Hace unos años leí una novela de Manuel Mújica Láinez cuyo protagonista era un escarabajo de lapislázuli, que había pertenecido a Nefertiti. En ella el autor hizo el mismo ejercicio que yo quería hacer, que era seguir un objeto para retratar distintas épocas de la Historia. Me lo volví a leer y me sirvió de inspiración para este libro, sólo que en su caso, esa joya es inventada y en la mía existe realmente.
-¿Y entre tantos objetos o joyas por qué se decantó por esta perla?
-Me parece que se trata de una joya muy emblemática. Velázquez la pintó unas cinco veces y también aparece mencionada en muchas novelas como las de Alejandro Dumas y Dostoievski. Es una perla muy mítica que siempre ha estado en el imaginario y me pareció que era interesante seguirle la pista.
-¿Se ha preguntado alguna vez que pasaría si los objetos hablasen?
-Claro y en parte por eso escribí 'La leyenda de la peregrina'. Se me ocurrió cuando murió mi madre y apareció un anillo, un zafiro con un engarce barroco. Ella siempre contaba que su madre la llevaba en un broche y anteriormente su bisabuela la usó en un colgante. Me pareció que las joyas, que siempre han estado en contacto muy íntimo con las personas, si hablasen podrían contar capítulos muy asombrosos de la Historia o incluso cambiar la percepción que tenemos de ella.
-¿Usted utiliza joyas a menudo?
-No. No soy yo muy de joyas, pero si guardo con mucho cariño un collar de perlas que me regalaron mis padres cuando me casé. Las perlas, en concreto, me gustan mucho y las uso muchas veces mezcladas con alguna pieza de bisutería.
-En la novela reconstruye varias épocas de la Historia. ¿Cómo fue el trabajo de investigación que realizó para poder escribirla?
-Quería contar en la novela lo que llamo la 'cara B' de la Historia. Yo entiendo por 'cara A' lo que aparece en los libros de texto de los colegios: las fechas, los datos, las batallas... Pero no quería entrar en eso sino en el factor humano que es el que explica todos los hechos. Lo que pasa en la vida se reduce al final a cosas tan cotidianas como de quien estás enamorada o de si una noche duermes bien o tienes insomnio. Detalles que pueden hacer cambiar el curso de la Historia. Y eso es lo que yo quería retratar al mismo tiempo que describir el contexto histórico. En ese sentido la documentación ha sido muy laboriosa porque no es lo mismo hacerlo para un periodo histórico concreto que para todo lo que pasó durante quinientos años.
-En esos quinientos años, la perla tuvo muchos propietarios. ¿Cual le parece más fascinante desde el punto de vista literario?
-Son tantos que no sabría a quien destacar porque aparecen personajes muy tristes como puede ser Carlos II 'El hechizado' que era tan feo que yo creo que se la ponía para que mirasen a La Peregirna y no a él. Reconozco que le cogí bastante ternura.
-¿Quién más la usó?
-También me interesó mucho el personaje de José Bonaparte y sobre todo, la relación de rivalidad que tenía como su hermano. José Bonaparte era mayor que Napoleón y aunque el pequeño fue el que conquistó el mundo, el mayor era un grandísimo conquistador de mujeres y le robaba todas las novias. Hay otros personajes que aparecen tangencialmente en la novela como la reina Victoria. La perla nunca fue taladrada para que no perdiera valor y estaba sujeta por un hilito de oro que a cada minuto se soltaba. Una de las propietarias fue una amiga de la reina Victoria que la perdió dos veces en Buckingham Palace y la monarca, que era espiritista aseguraba que la había robado los Elfos... En fin hay mil anécdotas porque todo lo que cuento en el libro son hechos reales pero haciendo hincapié en la psicología de los personajes.
-Es una novela histórica. ¿Cuanto hay de ficción?
-Por supuesto que me he inventado los diálogos porque yo no estaba debajo de la cama de los reyes para saber que se decían por la noche, pero todo lo que se sabe de La Peregrina, está y luego he procurado reconstruir los diálogos con la información que existe de todos los personajes.
-Estoy segura de que se muere por saber dónde está y quién tiene ahora La Peregrina.
-Me encantaría y tengo una pista interesantísima que me ha llegado tras la publicación del libro y que si se llega a comprobar que es cierta sería tronchante. Pero de momento, lo único que se sabe es que está en los Países Árabes y que se vendió hace diez años por once millones y medio de dólares. Me asombra que alguien se haya gastado ese dineral para tenerla guardada.
-Esta vez no la vamos a poder ver de forma presencial en Santander. ¿Cómo está viviendo la crisis sanitaria?
-Como siempre intento sacar el lado bueno de las cosas y te diré que por una parte me vino bien porque estaba muy retrasada con lo novela y durante el confinamiento la pude dar un buen empujón. Para los escritores estar encerrados no es ninguna tragedia, pero también es cierto que esta pandemia es terrible y que he perdido amigos queridos. Me da pena que ahora con la salida del libro no pueda viajar y poder estar en contacto con los lectores, pero eso me permitirá ponerme a escribir de nuevo, aunque ahora voy a reposar un poco esta historia.
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