Juan Gómez Bárcena regresa con un ensayo literario que explora el mapa de la soledad

Su obra tiene como punto de partida un claro fundamento: «Se puede estar solo por muchos motivos. Hay solitarios forzosos y solitarios por elección; hay soledades pasajeras y eternas; soledades que desembocan en la locura y otras que nos llevan al placer y la creación. Se puede estar solo en una isla, como el capitán Pedro Serrano, que inspiró la figura de Robinson Crusoe tras un naufragio en 1526, y también está sola el ama de casa que plancha mientras espera, o la estrella del pop que se refugia en su habitación de hotel,...». 'Mapa de soledades (2024) traza así una radiografía de la soledad en diferentes lugares y tiempos, mezclando historia, literatura y memoria.

A partir de una amplia bibliografía y de las vidas de grandes solitarios de la historia y la literatura, Juan Gómez Bárcena «intenta comprender este sentimiento» que asoma en los monjes de Santa María de Huerta, en Soria, en los hikikomori japoneses, «pasando por la llamada 'ballena de 52 hercios', que lleva treinta y cinco años cantando en una frecuencia que ninguna otra ballena puede oír».

Enrique Vila-Matas refiere, a propósito de esta obra, que «si el autor de este libro nunca está solo con su soledad, parecida experiencia le espera al lector de tan fascinante viaje». Por su parte, Fernando Aramburu define el libro como «un catálogo ameno de las numerosas variantes de la soledad, lleno de datos jugosos y de atinadas reflexiones que nos abren los ojos a un sinfín de matices del comportamiento humano».

Gómez Bárcena es licenciado en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, en Historia y en Filosofía. Con su primer libro de cuentos, el citado 'Los que duermen', obtuvo el Premio Tormenta al mejor autor revelación. Después publicó 'El cielo de Lima' (2014, 2023), novela con la que obtuvo el Premio Ojo Crítico de Narrativa y el Premio Ciudad de Alcalá de Narrativa, y que ha sido traducida a varios idiomas. Con 'Kanada' logró el Premio Ciudad de Santander y el Premio Cálamo Otra Mirada, y resultó primer finalista del Premio Internacional Tigre Juan.

Confiesa el escritor que desde que empezó a escribir el libro «hay una palabra que no deja de darme vueltas en la cabeza: soledumbre. Es una palabra muerta o casi muerta. (...) Me gustan esa clase de palabras: las que perecen. Disfruto coleccionándolas y decidiendo cuáles entre ellas merecen una segunda vida. Y desde que la escuché por primera vez, desde antes incluso de saber qué significaba, supe que soledumbre merecería mi indulto».

'Lo demás es aire', publicada el pasado año, ha sido uno de los títulos más celebrados de los últimos años. Una obra que en realidad empezó a escribir de niño en aquellos veranos interminables de la infancia en la que jugaba por las calles de Toñanes, donde sus padres mantenían una segunda residencia. Entonces, siempre subido en las bicicletas que heredaba de sus hermanas, se dedicaba a buscar fósiles y a fomentar su pasión por los dinosaurios. 'Lo demás es aire', pese al tono rupturista respecto a otras obras suyas es, según el autor, otro fruto similar a los anteriores. «También aquí me remonto en el tiempo y juego con la linealidad cronológica. De nuevo he viajado en el tiempo, pero me ha parecido más interesante porque he conseguido amalgamar lo lejano y lo cercano, como es la historia de Toñanes».